Nicolás del Caño: "Acá no hay grieta, todos los Gobiernos ajustaron a los jubilados"

Nicolás del Caño:

En la sesión de diputados se trata la iniciativa del Gobierno Nacional para cambiar la fórmula de pago a jubilaciones y por ese medio realizar un robo a jubiladas y jubilados, con el objetivo de poder cumplir con el FMI. El Frente de Izquierda se opone a este saqueo a quienes trabajaron toda su vida.

A continuación reproducimos la intervención del diputado del PTS en el FIT Nicolás del Caño:

Una vez más asistimos a un ajuste a millones de jubiladas y jubilados que trabajaron toda su vida y a quienes reciben la AUH. Acá no hay grieta. Los que gobiernan siempre se la agarran con ellos.

Primero quiero decir que no es casual que este debate tan importante lo estemos haciendo el mismo día que en el Senado se discute si definitivamente se avanzará con el derecho al aborto seguro y gratuito, esta ley por la que desde hace tantos años viene luchando el movimiento de mujeres. Están tratando que este ajuste, que afectará en mayor medida a las mujeres más humildes, pase desapercibido!!

Este dictamen que presentamos fue elaborado junto a diversas organizaciones de jubiladas y jubilados, de especialistas y defensores de la tercera edad, de trabajadores y trabajadoras y las fuerzas que integramos el Frente de Izquierda Unidad.

A lo largo del debate en el plenario de comisiones hemos escuchado una y otra vez a diputados del oficialismo explicar su negativa a incluir en esta ley una cláusula de garantía que establezca un piso en los aumentos, para que en ningún caso puedan quedar por debajo de la inflación. Esta férrea oposición a una cuestión tan elemental la sostuvieron a pesar de que fue señalada no sólo desde nuestro bloque y otros de la oposición, sino también por legisladoras del Frente de Todos.

Los argumentos de quienes defienden esta ley se limitaron a repetir que cuando se aplicó esta fórmula bajo los gobiernos de CFK, las jubilaciones se recompusieron. Se “olvidaron” que en el año 2014 con esa fórmula se perdieron 14 puntos con respecto a la inflación y que también sucedió en 2016 y 2017 ya bajo el gobierno de Macri.

También dijeron, como lo hizo el diputado Itaí Hagman, que aquellos que sostenemos este planteo queremos poner un techo a los aumentos cuando lo que decimos es lo contrario: poner un piso y que no exista el techo vinculado a la recaudación que impone esta movilidad. Un techo que es una garantía de que las jubilaciones serán miserables de por vida.

Otros llegaron a decir que este año fue difícil por la herencia de Macri y la pandemia pero que el año que viene la economía va a crecer y como este es un gobierno popular está garantizado que los aumentos a los jubilados serán por encima de la inflación y que no hace falta ninguna cláusula en la ley.

Pero ¿cómo pueden pedirle semejante cosa a un jubilado que en enero de este año cobraba $20 mil y con la suspensión de la movilidad anterior recibió un aumento inferior al que le correspondía? Eso le van a decir a esa persona que laburó toda su vida y que en un año le sacaron $20 mil? Para meterle la mano en el bolsillo a los jubilados son muy firmes, cosa que no sucedió, por ejemplo, frente a los estafadores de Vicentín.

Para justificar el ajuste repiten el argumento liberal de que son los aumentos de jubilaciones y salarios los que generan inflación. El Ministro Moroni dijo que no hay que incluir una cláusula de inflación porque hace falta des-indexar la economía. Pero a los grandes fondos de inversión que ganaron con la bicicleta financiera durante el macrismo les dieron bonos en dólares y otros en pesos atados a la inflación para que no se desvaloricen sus activos!! Se ajusta a los más vulnerables, lo que nunca se des-indexan son las ganancias de los bancos, de los especuladores financieros y de los grandes grupos económicos! Esos nunca pierden.

Queda claro que la voluntad política del oficialismo es que en aquellos años en que la inflación supere a la recaudación y a los salarios, los haberes jubilatorios van a perder como ya sucedió en el pasado.

No es casual que esta nueva fórmula se haya dado a conocer horas antes de la llegada de los enviados del FMI en una de sus visitas al país. Es una señal más como la eliminación del IFE y el presupuesto de ajuste sancionado en este Congreso con la mira puesta en las negociaciones con el fondo y en garantizar el pago de la deuda fraudulenta. Esta es la prioridad del oficialismo, acompañado por Juntos por el Cambio.

Con la suspensión de la movilidad, que por primera vez iba a significar una leve recomposición de los haberes después de perder cerca de 20 puntos con Macri, el gobierno se ahorró en 2020, cerca de $100 mil millones que les correspondía a jubiladas y jubilados. Ni siquiera la llegada de la pandemia que tiene a los adultos mayores como el principal grupo de riesgo modificó el plan de ajustar a los jubilados.

Un planteo que el gobierno hizo hace un año, apenas asumió, en la mal llamada ley de solidaridad que estableció el criterio de que aquellos que percibían un haber de 20 mil pesos o más tenían que ser solidarios con quienes cobraban aún menos. Lejos quedó aquella promesa de Alberto Fernández de que entre los jubilados y los bancos elegiría a los adultos mayores. Los resultados están a la vista.

Pero acá resulta que hay algunos que se quieren pintar la cara de defensores de jubiladas y jubilados cuando hace 3 años con una represión brutal y en una votación ajustada lograron cambiar la fórmula y robarse un trimestre. Fueron $100 mil millones el recorte a los jubilados en 2017. Como saben nuestra oposición a aquella ley fue firme, y con la misma coherencia que rechazamos aquella ley hoy lo hacemos con este nuevo robo a los jubilados. Muchos de los que ayer denunciaban el ajuste, hoy lo aplican, otros que lo apoyaron ayer hoy también lo hacen como la bancada de Schiaretti o la diputada Bertone, que en aquel momento era Gobernadora de Tierra del Fuego y apoyó la reforma previsional de Macri, como gran parte de los gobernadores del PJ. Recordemos, sin los votos de una parte del peronismo que hoy gobierna no se hubiese podido aprobar aquel robo a los jubilados porque Cambiemos tenía minoría en ambas cámaras del Congreso.

Como denunciamos en aquel momento la fórmula de Macri se comió un trimestre con el empalme de las fórmulas, pagando en el mes de marzo un aumento cercano al 5% cuando correspondía 14%, eso nunca se devolvió. Pero resulta que ahora con esta ley otra vez se pasa por alto un trimestre. Es decir las variables económicas del tercer trimestre de 2020 nunca impactarán en los aumentos. La directora de ANSES había informado que el pago semestral correspondiente al segundo semestre de este año rondaría el 12%. Pero ahora con el robo de un trimestre se estima que podría ser de alrededor del 6%, o sea la mitad. Una estafa.

Como ya hemos señalado, todos los gobiernos han atacado el sistema previsional y a los adultos mayores.

La situación actual del sistema previsional es crítica, el desfinanciamiento no es una cuestión natural o responsabilidad de los mismos trabajadores/as y jubilados/as. Se llega a esta situación tras décadas de vaciamiento y saqueo de los recursos de la Anses. Tal es la gravedad que el 63% de las jubilaciones del sistema están en la mínima y apenas cubren un poco más de un tercio del valor de la Canasta del Jubilado elaborada por la Defensoría de la Tercera Edad de la ciudad de Buenos Aires.

Miremos la última década. Ya en 2011 las jubilaciones mínimas cubrían el 60% de las necesidades básicas de un jubilado o jubilada. En diciembre de 2015 solo llegaban al 50% de lo que necesitaban mensualmente y, en la actualidad, hacia fines de 2020 apenas alcanzan a cubrir el 36 % de la canasta.

Para todos los gobierno han sido variable de ajuste, desde Menem impulsando la privatización del sistema jubilatorio, pasando por la Alianza que recortó directamente un 13 % con Patricia Bullrich de las jubilaciones en 2001, hasta la negativa del gobierno de los Kirchner a siquiera avalar el 82 % móvil del salario mínimo en el año 2010 llamándola una “ley de quiebra”, vetando aquella ley que ni siquiera se trataba del histórico reclamo por el 82% móvil del salario en actividad. O negándose a pagar los fallos de actualización de los haberes a miles de jubilados y jubiladas.

Nuestro planteo es en primer lugar recuperar lo perdido en los años del gobierno de Macri y lo que se perdió este año con Fernández. Una recomposición inmediata del haber jubilatorio. Sin embargo eso no alcanza a cubrir la canasta básica y el 82% móvil. Nuestra propuesta para que no falten recursos es en primer lugar restituir los aportes patronales que Menem y Cavallo redujeron y nunca volvieron a estar en los niveles de aquel momento. En segundo lugar terminar con el fraude laboral avanzando en la registración de las y los trabajadores, como dice nuestro proyecto sobre el blanqueo laboral. Y el tercer componente del financiamiento son impuestos progresivos, para que paguen los grandes grupos económicos y el no pago de la deuda externa y así poder solventar los recursos que no sólo tienen que cubrir las jubilaciones sino también la AUH.

En los últimos años se avanzó en separar aún más a las jubilaciones entre las llamadas “ordinarias” y aquellas que no. Se dieron así más pasos en la fragmentación durante el macrismo con la Pensión Universal Para el Adulto Mayor establecida en 2016, para ir recortando derechos, ya que se trata de una pensión no contributiva, un 20 % inferior al haber mínimo ($17 mil), que eleva la edad de jubilación de las mujeres que no tienen 30 años de aporte a 65 años y eliminan las moratorias.

El avance de la precariedad laboral y la fragmentación de la clase trabajadora impuesta por el neoliberalismo, que no se revirtió bajo ningún gobierno, se traslada a la etapa pasiva, no solo desfinanciando a los sistemas, sino coartando la posibilidad de que los trabajadores y trabajadoras informales puedan acceder a una jubilación.

Lo mismo cabe para los salarios, ya que no puede separarse la estructura piramidal achatada de haberes del sistema previsional de los bajos niveles salariales sobre los cuales se calculan las jubilaciones. Las devaluaciones y la persistente inflación han hundido los ingresos reales. Solamente tomando el índice de los trabajadores registrados, resulta un deterioro de los salarios reales de 21 % entre noviembre de 2015 y octubre de 2020. El ingreso promedio de los ocupados en el segundo trimestre era de $ 31.868 de acuerdo al Indec. La mayoría de los asalariados en nuestro país no alcanzan a cubrir ni la línea de pobreza.

A pesar de esta situación el gobierno en acuerdo con la cúpula de la CGT acordó un aumento del salario mínimo del 28%, por debajo del 35% de inflación que tendremos este año. También eligió ajustar salarios!! Por esta decisión política no pueden culpar a la pandemia.

Durante el gobierno de Macri se estableció que para los asalariados privados, se extiende la "posibilidad" de trabajar hasta los 70 años. No es una elección para los trabajadores y trabajadoras que ven que las jubilaciones que van a tener son muy bajas después de toda una vida de trabajo. Hoy se calcula que un trabajador que se jubila pasa a cobrar el 57% de su salario. Una caída brutal en su nivel de vida que ya era precario como trabajador activo.

Esto se enmarca en los planes estratégicos del gran capital de elevar la edad jubilatoria, como hemos visto en distintos países, como en Brasil en donde el gobierno de Bolsonaro impuso su contrarreforma previsional regresiva estableciendo un aumento en la edad jubilatoria. O en Francia donde Macron encontró una dura resistencia en fuertes huelgas como las del transporte ante el ataque al régimen previsional.

Este sistema social es irracional! Cómo puede ser que el aumento de la expectativa de vida de las personas en vez de ser un beneficio sea un problema. Los adultos mayores son transformados en una carga y se los trata como material descartable.
Achatar la pirámide previsional es parte del plan del FMI que apunta a una pensión a la vejez miserable y que quienes puedan lo complementen con aportes a cajas privadas. En Chile el sistema privatizado de las AFP fue uno de los motores de la rebelión popular al ver que en los casos extremos los adultos mayores se suicidaban porque las jubilaciones no les alcanzan para sobrevivir y no querían ser una carga para sus familias.

La irracionalidad de este sistema también lo vemos en el crecimiento de la desigualdad, en la destrucción del planeta, en lo que sucede con la emergencia sanitaria y las vacunas. Un grupo de países, entre los que se encuentran los más ricos, que reúnen al 14% de la población, ya se reservaron el 54% de las vacunas, mientras en los países más pobres 9 de cada 10 personas deberá esperar al menos hasta 2022 para poder vacunarse.

Para ir terminando presidente quiero decir que a nivel internacional, hemos asistido a peleas de sectores de la clase trabajadora y la juventud. También en nuestro país donde vimos importantes luchas. Desde los sectores más precarizados que no solo reclaman por sus condiciones de trabajo sino también como lo vimos en Guernica y otras tomas por tierra para vivir, a las y los trabajadores de la salud donde hay un importante proceso de lucha y organización.

Sería imposible nombrar a todos pero quiero destacar la gran huelga de los aceiteros que reclaman recomposición salarial enfrentando a las poderosas empresas del complejo agroexportador. Entre sus consignas plantean la reducción de la jornada laboral sin afectar el salario para que de esa manera puedan trabajar más compañeros, menos horas. Trabajar todos, trabajar menos!! para terminar con la desocupación y la precarización laboral.

El desarrollo actual de la técnica permitiría reducir la jornada laboral y repartir las horas de trabajo entre ocupados y desocupados, para que todos tengan empleo y trabajar menos horas, estableciendo el salario mínimo por encima de la canasta familiar. Este planteo junto a un conjunto de medidas que empiezan por el desconocimiento soberano de la deuda externa y la ruptura con el FMI es una bandera de lucha para la clase trabajadora, la juventud, el movimiento de lucha de las mujeres para terminar con el hambre, la desocupación, con el 45% de pobreza, con jubilaciones de miseria, con la opresión de género, con la destrucción ambiental.

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