“Se trata de una inversión absolutamente genuina y de un proyecto transparente”, aseguró Jorge Gorelik, vicepresidente de Sitio Cero de Quequén S.A., que nuclea a un conjunto de empresas que comenzaron a construir un elevador de granos en Puerto Quequén, lo cual significará un desembolso de 60 millones de dólares.
Gorelik, acompañado por Agustín Segovia (representante de Alea en el equipo de ejecución de obra) y por el ingeniero Leo Thomas (director de obra), salió al cruce de versiones que dan cuenta de posibles anomalías en el emprendimiento, teniendo en cuenta que se vinculó a la firma bursátil Financial Net con el lavado de dinero del empresario Lázaro Báez.
“Cuando se instrumentó este proyecto se buscó que recursos técnicos podía aportar cada uno y, en el caso de Financial Net, es un socio minoritario que aporta sus conocimientos técnicos”, señaló Gorelik.
La inversión, que nuclea a Alea S.A., Lartirigoyen, A & J Nari, E-Grain y Financial Net, posibilitará que la estación marítima pase a contar con un tercer elevador de cargas que se ubicará en el giro 0 y que tendrá dos frentes: en el sitio 1 y en el muelle que se construirá a futuro.
“Aquí no hay lavado de dinero ni nada que se le parezca, porque constituimos un grupo de empresas con sólidos antecedentes en este negocio y con probada capacidad financiera”, consignó.
Consideró “llamativo” que una inversión de “tamaña magnitud” encuentre trabas, para enfatizar que “no sé que hay detrás” y aclarar que “nosotros no participamos en política y lo que hacemos es operar aquí y en otros puertos, pero cuando queremos invertir en Quequén, aparecen estas situaciones”.
En este sentido, comentó que, en el caso de Alea, exporta por Bahía Blanca y Rosario, para insistir en que “no podemos negar el fantasma de empresas que quisieron invertir en Necochea y terminaron en otras ciudades, como Tres Arroyos, Tandil o Miramar”, interpretando que “es lamentable la máquina de impedir con una inversión de este tamaño”.
Contrato
Recordó que el emprendimiento surgió a partir de las “dificultades” que afrontaban las empresas exportadoras para embarcar por Puerto Quequén, en situaciones como las que se dieron el año pasado, cuando se produjo una cifra récord de mercaderías despachadas al exterior.
“Por esto surgió la idea de construir un elevador; consultamos si había un lugar, presentamos un anteproyecto y así se inició este proceso”, manifestó Gorelik, puntualizando que “se terminó firmando un contrato que tiene 238 fojas y es mucho más exigente que el que rige a otras concesiones portuarias”.
Además, dijo que en abril pasado se comenzó a abonar una tasa de uso más elevada y puso de relieve que la obra ya se encuentra en ejecución, habiéndose adquirido -en cinco millones de dólares- los cargadores a barco a la empresa suiza Buhler, que es la más reconocida en ese rubro a nivel mundial.
El ingeniero Leo Thomas agregó que también se compraron las plataformas volcadoras y balanzas, se presentó ante el OPDS de Provincia un estudio de impacto ambiental, se licitó la construcción de los centros de almacenaje y se contrató la empresa de ingeniería ITEP, con marcada experiencia en las operaciones granarias.
Según se afirmó, la cuestión ambiental “estará absolutamente resuelta” porque se incorporará un sistema de supresión de polvo que no existe en la estación marítima local, añadiéndose que, una vez que se completen las distintas etapas, se duplicará la capacidad de embarque de Puerto Quequén.
“Esto no sólo significará que aumenten considerablemente los puestos de trabajo, sino que se beneficiarán los productores porque se incrementará unos 10 dólares por tonelada la cotización y esto se traducirá en alrededor de 80 millones de dólares para la zona”, manifestó.
Por otra parte, se aclaró que la terminal de embarque “será de uso público” y, al cabo de 35 años de concesión, las instalaciones pasarán a la órbita del Estado.
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