Murió Juan Mario Pedersoli, uno de los máximos dirigentes que acuñó el justicialismo tandilense

Murió Juan Mario Pedersoli, uno de los máximos dirigentes que acuñó el justicialismo tandilense

Falleció ayer, a los 75 años. Fue dos veces concejal y presidente del Legislativo, y luego asumió como senador bonaerense. También fue electo Convencional Constituyente en 1994 y estuvo en diversos cargos de orden nacional y provincial. Estuvo cerca de Carlos Saúl Menem durante su presidencia y era amigo de Eduardo Duhalde. Estaba internado hace varios días con Covid-19.

Juan Mario Pedersoli murió en la madrugada de ayer, en Tandil, a los 75 años. El dirigente justicialista, de dilatada trayectoria en la política local, provincial y nacional, se encontraba internado desde hacía varios días en la Nueva Clínica Chacabuco, con Covid-19.

La noticia causó gran consternación en la comunidad, que lo conocía como político pero también como vecino. Simpático y afable, de conversaciones interesantes en las que desafiaba el intelecto, siempre estaba dispuesto a analizar los vaivenes del país desde la mirada de quien estuvo en los lugares en donde se dirime el poder.

Formó su familia junto a Graciela y fue padre de Paulina, Julián y Guillermina. Cuando aún ejercía cargos en empresas del Estado bonaerense, compartía sus jornadas con los hijos que estudiaban en La Plata.

Hombre de profunda convicción, defendió la democracia y el Estado de Derecho. A pesar de su postura ideológica, siempre propició el diálogo y el trato afable con exponentes de las distintas vertientes del peronismo vernáculo y también con los de otros espacios políticos.

Ayer, entre muchas despedidas, sus alumnos de la escuela secundaria, donde impartía la materia Educación Democrática, destacaban que enaltecía la democracia como único camino posible, en tiempos difíciles, en pleno gobierno de facto de Juan Carlos Onganía.

“Choli” dejó muchas anécdotas. Su espíritu inquieto lo llevó a relacionarse con gran cantidad de gente, desde sus cargos, como abogado y también por su participación en instituciones de la ciudad. Muchos lo recordarán por su presencia, siempre con su pañuelo al cuello; por la mirada directa y por la fuerza que transmitía a través de la palabra.

Su carrera

Abogado de profesión, recibido en la Universidad Nacional de La Plata, “Choli” fue electo concejal por el Partido Justicialista en 1983, en las primeras elecciones democráticas tras el último golpe cívico militar. Pedersoli estaba en la lista del peronismo que perdió la intendencia contra Américo Reynoso, de la UCR.

Entre 1985 y 1989 fue presidente del Honorable Concejo Deliberante. Luego, siempre dentro del Partido Justicialista, asumió como senador provincial entre 1989 y 1993 y fue Convencional Constituyente en 1994.

Entre los diversos cargos que ejerció, se destacó como vicepresidente de la empresa de energía eléctrica de la provincia (Eseba, 1994-1998) y presidente del Ente Regulador del Agua (1999-2003). En el ámbito deportivo fue presidente del club Ferrocarril Sud, entre 1982 y 1987.

Recordado por su cercanía con el expresidente Carlos Saúl Menem y su amistad con el también expresidente Eduardo Duhalde, Pedersoli sostenía siempre que “para hacer política hay que tener un trabajo también”, en relación al rol de los dirigentes.

La política para Tandil

Entre varias entrevistas realizadas en este Multimedios, Pedersoli participó en 2016 del ciclo Historias y Opiniones, y allí habló sobre la importancia de los hombres de la política para mejorar la calidad de vida en Tandil. “La única manera que justifico la representación de un hombre de Tandil en la política en esferas provinciales y nacionales es si dedica a su trabajo y a pelear para traer cosas para Tandil, sino no se justifica”.

“Yo todo lo que prometí traer para Tandil, lo traje. Los juzgados, los famosos autos de la Policía, el Laboratorio del Hospital Santamarina, entre otras cosas”, señaló en la entrevista.

Recuerdos

En una nota publicada por El Eco de Tandil en 2013, Pedersoli relató un tramo de su vida, donde en plena dictadura militar, interpuso varios hábeas corpus para intentar la aparición de detenidos por el Proceso.

En plena década del 90’, también afilió al peronismo a Julio Zanatelli. “Yo no quedé pegado a ningún proceso, porque cuando apoyé a Zanatelli y lo afilié al peronismo por orden de Menem y Duhalde, en definitiva él había ganado con el voto popular. Y yo creo que el voto popular es sagrado. ¿Por qué es sagrado? Porque cuando el voto popular es negativo sigue siendo sagrado”, dijo y agregó: “Yo soy un hombre de bien, no de derecha ni de izquierda. Creo en los derechos humanos. Y si hiciera falta hacerlo de nuevo, volvería a pedir los hábeas corpus, con las dos manos. ¿Y de qué me han etiquetado?”.

También, en ese momento, analizaba al neoliberalismo. “Esas clasificaciones son decimonónicas, eso no tiene ningún sentido, hoy el mundo camina a otras velocidades, no se puede seguir calificando de derecha o de izquierda como en la Francia Revolucionaria (risas), eso es todo mentira. Yo no resigné mi peronismo, porque además desde mi peronismo yo no coincidía con este modelo kirchnerista, sobre todo conociendo a algunos actores, habiendo estado en la casa de los Kirchner, como he estado. Estuve con ellos, en Santa Cruz. Los dos fueron convencionales conmigo en la reforma de la Constitución, en 1994, y me recibieron en su casa. Y no me habrán recibido porque yo era lindo, ¿no?”, contaba.

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