Como ya viene ocurriendo en los últimos años, las principales fabricantes de alimentos del país siguen acumulando fuertes pérdidas en sus operaciones, afectadas por la caída de la demanda y la imposibilidad de trasladar los mayores gastos al precio de sus productos.

Un ejemplo es el de Molinos Río de la Plata, que en el 2019 acumuló un rojo de $1.006 millones y que en los primeros tres meses de este año sumó otro balance negativo por $114 millones.

Si bien en este caso todavía no se reflejan las consecuencias que sobre sus números tienen las medidas sanitarias orientadas a combatir el avance del coronavirus en el país, todo indica que ese rojo podría profundizarse aún más durante los próximos meses.

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Según informó la propia compañía del Grupo Perez Companc a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la pérdida neta que acumuló entre enero y marzo pasados está asociada a la imposibilidad de trasladar los aumentos de costos a los precios de su cartera de productos. Esta pérdida trimestral, representa una caída de $1.089 millones en sus resultados respecto del primer trimestre del año anterior cuando ganó $657 millones.

Las pérdidas en el resultado informado se dieron a pesar del crecimiento de volumen de casi el 10% que a su vez fue el motor de los mayores ingresos operativos que, en ese período, alcanzaron los $9.224 millones.

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También, de una reducción del 18.2% de los gastos centrales de la compañía, producto de la continuidad de los programas de eficiencia y productividad.

La alimenticia Molinos reportó aumento de costos que afectaron su resultado.

 

Sin embargo, los costos por ventas se incrementaron un 6.5%, el doble de los ingresos operativos, lo que resultó determinante para el resultado del trimestre.

"En síntesis, los incrementos de costos no trasladados en su totalidad a precios impactaron en un significativo deterioro de su margen bruto", advierte Molinos en el comunicado enviado a las autoridades de la Bolsa porteña.

Al respecto, la empresa espera poder adecuar sus precios, al menos parcialmente, al incremento de costos que viene soportando; siendo esto crítico para equilibrar los resultados.

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Pero esta aspiración solamente podrá ser cumplida por Molinos si el Gobierno permite recomposiciones en los productos que se encuentran congelados con sus valores al 6 de marzo pasado. Esa fue una de las medidas adoptadas por la administración nacional para evitar una disparada inflacionaria en el medio de la cuarentena.

El congelamiento de precios impuesto desde el Gobierno hundió los números de Molinos.

 

Hasta ahora, desde las autoridades del Ministerio de Desarrollo Productivo evitan hacer precisiones sobre la continuidad o no de los llamados Precios Máximos, que vencen el 20 de mayo próximo.

Todo indica que podría haber algunos pequeños aumentos que serían permitidos para que las compañías como Molinos reduzcan la brecha entre sus precios y el incremento de sus costos operativos.

Mientras tanto, desde la empresa aseguran que continuarán enfocados en "desplegar la fortaleza de sus marcas para potenciar el crecimiento, apoyados en los programas de productividad y modernización implementados en los últimos años".