Hace unas semanas, tres consejeros superiores del estamento estudiantil pidieron información en el Rectorado acerca de los criterios de selección para el programa Unidades de Participación y desarrollo local (UPA) que realizó el año pasado la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) en coordinación con el ministerio de Desarrollo Social de la provincia. Los consejeros, Virginia Borigen, Florencia Larrea y Agustín Del Pero pusieron en duda la transparencia de la convocatoria y mencionaron que se benefició a ciertos grupos políticos. Por ese convenio la secretaría de Extensión recibió $4 millones en cuatro cuotas.

Su titular, Marcelo Mirkin, aclaró en diálogo con LA GACETA que ese convenio que finalizó a fines de abril (y que se lo va a renovar) fue absolutamente “transparente” y que el dinero recibido fue, principalmente, para el pago de los estudiantes que trabajaban en 10 barrios vulnerables, desarrollando tareas sociales. “Cuestionan que son gente de La Bolívar (agrupación de Filosofía y Letras), pero la verdad es que hay de todas las agrupaciones, incluso de la misma agrupación que nos está cuestionando”, mencionó el secretario. Sin dudas, vinculó la denuncia a “internas estudiantiles” de los consejeros.

El UPA -mencionó- está enmarcado en un convenio con el ministerio de Desarrollo provincial, a través del cual la UNT llevó “Cultura Viva Comunitaria” un programa para fortalecer las manifestaciones culturales y la identidad barrial. Sobre el dinero que envió el ministerio, Mirkin aclaró que fueron presentadas todas las rendiciones de cuenta. Desestimó las versiones que señalaban que los acuerdos tienen que ver con que la coordinadora de Cultura de Extensión Universitaria, Claudia Epstein, sea la esposa de Gabriel Yedlin, el ministro de Desarrollo de la provincia.

Ellas hacen

El 26 de agosto del año pasado, en el galpón de la Usina del Centenario (Avenida Sarmiento al 1.100) se (re)lanzó el programa “Ellas hacen”. El anuncio fue que más de 10.000 mujeres iban a ser capacitadas en distintos oficios. La UNT figuraba como coordinadora de las capacitaciones, cuyos fondos provienen de la Nación.

Mirkin señaló que hasta el momento lo que parecía que estaba listo para arrancar no sucedió. Reconoció que después de ese acto en la Usina hubo una convocatoria. “La disputa que tenemos con ellos (funcionarios nacionales) es porque les decimos que nos están pidiendo que pasemos listado de gente para que capacite pero al mismo tiempo no nos están confirmando cuando empezamos”, explicó el secretario y dijo que la misma situación atraviesan otras universidades.

Este convenio venía a reemplazar otro que estuvo funcionando, pero en el que los capacitadores de la provincia estaban coordinados por la Universidad de La Matanza. “Eso me parecía ilógico, por eso en febrero de año pasado comencé con las gestiones para que sea la UNT las que diera las capacitaciones”, agregó el funcionario universitario. Cuando todo esté listo serán 5.000 mujeres de Tucumán y 5.000 del resto de la región, las que puedan aprender electricidad, plomería, viverismo y albañilería.