Durante 2020, el salario mínimo vital y móvil (SMVM) pasó de 16.875 pesos para los trabajadores mensualizados a $ 20.587,50, un aumento de apenas 22%. Si lo comparamos con la inflación promedio del 36,1%, implica una pérdida del poder adquisitivo de al menos un 14,1%.

El dato fue destacado hoy por el periodista Ismael Bermúdez (Clarín), quien además recordó que si a esta caída se le agrega el retroceso del 24,4% que tuvo durante los 4 años de macrismo, el desplome del SMVM acumula una pérdida del 32% en los últimos 5 años.

Pero la perspectiva es aún más preocupante. Bermúdez cita al consultor Artemio López, quien estima que “cuando el salario mínimo llegue a $21.600, quedaría 20% por debajo del nivel previo a la asunción de Cambiemos”.

Así queda claro que será mínimo, pero seguro no es vital y bastante poco móvil. Su valor está lejos de lo que necesita un trabajador y su familia para comer, transportarse, vestirse, ni hablar de vacacionar. Según el propio INDEC, una canasta familiar de pobreza fue valuada en diciembre en $ 55.000.

Los aumentos, además, van muy por detrás del ritmo de la inflación.

La situación es aún peor para los más de 4 millones de trabajadores que no están registrados, son "informales", y ni siquiera tienen garantizada esa cifra.

También impacta sobre los 760.000 personas que cobran el salario social complementario y otros planes sociales que por norma perciben la mitad del salario mínimo ($ 10.294).

El diputado del PTS-Frente de Izquierda, Nicolás del Caño, denunció la perdida del poder adquisitivo que confirman estos datos.