Macri se aferra a la estrategia del perseguido para hacer campaña

Macri se aferra a la estrategia del perseguido para hacer campaña

Con la intención de profundizar la grieta y mantenerse en el centro de la escena, el ex presidente decidió presentarse ante la Justicia para defenderse en la causa que investiga el espionaje ilegal a familiares de las víctimas del submarino ARA San Juan.

Mauricio Macri volvió a la Argentina el martes a la mañana, le desplegaron la agenda sobre la mesa y eligió en qué actividad de campaña participar. En ese armado, optó por arengar a los voluntarios PRO y ausentarse por segunda vez al llamado a indagatoria por el espionaje a familiares del ARA San Juan. Con la intención de mostrarse como un perseguido político para enamorar al núcleo duro, profundizar la grieta y sumar una herramienta para mantenerse como protagonista opositor, el ex presidente y sus aliados fogonearon temores en torno al proceso judicial pero el dirigente optó por presentarse ante el magistrado Martín Bava el próximo jueves para frenar las críticas por antirepublicanismo y privilegios, temas que se colaron en el debate de candidatos bonaerenses. La estrategia de víctima no es nueva, hace más de un año fue analizada y propuesta por su secretario privado y hoy candidato a legislador porteño, Darío Nieto, en un mensaje de texto.

"Persecución judicial: en caso que avancen maliciosamente con ciertas causas, el recurso de decir que es una persecución política me parece bastante coherente y creíble-mayormente hacia nuestro electorado que en general está comprometido con temas de ética y transparencia", le dijo Nieto a Macri en un mensaje fechado el 5 de mayo del 2020, según consta en el expediente judicial que investiga el megaespionaje ilegal macrista. Fuera del poder y con muchas causas por afrontar, una de las principales preocupaciones del líder PRO pasó por cómo encarar las pesquisas públicamente.

Así, Macri decidió copiar algo de Cristina Kirchner pero con una realidad muy diferente. La ex presidenta afrontó ocho indagatorias en un día, se hizo presente en cada llamado judicial y expuso ante los magistrados. Lo de Mauricio, en tanto, "es antirrepublicano", según describió la portavoz del Gobierno nacional, Gabriela Cerruti, en conferencia de prensa. La funcionaria recordó que el ex presidente fue procesado en varios gobiernos y que tiene la habilidad de mantenerse al filo de la Justicia, por lo que no puede hablar de persecución. Pero lo hace y quiere capitalizarlo para la campaña. Una suerte de enamoramiento del núcleo duro, una herramienta para mantenerse en el centro de la escena.

Primero el PRO y luego casi todo Juntos por el Cambio, salieron públicamente a poner en tela de juicio al magistrado subrogante de Dolores, lo tildaron de parcial y acompañaron un pedido de recusación que fue rechazado y aguarda una resolución de Casación. Después de varias idas y vueltas, después de semanas justificando la ausencia de su líder político, Macri miró la ecuación, hizo cuentas y resolvió presentarse ante el juzgado el próximo 28 de octubre. Así lo confirmaron su abogado en LN+ y una alta fuente partidaria a El Destape.

El discurso del republicanismo y respeto a las instituciones pesaron para decidir comparecer ante la Justicia sin abandonar el concepto de la persecución. "El ex presidente Macri tiene todo el derecho a defenderse, más aún cuando hay manifiestas arbitrariedades en la causa. De todos modos, celebro que Macri se presente el jueves 28 ante la Justicia", dijo el presidente del interbloque cambiemita en Diputados, el radical Mario Negri. Dos cuestiones se desprendieron de esas declaraciones, por un lado el manto de duda sobre el proceso al calificarlo como "arbitrario", por otro la "celebración" de la decisión de Mauricio. Si se celebra, es lo correcto.

Lo cierto es que la rebeldía de Macri generó algunos ruidos en la campaña, y eso también estuvo en la mesa a la hora de definir una presentación ante el juez Bava. El tema fue protagonista en el debate de candidatos bonaerenses y Diego Santilli sólo pudo ensayar una escueta y débil respuesta: "Los abogados del expresidente se presentaron y cuando se salden los recursos, estará presentándose si la Justicia lo requiere".

Justicia y campaña se mezclaron, Macri las mezcló. El mismo día que se bajó de la indagatoria, el martes, arengó a militantes PRO, les dijo que no está en edad de jubilarse y dejó la puerta abierta a una candidatura en 2023. El jueves hizo lo mismo. No pidió formar parte de una recorrida de María Eugenia Vidal, el equipo de la ex gobernadora le puso sobre la mesa la agenda semanal de actividades y él eligió en cuál mostrarse. Otra vez con voluntarios.

El encuentro generó algunos cortocircuitos internos en materia de estrategia comunicacional. Algún asesor, algo molesto, apuntó contra el círculo macrista por "filtrar" el evento antes de tiempo. La reunión encontró a los dos dirigentes con 150 voluntarios y militantes que se acercaron a los jardines del Museo Fernandez Blanco para intercambiar ideas sobre la actualidad política y social que vive la ciudad y el país.

Más temprano, en medios de comunicación, Vidal apuntaló los ejes de una campaña que la volvió a mostrar junto a uno de los líderes políticos de su espacio: "Tenemos que tener la firmeza de los valores, la gente nos pide trabajo, quieren que sus hijos vayan a la  escuela a aprender y no que los adoctrinen, quiere que los delincuentes estén presos y políticos decentes, volver a tener un país que se pone de pie en base a su esfuerzo, por eso el 14  de Noviembre tenemos la oportunidad de decirle basta al kirchnerismo y sus atropellos".

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