Levantarán el corte solo si suspenden despidos

Seis días de corte de ruta, de los cuales los dos últimos tuvieron apenas pequeños periodos de apertura al tránsito, fueron más que suficientes para generar un verdadero caos en la región. Hoy es la séptima jornada de protesta.

Desabastecimiento de alimentos, freno a la salida de productos perecederos frutihortícolas hacia los puertos, impedimento del movimiento bancario habitual, imposibilidad de abastecer combustibles y de transitar libremente es el resultado de la decisión del Sindicato de Trabajadores del Azúcar de cortar la ruta 50.

Pero no todo quedó en el corte del acceso al ingenio, sino que se agravó el panorama cuando camioneros y bagayeros decidieron repudiar el corte con un contracorte en la curva denominada “S” de Yrigoyen, e impidieron que transiten los taxis compartidos, única forma de cruzar con trasbordos.

Anoche, en la Catedral oranense, el obispo Marcelo Colombo instó a establecer canales sólidos de comunicación, en tiempos que se inicia la novena en honor a San Ramón Nonato.

La posición empresaria

“La empresa va a negociar y dialogar siempre en el marco de la conciliación ministerial. Hay extensa jurisprudencia al respecto”. Esa es la posición que ratificó ayer Tabacal Agroindustria. “Dejamos en suspenso los despidos para negociar y ellos deben permitir que todos trabaje. En cuanto al corte de ruta, es tema del Estado y la justicia”.

La actividad de campo prosigue normalmente con 800 trabajadores.

Lo que hará el gremio

El secretario general del sindicato, Martín Olivera, dio a conocer horario de apertura de ruta hasta la madrugada del sábado, con la amenaza de que si no se reincorpora a la gente habrá corte por tiempo indefinido. Explicó que por la noche abrirán el paso cada 2 horas y durante el día permitirán pasar cada 6 horas.

Olivera consideró que no corresponde la conciliación cuando ya tuvieron otra anterior. En esa ocasión discutieron temas salariales y en esta deben debatir sobre los despidos.

Que actúe la Justicia

Intendente y fuerzas vivas del departamento Orán quieren que la Justicia intervenga y libere la ruta nacional 50.

Es el pedido liso y llano que desde la reunión realizada en la mañana de ayer hicieron el intendente Marcelo Lara Gros y representantes de la producción, docentes, legisladores, Concejo Deliberante, empleados, entre otros.

Cabe explicar que el miércoles, el juez federal Raúl Reynoso citó a declarar a los cabecillas y dirigentes del Sindicato de Trabajadores del Azúcar. No concurrieron, pero se presentó el asesor del gremio, David Leiva, quien mantiene una enemistad manifiesta con el magistrado. La situación derivó en la inhibición de Reynoso y fue designado el abogado del foro local Fernando Emilio Tulián como subrogante, quien resultó sorteado en la Cámara Federal, para hacerse cargo de la causa.

El pronunciamiento

Claramente manifiestan “la imperiosa necesidad de que las autoridades competentes, en uso de las responsabilidades que les son propias, liberen la ruta, garantizando los derechos constitucionales”.

El pedido fue firmado por la totalidad de sectores para expresar la grave situación “que perjudica de manera insostenible a la comunidad en general que deben trasladarse por la mencionada ruta”. Remarcan que “se ven imposibilitados de circular libremente como lo garantizan las constituciones nacional y provincial, vulnerando los derechos que asisten a todo ciudadano”.

Consecuencias que conmueven

“Estoy devastado. Falleció mi hermano en Salta y no puedo ir a darle el último adiós”, lamentó entre lágrimas el oranense Víctor Silvera, quien como tantos otros no pudo atravesar la ruta.

Tan grave es también la situación de los enfermos renales que necesitan dializarse diariamente y no pueden transitar libremente y en horario. “Quién se responsabiliza legalmente por la vida de estos pacientes?”, se preguntan.

El relato en primera persona lo dio a El Tribuno el médico nefrólogo Guillermo Richard, quien explicó que “la ambulancia con pacientes renales de todo el departamento primero debió convencer a los bagayeros del contracorte y luego esperar que los obreros del azúcar abrieran el paso.

Richard, quien también se desempeña en el hospital público, contó que la gente del interior de la región no puede concurrir.

Y en el caso de la provisión de insulina para pacientes diabéticos, que se manipula bajo estricta cadena de frío, directamente se anuló. La empresa encargada del transporte viaja por falta de garantías en la entrega, lo que significaría una pérdida de miles de pesos.

“Una cosa es el reclamo de un sector y otra son los derechos humanos de todos. Un grupo avasalló totalmente el derecho del resto, y el Estado lo permitió”, fue la reflexión de pacientes y médicos.

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