Juntos por el Cambio rediseña su estrategia en el Congreso y mira la interna del Frente de Todos

Juntos por el Cambio rediseña su estrategia en el Congreso y mira la interna del Frente de Todos

La oposición mantendrá varias reuniones para delinear la estrategia para el tratamiento de la ley del Consejo de la Magistratura, analizar el cambio de jefatura en el bloque oficialista y el debate del acuerdo con el FMI.

Con calma, sin apuro, la oposición se tomará su tiempo para tomar una postura ante debates importantes dentro del Congreso, como el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. La existencia concreta de la posibilidad de acompañar quedó en suspenso después de la renuncia de Máximo Kirchner al cargo de jefe de bloque del Frente de Todos en Diputados y si bien algunos prefirieron la moderación dentro de Juntos por el Cambio, otros analizaron despegarse por completo si el oficialismo no consigue todos los apoyos propios. Por lo pronto, cerca de un importante dirigente de la coalición destacó la experiencia parlamentaria del nuevo coordinador de Todos, Germán Martínez. La semana que viene habrá una reunión que podría dar cauce a estas vertientes y este miércoles habrá otra, virtual, para avanzar con una cuestión tal vez más urgente, y que tiene que ver con el tratamiento de la ley del Consejo de la Magistratura.

El miércoles 9 de febrero se reunirá la mesa nacional de la alianza opositora para intentar organizar la tropa. Con el discurso de la “incertidumbre” generada por el oficialismo con las diferencias internas, la oposición se ubicó en el banco de la tribuna, expectante. De dar a entender un acompañamiento al acuerdo a no saber si sumarán votos positivos o no, siempre en caso de que el pacto con el FMI efectivamente llegue al parlamento, cuestión que no obviaron aclarar.

Al menos dos dirigentes del PRO, uno de los espacios más duros de la oposición, reconocieron en off the record que el Gobierno pudo haber conseguido un entendimiento mejor que el que firmó Mauricio Macri en 2018. Sin conocer la letra chica que aún no ingresó al Congreso, un diputado se animó a decir que si las tasas son buenas, el pacto será superior al de Cambiemos y junto a otro referente del macrismo adelantó que, salvo un aumento de impuestos, acompañarían. Pero eso fue minutos antes de la renuncia de Kirchner.

Apenas se conoció el comunicado de la presidencia del bloque del Frente de Todos, la sorpresa copó a la oposición y llamó a la calma. Con el cambio de un interlocutor clave en las negociaciones parlamentarias y las implicancias de la renuncia de una figura importante para el armado oficialista, Juntos por el Cambio prefirió parar la pelota y no tomar decisiones a las apuradas, sobre todo cuando los tiempos no apremian. El pacto con el FMI no pareciera, al menos así se analizó, estar próximo a llegar al Congreso, “si es que llega”. Por lo pronto, sin apuro, desde la coalición destacaron la experiencia parlamentaria de Gerardo Martínez, el nuevo jefe del espacio oficialista.

El 9 de febrero se volverá a reunir la mesa nacional de Juntos por el Cambio para delinear la postura. Ahora, no sólo deberá analizar la estrategia frente al acuerdo sino frente a las internas del oficialismo. No está claro qué harán. En primer lugar, la duda sobre la existencia del pacto. En segundo lugar, las posturas más moderadas. En tercer lugar, las más extremas. Los que prefirieron optar por el diálogo todavía mantienen un discurso propenso a la espera del entendimiento para leerlo y recién ahí opinar. Los que se inclinaron por la confrontación analizan que sería raro que Cambiemos acompañe algo que no acompañará todo el FdT. Si no están los 118 votos oficialistas, por ahí es mejor no dar el respaldo. Todo muy verde, por ahora. 

En medio de los interrogantes, la oposición intentará avanzar con lineamientos para cuestiones urgentes. El Senado será el protagonista de dos debates clave porque allí iniciarán los debates del Consenso Fiscal, sobre el que todavía no hay precisiones, y la ley que modifica la composición del Consejo de la Magistratura. Juntos por el Cambio trabaja en la unificación de proyectos propios, distintos al del oficialismo, y considera que el tratamiento de la iniciativa tiene que darse. Este miércoles habrá un Zoom de la mesa nacional para abordar exclusivamente esta cuestión.

Lo que quedará en suspenso unas semanas más será la elección de un jefe de interbloque opositor en la Cámara Baja. No será tema a tratar el 9 de febrero, tampoco está en los planes para el 18 del mismo mes en Santa Fe, donde se reunirán los legisladores nacionales como un gesto de federalización pero sin agenda concreta. Por el momento, será una decisión de fin de mes. Con suerte, Juntos por el Cambio podrá tener un referente general en Diputados para el arranque de las sesiones ordinarias el 1º de marzo.

La elección de un jefe de interbloque será importante por varias cuestiones. En primer lugar, le dará al oficialismo un interlocutor claro a la hora de negociar. En segundo lugar, ordenará a una oposición que a fin de año sufrió la falta de conducción cuando perdió un debate convocado por ella misma, el de Bienes Personales. En tercer lugar, develará si la UCR logró o no la reunificación, una cuestión importante que se pondrá sobre la mesa a la hora de elegir la figura de coordinador.

Dentro de la alianza, el PRO observó una suerte de paz en el radicalismo. La inclusión de Evolución dentro de la conducción del Comité Nacional, la figura de Martín Lousteau como vicepresidente segundo, fue un signo en esa dirección. Pero todavía nada se concretó y no sólo quedó pendiente la discusión en el Parlamento sino que también se avecina la elección de la dirigencia de la Convención de la UCR donde comenzó a sonar, como uno de los nombres posibles, el de Gastón Manes, hermano de Facundo.

El rol de Evolución será importante también en 2023. Si bien faltan siglos, el nombre de Lousteau está dentro del mazo de cartas que podrían jugarse para la Ciudad, donde tampoco se descarta a Patricia Bullrich, hoy con aspiraciones presidenciales. Para el PRO, el senador radical se postulará sin lugar a dudas y no se descarta la intención ciudadana de cambiar el sello del partido que gobierna desde 2007 la CABA. Dejar de querer tener el pasto bien cortado, la teoría del metro cuadrado de Jaime Durán Barba, para pasar a una opción un poco más progresista. Siempre, en lo posible, dentro del gran universo de Juntos por el Cambio que aún cuestiona la campaña porteña del 2021 y califica la victoria como un milagro.

Comentá la nota