Interna en el equipo económico por los vencimientos de deuda en pesos

Interna en el equipo económico por los vencimientos de deuda en pesos

Hasta fin de año, el Tesoro tiene vencimientos por $1,2 billones, de los cuales $700.000 millones son con el sector privado

 

 

LA WEB

 

Los abultados vencimientos de deuda en pesos que debe afrontar el Gobierno a lo largo del año abrieron una grieta dentro del equipo económico, entre el ala que busca cumplir con esos compromisos y mantener la curva de títulos en moneda local y otra que plantea endurecerse con los tenedores de los bonos, tal como se hizo con los nominados en dólares.

Para el segundo grupo de economistas del oficialismo, la estrategia -compartida por el FMI- de negociar una quita como se pretende con los acreedores externos no podrá aplicarse con los bonos en pesos si se continúa con el trato preferencial al que hasta ahora parece inclinarse la conducción del Palacio de Hacienda.

La interna se recrudeció tras darse a conocer una publicación de Infobae que, citando fuentes oficiales, aseguraba que el Ejecutivo garantizó el pago en tiempo y forma de este segmento de las obligaciones. Desde la cartera de Martín Guzmán evitaron hacer comentarios al respecto ante la consulta de BAE Negocios.

El otro punto que genera visiones encontradas dentro del equipo económico es el riesgo de expansión monetaria en caso de que los tenedores de los bonos en pesos no renueven sus tenencias a la fecha de vencimiento y obliguen al Banco Central a tener que expandir la cantidad de dinero a niveles peligrosos que puedan disparar las cotizaciones del dólar paralelas.

Para graficar la magnitud del desafío: hasta fin de año el Tesoro deberá afrontar vencimientos por $1,2 billones, de los cuales $700.000 millones son con el sector privado. Hasta ahora, el Gobierno lleva pagados $150.000 millones, parte de lo cual se hizo con transferencias del BCRA.

Por el contrario, los integrantes del gabinete que se oponen a una reprogramación forzosa argumentan que una medida de ese tipo implicaría cortar de cuajo cualquier chance futura de financiamiento en el mercado local, algo en lo que el equipo de Guzmán venía esforzándose por mantener, cuando deshizo a medias el reperfilamiento masivo de Letes de su predecesor Hernán Lacunza, al diferenciarlas por moneda de denominación.

En la vereda opuesta, los economistas del Gobierno que buscan un camino alternativo sostienen que los tenedores de bonos en pesos son los grandes fondos de inversión como Blackrock, Templeton o Pimco, quienes le prestaron a la gestión anterior en 2018 y 2019, cuando ya el escenario financiero de la Argentina había quedado seriamente dañado, por lo que entienden que deberán hacer frente a quitas considerables de sus tenencias como se hará con el resto.

Pagarles todo es ponerlos en ventaja frente a los gobernadores o a los bancos, que ya debieron desarmar un tercio de sus posiciones en Leliq”, razonan los que mantienen las posiciones más duras ante los acreedores.

En ese sentido, incluso se habla de emitir un bono a 2023 o 2024 y un cupón que se ubique tres puntos por arriba del Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER). Algo similar a lo que ocurrió con el bono dual, cuya cancelación, pautada originalmente para febrero, fue postergada hasta el 30 de septiembre.

Por lo pronto, el momento decisivo de la reestructuración está cada vez más cerca y coincide con la pandemia global de Covid 19, mientras los mercados esperan la reaparición de Guzmán, quien desde hace ya un par de semanas se corrió del centro de la escena.

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