Inminente anuncio de baja en subsidios a electricidad

El impacto sólo se sentirá en Capital y GBA. Córdoba ya aceptó congelar tarifas y lo mismo harán otras provincias.
Córdoba aceptó ayer el pacto propuesto por el Gobierno nacional para que mantenga sin aumentos las tarifas eléctricas durante un año. Era una de las provincias más reacias a un acuerdo del cual depende el programa de reducción de subsidios a la electricidad que el Gobierno planea anunciar en los próximos días y casi seguramente con vigencia a partir de ayer (1 de abril) como en el caso del gas.

El ministro Julio De Vido y el gobernador Juan Manuel de la Sota firmaron ayer el Convenio del Programa de Convergencia de Tarifas Eléctricas y Federalismo Eléctrico, que ya fue suscripto por La Rioja y Catamarca y, ayer mismo, por Formosa. También hay negociaciones avanzadas con Santa Fe.

El criterio de esta iniciativa es que el Estado nacional se haga cargo de inversiones en distribución y transporte eléctrico en las provincias,a cambio de que éstas asuman la reducción de subsidios que se planea y no la trasladen a los usuarios.

Las facturas eléctricas de todo el país están subsidiadas por el Gobierno nacional. Pero los usuarios pagan valores mucho más altos en el interior que en Capital Federal y Gran Buenos Aires, porque los gobiernos provinciales autorizaron aumentos en los últimos 10 años, mientras no ocurrió lo mismo con Edenor y Edesur, que son de jurisdicción nacional.

En un principio, el proyecto oficial era reducir subsidios sólo en Capital y GBA, pero probablemente por razones legales y técnicas debieron dar marcha atrás con esa idea. Ahora, la baja de subsidios a la electricidad afectará a todo el país, pero las provincias firmarán el convenio de estabilidad, lo que significa en la práctica que los fondos adicionales para pagar la energía salgan por lo menos durante un año de las arcas provinciales.

A cambio, el Gobierno de Cristina de Kirchner quedaría a cargo de las obras que estaban planeadas, con desembolsos importantes sobre todo en los casos de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires. Por el momento, el único que parece estar en una posición distinta es el gobernador de Corrientes, el radical Ricardo Colombi, quien precisamente esta semana convocó a un audiencia pública para tratar una suba en la luz del 64% al 220%. No obstante, es posible que sólo sea una forma de presionar para conseguir fondos para inversiones, y porque De Vido se está ocupando primero de las provincias con más afinidad (como La Rioja y Catamarca) y las que pueden ofrecerle más conflicto como Córdoba.

El Gobierno demostró con el gas una premura inesperada anunciando un plan drástico de reducción de subsidios en tres etapas para el gas en todo el país, a punto de empezar la temporada de frío, debido a la necesidad de inhibir el consumo y reducir la importación. Por eso, apenas termine de cerrar con las provincias más grandes el convenio de estabilidad, también anunciará la disminución en los subsidios a la electricidad.

Si todas las provincias adhieren al acuerdo, la reducción se sentirá sólo en Capital Federal y Gran Buenos Aires, lo que ayudará a bajar el impacto en el índice de precios que ahora se mide a nivel nacional. También calmaría un poco los ánimos en el interior, considerando que la primera vez que se redujeron subsidios en forma generalizada en gas y luz en 2009, buena parte de las provincias y sus municipalidades fueron las primeras en lograr medidas cautelares promovidas por los defensores del pueblo o ciudadanos particulares, que obligaron finalmente a una reversión de la medida para el período invernal.

Ahora mismo ya empezaron protestas que seguramente terminarán en más excepciones, como es el caso de La Pampa que presentó una nota formal al Gobierno nacional recordando que también forma parte de la Patagonia. Esta zona fue excluida de la quita de subsidios al gas, porque el Gobierno consideró que la región patagónica comienza al sur del río Colorado, lo que excluye a La Pampa.

En cuanto al impacto en las facturas eléctricas de Capital y GBA, se estima que será similar al ya anunciado para las de gas, donde los aumentos de bolsillo oscilan entre un 100% y el 284%, según el nivel de consumo. Por otra parte, igual que en el gas, no sólo se tratará de reducir los subsidios que aparecen en las facturas en color sobresaliente, sino también de un aumento en el precio mayorista de la energía, en consonancia con la suba en el costo del gas importado y en los precios de los combustibles sustitutos para las centrales eléctricas.

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