Inflación: el dilema de la carne y el optimismo del gobierno

Inflación: el dilema de la carne y el optimismo del gobierno

Los precios de los cortes vacunos volvieron a ubicarse por encima de la general. El ministro de Economía aseguró que "están las condiciones dadas" para una baja sostenida.

 

El Índice de Precios al Consumidor (IPC-Costo de Vida) que mide el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) aumentó durante mayo 3,3%. Se trata de la variación más baja del año y el gobierno espera que sea el inicio de un descenso que se profundice en los próximos meses.

Con esta suba, la inflación minorista en los primeros cinco meses del año alcanzó al 21,5% y en los últimos 12 meses acumuló un incremento de 48,8%. Además de la baja general, otra buena noticia fue que los precios de los alimentos crecieron por debajo del nivel general, aunque apenas por unas décimas. Alimentos y bebidas subió un 3,1% en mayo y se colocó en 22,4% en lo que va del año, casi un punto por encima de la general.

El dilema de la carne

Dentro de la canasta de alimentos que mide el Indec, las carnes son de las que más aumentaron. Tal es así, que hubo un fuerte enfrentamiento entre el gobierno y el sector que derivó en un lockout infructuoso por parte de la industria. En mayo, el precio de los productos de carne vacuna que mide el Indec creció un 4,4% en el Gran Buenos Aires; casi un punto por encima de la general.

En este sentido, el Observatorio de Precios del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) realiza un análisis mensual de precios en carnes, frutas y hortalizas. En el último informe, detalla cuatro motivos esenciales para esas fuertes subas.

En primer lugar, “el aumento de las exportaciones producto de la mayor demanda por China convierte a la carne en un cuasi commodity, atando el precio local al precio exportable”. Otra razón es “el aumento del maíz, por tratarse de un insumo utilizado para la ganadería y la producción de leche, huevos y pollos, entre otros productos alimenticios de primera necesidad”.

Un tercer motivo es “el aumento de precio de comercialización en Liniers”. Sobre este punto, el informe plantea la hipótesis de que los terneros y novillos funcionan como “reserva de valor ante la perspectiva de la mayor demanda china y en un contexto de restricciones cambiarias”.

Finalmente, destaca “la distorsión en la formación de los precios en la cadena de producción y comercialización de carne vacuna, producto del accionar de frigoríficos con control sobre la misma”.

La inestabilidad de las verduras

Dentro de la canasta de alimentos, el precio de las verduras se había enfriado en los últimos meses. Las verduras, sufren diversos movimientos de precios vinculados a la estacionalidad de la cosecha y las condiciones climáticas, entre otros eventos circunstanciales posibles. El caso del tomate es paradigmático. Durante 2020, pasó de $ 20 por kilo a $ 70. Luego, volvió a $20, pasó a $ 60 y llegó a $ 108. Cerca de fin de año cayó a $ 34 y tocó un piso de $ 12. En mayo último, sufrió una fuerte suba del 37,2%.

En el mismo orden, en mayo bajaron el precio la batata (-9%), la cebolla (-6,2%) y la lechuga (-17,5%). En tanto, subió la papa (2,9) y el citado tomate.

El optimismo del gobierno

En una exposición ante un conjunto de empresarios nucleados en el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP), el ministro de Economía, Martín Guzmán, dijo que “están las condiciones dadas para que mes a mes la inflación vaya reduciéndose”, un desafío que es una “tarea colectiva” para superar “un fenómeno multicausal” que no se puede atacar solamente con política monetaria.

“Para resolver la inflación, la cooperación de todos los agentes de la economía, incluyéndolos a ustedes (empresarios), es fundamental. Es una tarea colectiva, porque si remarcamos precios en base a esa expectativa, vamos a tener un equilibrio alto”, agregó al señalar que hay “una conducción responsable por parte de los sindicatos”, planteó Guzmán.

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