No habrá misión del FMI al país y se despeja camino con Club de París

No habrá misión del FMI al país y se despeja camino con Club de París

Es por la pandemia. Quedaría así liberada la exigencia de una visita como condición necesaria para que avance un acuerdo con el Club de París, que deberá aceptar otro tipo de señal desde Washington.

La pandemia parece haberle dado un golpe de suerte al país. Por disposición de la propia conducción del Fondo Monetario Internacional (FMI), permanecerá suspendida por varios meses más la organización de misiones fiscalizadoras del organismo; especialmente a países con alto nivel de problemática con el covid-19, como Argentina.

Esto implica que en lo que resta de junio, todo julio y probablemente también agosto; no habrá viajes de funcionarios técnicos del organismo que maneja Kristalina Georgieva al exterior, y todo el trabajo continuará siendo remoto y vía Washington. El FMI incluso continuará autorizando a su personal que siga con el home office; y que todo el trabajo de fiscalización de la marcha de los acuerdos vigentes o en negociación (como el caso Argentina), siga siendo de manera virtual y en los tiempos y formas que se mantuvieron hasta esta semana.

Con esta novedad Argentina quedará necesariamente, y no por su voluntad, liberada de la exigencia de la visita al país de una misión del FMI, como condición necesaria para que avance un acuerdo con el Club de París para postergar el pago de los aproximadamente u$s2.400 millones que el país debe liquidar antes del 30 de agosto. Si bien ese organismo con sede formal en Francia había pedido una señal desde el FMI como condición, desde Washington se aclarará ahora que no habrá posibilidades para que esto pueda darse en el tiempo requerido a través de una misión de las mencionadas en el artículo IV de la carta orgánica del Fondo; con lo que el Club deberá aceptar otro tipo de señal de apoyo desde el Fondo.

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Se especula ahora que esta podría ser la confirmación simple y llana que las partes están negociando de manera ejecutiva y de “buena fe”; algo que siempre desde Buenos Aires y la sede del Fondo se reconoció. Habrá que aguardar ahora en algún tipo de comunicado conjunto entre el FMI y la Argentina, para que en París se tome como válida la promesa de los avances en las discusiones como condición indispensable para otorgar el “puente de tiempo” para que el país no caiga en default el próximo 30 de julio. La especulación en el diálogo entre las partes es que como lo que pide Argentina es simplemente un plazo hasta tener un avance que permita firmar una Carta de Intención con el FMI, lo que podría darse luego de las elecciones de noviembre, el Club podría dar el “puente” de dos o tres meses más de plazo para que Argentina no caiga en default.

Prácticamente hay apoyo casi total en los miembros del Club para otorgar este plazo, ya que se contarían con los votos de estados como Alemania (principal acreedor), Francia, Holanda y otros acreedores clave. Solo restaría contar con el apoyo de Japón y Estados Unidos, dos miembros duros con los que se concentrarán las últimas negociaciones en el lapso de tiempo que resta. Sabe Martín Guzmán que si bien se requiere algún guiño del FMI, el aval del “puente” dependerá de las negociaciones directas con los acreedores del Club; tarea que concentra hoy parte de su tiempo.

Este “puente de tiempo” con el Club de París, fue negociado en su momento por Guzmán con el titular responsable del organismo, el ministro de Economía francés Bruno Le Maire, durante el viaje del argentino a Europa de marzo. Se necesitó luego el viaje de Alberto Fernández del mes pasado para que los términos avancen. La posibilidad de avanzar sin la misión del FMI en el medio es una golpe de suerte importante para el gobierno de Alberto Fernández, especialmente en términos políticos.

Un viaje de este tipo tendría el poder de consultar y repreguntar; y eventualmente de cuestionar y discutir los datos que se le muestren. Y de regreso en Washington, los viajeros a Buenos Aires podrían criticar y recomendar cambios de políticas. En otras palabras, los representantes del FMI que tengan la firma autorizada en las misiones del Fondo, estarían en condiciones de tomar examen a los funcionarios locales. Algo que evidentemente sería muy difícil de aceptar de parte del ala política más radical del Gobierno.

De hecho, recuerdan dentro del kirchnerismo, este tipo de misiones fue lo que determinó que el stand by firmado en 2003 termine siendo cancelado y liquidado en febrero de 2005. La decisión la tomó Néstor Kirchner luego de las quejas de varios de sus funcionarios por los datos molestos que a veces pedían los visitantes de Washington. Como el vinculado al nivel de inflación.

El último viaje de los misioneros del FMI comandados por Luis Cubeddu fue en noviembre del año pasado. No tuvo el status de misión de fiscalización dentro del los términos del artículo IV del Fondo, sino que fue una “Staff visit”. Esto es, una visita al país para encontrarse con funcionarios del gobierno y mantener reuniones con economistas privados y referentes de la economía y el sindicalismo de un país.

Eran tiempos en los que Argentina comenzó a discutir seriamente la posibilidad de llegar a un acuerdo con el FMI para el primer trimestre del 2021. Luego de los encuentros de los enviados del Fondo Guzmán avanzó seriamente con los técnicos del organismo; al punto de llegar en febrero muy cerca de los términos generales para firmar una Carta de Intención. Sin embargo todo se frenó a fines de febrero.

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