Al grito de “Ariel Cabrera presente” comenzó el juicio político a la fiscal Roxana Romero

Al grito de “Ariel Cabrera presente” comenzó el juicio político a la fiscal Roxana Romero

Arrancó ayer el proceso de enjuiciamiento a la fiscal de Instrucción, Correccional y de Menores Nº 1 de Paso de los Libres, por mal desempeño. La acusada se abstuvo de declarar. Tres testigos reforzaron la denuncia de “hostigamiento y maltrato laboral”. Una salió en su defensa. El litigio continúa hoy.

Ariel Cabrera, presente!!”, fue la expresión que marcó ayer la apertura del juicio político a la fiscal de Instrucción, Correccional y de Menores N°1 de Paso de los Libres, Roxana Beatriz Romero, acusada de mal desempeño. Los referentes del Sitraj -gremio que denunció a la magistrada por acoso laboral, autoritarismo y maltratos-, eligió esa manifestación para recordar al trabajador de la mencionada fiscalía que falleció  producto de una enfermedad vinculada por el estrés. “Ariel ya no está, no puede hablar. Entonces ¿quién habla por él?”, se preguntó el referente del gremio judicial, Juan Carlos González, y explicó así a El Litoral la decisión de gritar su nombre para honrar su memoria. A sala llena comenzó el quinto juicio político que lleva adelante el Jury de Enjuiciamiento. Pasadas las 8.40 dio inicio al proceso que continuará en el noveno piso del Poder Judicial, en San Juan y 9 de Julio de esta ciudad. “Acoso, autoritarismo y maltrato laboral”, fueron las principales acusaciones que se leyó a la fiscal, del expediente Nº 51/15 a partir de la denuncia del secretario general del Sitraj, Telmo Fernández. En la acusación se señala que Romero incurrió en estas conductas en todos los cargos que desempeñó, en Santo Tomé, Ituzaingó, Mercedes y Paso de los Libres. Se menciona también que en el último cargo que ocupó -la Fiscalía de Paso de los Libres donde ahora está suspendida- hubo “múltiples pedidos de licencia por enfermedad” desde el inicio de su gestión, donde también se enmarca el fallecimiento de Cabrera. Con 35 años de edad y más de 7 de servicio en la oficina judicial, el administrativo murió el 2 de septiembre de 2014 “por una úlcera perforada producto del estrés”, aseguran desde el Sitraj que consta en su legajo.Se destaca además que el Sitraj realizó “reiteradas denuncias” y se menciona incluso sanciones del Superior Tribunal de Justicia. 

Juicio por la verdadLa defensa de Romero -a cargo de Víctor Hugo Benítez y Federico Aguayo- negó las denuncias asegurando que eran “palabras vagas e imprecisas. Ante la falta de pruebas, sólo podemos decir que no se acosó, no se maltrató. Y eso no es una defensa formal”, dijo Benítez y pidió la nulidad del proceso. Argumentando también que la acusada estaba tomando conocimiento de las acusaciones en ese momento. “El juicio debe seguir para llegar a la verdad”, consideró el fiscal general, tras el cuarto intermedio solicitado. Una hora y media después de deliberar, el Tribunal resolvió rechazar el planteo de nulidad y continuó el juicio.Romero se sentó entonces en el banquillo. “Me abstengo de declarar”, dijo sin poder ocultar el nerviosismo de la situación. Comenzó luego la ronda de testimoniales. María de las Mercedes Torres Fernández, fue la primera en declarar. “Estoy aquí porque quiero que el Jurado llegue a un resultado justo”, dijo la secretaria relatora de la Fiscalía Nº 1 de Paso de los Libres. También con los nervios del caso, la letrada planteó lo angustioso de tener que declarar frente a quien fuera su superior y a quien acusan y aseguró “temen”. Cumpliendo con el deber de garantizar una declaración sin presiones, el presidente del Jury, Alejandro Chaín, solicitó a Romero que se retire. Torres Fernández comenzó entonces describiendo las características del espacio físico en el que funciona la Fiscalía, y los cambios que Romero realizó, a su entender, afectando la labor de los trabajadores. A modo de ejemplo, mencionó que “puso dos armarios en un espacio reducido y así se armó un habitáculo en el que debía estar Cabrera, que era de contextura grande”. “Ordenó que los secretarios no podíamos subrogarnos, y así no podíamos viajar a ver a nuestras familias”, contó también la abogada que tiene a su marido e hija en Capital. Para ilustrar, relató entre llantos que “hace dos años mi hija terminó la primaria y nos avisaron que iba a recibir la bandera de Corrientes. Un orgullo. Con una semana de anticipación le solicité a la Fiscal -por escrito- salir de jurisdicción. Pero recién me firmó el permiso cinco minutos antes de que salga el colectivo”. La secretaria buscó la mejor manera de describir cada situación que los trabajadores sintieron como acoso y maltrato. “No ha sido fácil trabajar en estas condiciones”, aseguró y mencionó también que les prohibía hablar con el personal de la Fiscalía Nº 2, que no podían contestar el teléfono y que debían quedarse hasta altas horas de la noche esperando que ella se retirara para después recién hacerlo el personal que llegaba varias horas antes, entre otras cosas.  “El 2013 fue un año muy duro porque empezó a enfermarse todo el personal”, dijo Torres Fernández y aseguró que era “consecuencia de la presión y clima laboral”. “La Fiscal nos descalificaba permanentemente”, agregó y recordó que “me gritó y golpeó la mesa”. “La situación era angustiante, desesperante. Estábamos perdidos porque no encontrábamos solución”, dijo.“Me cuesta un poco recordar porque creo que mi mente quiere borrar todo”, lamentó la abogada y respondió las preguntas del fiscal general, de la defensa y de miembros del Tribunal. A las 13.30 se pasó a un cuarto intermedio y por la tarde declararon, comprometiendo a la fiscal, otras dos trabajadoras administrativas. Luego, una testigo de la defensa favoreció a Romero. Al cierre de esta edición se esperaba escuchar a un quinto testigo. La Fiscalía pidió desestimar a tres declarantes, por lo que finalmente serán 15. El juicio continúa hoy desde las 8. 

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