La grieta que se abre en la oposición

La grieta que se abre en la oposición

La división entre quienes se muestran alineados a las políticas de Alberto Fernández y quienes toman una postura crítica. Lo que se dice del Gobernador y las demandas que llegan desde Juntos por el Cambio.

Los hay más duros: Mauricio Macri, Patricia Bullrich, Miguel Pichetto y los lilitos. Los hay con una postura de acompañamiento pero señalando errores: el radicalismo casi en su totalidad y algunos legisladores del PRO. Y los hay dialoguistas que prefieren dejar las diferencias para el futuro: Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Rogelio Frigerio, Emilio Monzó, los gobernadores radicales y los intendentes PRO del Conurbano. 

Las diferencias de la oposición a la horade plantarse frente al Gobierno de Alberto Fernández y, en menor medida, al de Axel Kicillof marcan una grieta en el arco político no peronista. Desde el sector más radicalizado cuestionan con rudeza, abrieron una intensa participación en las redes sociales y miraron con gozo los cacerolazos iniciados bajo el pedido de que la política se recorte ingresos. Pero son minoría en el universo opositor.

“Me parece bien que se noten las diferencias; siempre fuimos distintos, está bien no ocultarlo”, dijo a La Tecla un hombre cercano a Vidal. Más allá de la heterogeneidad de espacios que componen Juntos por el Cambio, en cada uno hay posturas disímiles, aunque en el PRO, esas disidencias suelen hacer más ruido. El mismo dirigente sostuvo que “las diferencias son claras en la forma de comportarse en una crisis tan grande como esta”.

“En estas situaciones, no hay espacio para la oposición, es todo oficialismo, aunque vos seas opositor. Toda la crítica pública a Alberto Fernández es marginal, es voto (José Luis) Espert, o voto Macri núcleo duro. A los que hacen la crítica pública les salta la alarma de gorila, porque, aunque haya diferencias con algunas cosas que hace Alberto, hay que apoyar, porque esto es una guerra”, ejemplificó un dirigente de Cambio Federal.

En el espacio intermedio se mueven quienes sostienen que “hay que ser colaborativos pero no poner en cuarentena los valores; eso implica exigir que funcionen los tres poderes del Estado, no sólo el Ejecutivo; ser firmes en las denuncias cuando hay excesos en el Gobierno, como lo que pasó en Desarrollo Social; y ser firmes en la posición de que salud y economía deben ir de la mano”. Es el pensamiento que emana desde el radicalismo. No les gustó a esos dirigentes, por ejemplo, que Rodríguez Larreta evitara cuestionar los sobreprecios en alimentos.

También empiezan a aparecer críticas de ese núcleo intermedio por la decisión del Ejecutivo de dialogar sólo con los que tienen gestión, porque “la oposición es mucho más que los que están al frente de la gestión”. Reclaman convocatorias a los presidentes de los distintos partidos políticos que se nuclean en Juntos por el Cambio. 

En el Congreso admiten la tensión entre el sector que pide ser más y los que pregonan acompañar en esta crisis. Las diferencias no varían demasiado de las que ya se marcaban respecto de la oposición cuando Cambiemos era gobierno y el sector de Monzó-Frigerio pedía más diálogo y ampliar la base de sustentación política de la alianza. 

Mucho de lo que sucede se debe a que “estamos viviendo un proceso de derrota, o sea, que no hay una coordinación única como existe en el peronismo por una cuestión jerárquica de cargos. Hay una fragmentación de partes, y aunque tenemos un sentido de la unidad, no hay un criterio hegemónico en este momento”, bocetó un diputado nacional. 

“No hay un ordenador de la oposición, empieza a haber demasiados coroneles y ningún general”, comentó un senador provincial de Juntos por el Cambio. Es un poco la explicación de por qué aparece una grieta en las posturas frente al Gobierno. Claro que algunos saben bien el juego: Rodríguez Larreta busca posicionarse mientras saca rédito de su trabajo codo a codo con el peronista Fernández, los opositores sin responsabilidades de gestión apuestan a que algo salga mal para facturarlo después.

Unanimidad en la crítica hacia el desempeño del Ejecutivo bonaerense

“Alberto hace el trabajo que debería hacer Axel. Alberto establece vínculo con nuestros intendentes, hace política, los ayuda, les da lugar. Axel ve eso y después sale a hacer lo mismo, pero está llegando tarde. No se entienden sus prioridades, y esta pandemia lo dejó más expuesto. Alberto y Rodríguez Larreta lo entendieron, él quedó desdibujado”. La crítica viene de un hombre ligado a Vidal. Resume lo que dirigentes de Juntos por el Cambio de diferentes sectores internos, en privado, dicen del Gobernador.

“En la Provincia, no hay un diálogo si no lo busca la oposición; la reunión que convocó a los presidentes de bloque fue un pedido de la oposición a los presidentes de cámara, y la reunión de los intendentes se la pidieron ellos por carta”, graficó un legislador opositor. “A Kicillof le cuesta en momentos de normalidad y, mucho más, en momentos de excepcionalidad trabajar con la oposición”, agregó. 

Dos de los consultados, también coincidieron en que “no se ve un Estado presente en el territorio; salvo (Sergio) Berni y alguno más, los ministros no se involucran”. Desde la Coalición Cívica advirtieron que “se empezó con una buena relación y una buena intención con Teresa García, pero no hay con los ministerios mayor comunicación”. Los intendentes, por caso, apuntan a carteras como Desarrollo Social.

“A Kicillof le tocó aprender la provincia de Buenos Aires en medio de todo este lío en el que vos tenés que empezar a resolver, y no lo veo tratando de solucionar el grave problema económico que se les viene a los distritos”, dijo un ex diputado del interior.

Espíritu colaborativo, con matices en la relación con el Gobierno  

La UCR es uno de los componentes importantes de Juntos por el Cambio, y desde ese lugar hay una postura bastante unánime de cómo manejarse políticamente durante la pandemia. “La posición es tener un espíritu colaborativo pero exigiendo que funcione la República (piden que vuelva a sesionar el Congreso y regrese a pleno la actividad judicial), y pretendemos que cualquier exceso sea marcado”, sostuvo un dirigente del radicalismo bonaerense. No obstante, hay matices.

El Comité Provincia de la UCR acompaña el espíritu colaborativo y casi sin críticas que machaca permanentemente María Eugenia Vidal. En la Ciudad de Buenos Aires, sectores como los de Emiliano Yacobitti y Martín Lousteau tienen una visión más cercana a lo que piensa Rodríguez Larreta, mientras que Facundo Suárez Lastra, por ejemplo, se muestra más crítico.

A nivel nacional, los gobernadores radicales, con Gerardo Morales a la cabeza, apoyan casi sin cuestionamientos a Alberto Fernández. En el Congreso, el presidente del bloque, Mario Negri, tiene una actitud más zigzagueante, y reparte elogios con cuestionamientos. Es la misma actitud del presidente del partido, Alfredo Cornejo. 

En este caso, en el radicalismo, a muchos les molesta que Alberto Fernández llame a Negri a dialogar pero no a las autoridades partidarias, y reclaman más atención a la institucionalidad del partido.

La situación económica municipal hegemoniza los reclamos opositores

Si en algo coinciden en la oposición, sin distinciones, es en el reclamo de dinero para los distritos. “La recaudación va a caer entre un 30 y un 60 por ciento, y el 80 por ciento de los municipios no va a poder pagar sueldos y la Provincia, tampoco. Sólo puede auxiliar Nación”, dijo un senador de JxC, para quien “no se previeron tan rápido los impactos económicos negativos”.

Coincidió con un exdiputado de raigambre peronista en que será difícil escapar de una cuasimoneda. Dicen que Kicillof debió convocar a todos los alcaldes para llevar juntos la demanda al Gobierno nacional. Uno de los pedidos es el de un mayor flujo para Buenos Aires de la partida especial de 120.000 millones de pesos que se repartirá entre todas las provincias. Allí aparece algún cuestionamiento también al Presidente. 

“Debería repartirse ese fondo por población; así a la Provincia, en vez de tocarle el 20 por ciento, le tocaría el 30 y a la Ciudad, el 10. Además coincide que son los distritos con más coronavirus”, concluyó un dirigente de Cambio Federal. A Rodríguez Larreta no le envían fondos de esta partida, pero no reclama. El jefe de Gobierno porteño hace negocio político pegándose a Alberto Fernández, para así erigirse como líder natural de la oposición. Su sueño es la carrera presidencial. Mientras tanto, los intendentes opositores acusan que

“Kicillof no está pensando en la salida para pagar los sueldos de la Provincia”, y que por ahora, sólo les piden informes desde Economía sobre su situación financiera, sin que lleguen las propuestas de cómo solucionarla.

Críticos con el oficialismo aunque con reparos respecto del ala dura del PRO

La Coalición Cívica, conducida por Elisa Carrió, se clasifica entre los sectores críticos para con el Gobierno. Sin embargo, tampoco hay un absoluto alineamiento a lo que pregona el PRO duro. De hecho, en la Provincia se muestran consecuentes con las políticas direccionadas por Vidal.

Una de las voces más duras es la de la diputada nacional Mónica Frade, quien hace de su cuenta de Twitter una trinchera donde pide la reapertura de la Justicia, reclama por los argentinos varados en el exterior y critica el no uso de barbijos por parte de los funcionarios. Además suele ir seguido a Tribunales. Acaba de presentar un amparo para que Sergio Massa reabra el Congreso. Pero no todos la acompañan. 

Hay sectores bonaerenses de la CC que no están de acuerdo, y señalan, para exculparse, que “venimos de otro lugar de formación política” respecto a la abogada quilmeña. Un punto que separa las aguas entre la CC y el sector más radicalizado del PRO es que Carrió y los lilitos no tienen buena relación con Patricia Bullrich. Hubo incluso alguna tensión cuando la presidenta del PRO quiso promover los cacerolazos.

“Son duros, pero tienen también sus resquemores internos, y no van a generar críticas que perjudiquen la gestión de Rodríguez Larreta”, concluyó un diputado nacional de Juntos por el Cambio. Es que la relación de Carrió con el jefe de Gobierno porteño es óptima.

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