En el Gobierno trabajan en el armado de una mesa de gobernadores para el día después de la elección

En el Gobierno trabajan en el armado de una mesa de gobernadores para el día después de la elección

La estrategia coincide con el plan de Schiaretti de armar un bloque con sus pares y plantarse en la discusión nacional.

En el gobierno nacional se preparan para el día después de las elecciones legislativas del 14 de noviembre y ya buscan una salida ante la previsible crisis política (sumada a la económica) que puede desencadenarse de repetirse o incluso empeorar la derrota de las PASO.

En ese sentido un sector del oficialismo trabaja en el armado de una mesa política con los gobernadores, incluidos los de Juntos por el Cambio y los de partidos provinciales. La idea va en paralelo con el llamado al diálogo que hizo Sergio Massa a la oposición y los empresarios.

Se trata de la primera señal fuerte del oficialismo para armar una estructura política desde la cual tratar de salir la crisis económica y política que toda la dirigencia descuenta que se desatará después del 14 de noviembre.

La idea de armar una mesa de gobernadores coincide con lo que planteó este martes el cordobés Juan Schiaretti. "Nos encontramos frente a un proceso electoral que es singular, se abre la oportunidad para que la voz de las provincias sean escuchadas. Después de las elecciones se abrirá la negociación tanto en el Congreso como también en la mesa de gobernadores", adelantó. 

El planteo de Schiaretti va en línea con lo que plantean en el Gobierno, pero la idea del cordobés es crear un bloque político que haga planteos concretos a la Rosada. El cordobés viene siendo muy duro con los "beneficios" históricos de Nación a la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires y plantea una solución desde el "interior".

La propuesta del cordobés se parece bastante a la mesa que los gobernadores armaron en 2002 para imponerle un rumbo a Eduardo Duhalde para salir de la crisis. En ese momento el presidente interino parecía no encontrarle la vuelta a la situación y los gobernadores le marcaron la cancha con los recordados "14 puntos", que entre otras cosas establecían la necesidad de respetar los acuerdos con organismos internacionales.

Schiaretti es una especie de decano de los gobernadores y muy respetado por sus pares, que a pesar de no reconocerlo como un jefe político lo tienen muy bien considerado como una voz política de peso. Según cuentan, en las reuniones entre mandatarios provinciales el cordobés es por lejos al que más atención le prestan.

A su favor Schiaretti también cuenta con que durante la campaña está haciendo fuerte énfasis en la necesidad de terminar con los "beneficios" económicos al AMBA, un discurso muy seductor para el resto de los gobernadores. "El Gringo" también repite la idea de una salida por fuera de Juntos por el Cambio y el kirchnerismo, a quienes unifica con "la visión de Argentina desde el puerto".

Como sea, en el gobierno nacional no ven con malos ojos un primer paso en la creación de una herramienta para articular una salida a la crisis, que sería complementario al diálogo con la oposición en el Congreso. En el ala moderada de JxC y el schiarettismo sostienen que cualquier convocatoria debe hacerse después de las elecciones, pero no le cierran la puerta a una negociación.

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