La gestión de Kicillof llevó al Instituto de Hemoterapia al borde del caos

La gestión de Kicillof llevó al Instituto de Hemoterapia al borde del caos

Tras la muerte de Nora Etchenique, médica experta en la materia, el gobernador Axel Kicillof designó a Francisco Leone, quien ya se encuentra ocupado con el CUCAIBA, y a una abogada. Indignación y protestas de los profesionales del organismo.

La inesperada muerte de Nora Etchenique, directora del Instituto de Hemoterapia de la provincia de Buenos Aires, dejó a las autoridades bonaerenses al límite de la improvisación a la hora de garantizar el funcionamiento del organismo. Pieza clave en la donación de plasma, Etchenique se había transformado en el motor de un instituto que pocas semanas después de su fallecimiento, cayó en el caos.

A pesar de los numerosos homenajes que el gobernador Axel Kicillof le rindió luego de su desaparición, desde el punto de vista laboral, Etchenique no fue valorada en vida. Esto queda en evidencia al observar, por ejemplo, que nunca se concretó su designación formal. El sueldo de Etchenique, al momento de su fallecimiento, continuaba siendo pagado por el Instituto de Previsión Social.

En los hechos, y a pesar de tratarse de una persona clave en la implementación de protocolos y puesta en marcha de la producción de unidades de plasma COVID para tratar a los infectados de toda la provincia, el estado mantenía con ella una relación informal.

De poco valió la resolución ministerial 1.554 por la cual el organismo pasó a llamarse formalmente Instituto de Hemoterapia de la provincia de Buenos Aires Doctora Nora Etchenique en honor a su memoria y trabajo realizado en vida, ni que el gobernador haya participado el 2 de octubre de un acto en el que se descubrió una placa en su honor. La no formalización de su trabajo dejó en evidencia el maltrato de Kicillof hacia todo el sistema de salud pública.

Hasta el momento, la cancina lentitud con la que se mueven las autoridades bonaerenses ha provocado que aún no exista un reemplazo adecuado para la ex directora. En efecto, una resolución ministerial designó en su lugar a Francisco Leone, un médico terapista sin ningún tipo de especialización en hemoterapia. Preocupantemente, Leone también es el presidente de CUCAIBA, lo que lo pone al frente de dos instituciones demandantes al mismo tiempo.

Si la designación de Leone provocó malestar entre los profesionales del Instituto de Hemoterapia, la polémica la terminó de desatar con la designación de la segunda a cargo del organismo, nada más ni nada menos que una abogada.

En el marco de una emergencia sanitaria sin antecedentes, uno de los organismos más importantes del país en la lucha contra la pandemia del coronavirus, pasó de estar al mando de una especialista altamente preparada a estar en manos de un médico que no tiene tiempo para ocuparse de él y de una abogada que poco y nada sabe del tema. El caos, a veces, resulta tan previsible que duele. 

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