Furia en Lanús: violencia, acusaciones y las verdades que se diluyen en el humo del caos

Furia en Lanús: violencia, acusaciones y las verdades que se diluyen en el humo del caos

El PJ quería poner contra las sogas a Grindetti. El jefe comunal desactivó por segunda vez el dispositivo opositor. La violencia desnaturalizó todo (en rigor, los “polaquitos” y los “goncebates” son gnomos frente a la inflación y el aumento del transporte y los servicios). El camporismo insistirá con los Panamá Papers y el PRO debe activar gestión porque la gente pide más una ciudad limpia, sana y segura, más que una respuesta por Open Door.

Si lo que el Frente para la Victoria (FPV) vernáculo en sus dos versiones lanusenses (la del senador provincial Darío Díaz Pérez y la del joven dirigente de La Cámpora, Julián Álvarez) quería, era poner contra las sogas al intendente de Lanús, Néstor Grindetti, hay que decir que las cosas no le salieron muy bien del todo, a pesar de las infinitas interpretaciones que cada medio opositor u oficialista hicieron de los hechos del pasado viernes dentro y fuera del Concejo Deliberante de Lanús.

En rigor, la violencia fuera del HCD terminó por desnaturalizar absolutamente todo el escenario que la oposición quería montar sobre las acusaciones al intendente, porque -como en todos los disturbios- nunca se sabe quién empezó, quién respondió, quién terminó y quién sacó su provecho.

Los vecinos de Lanús como de cualquier otro municipio, hoy están más preocupados por Mauricio Macri que por Grindetti. Mucha gente, tiene problemas serios por la inflación, el aumento de la luz y el gas y del transporte, y poco y nada saben de “el Polaquito” Soto y la Negra Olga (de Julián Álvarez) o de los barras bravas del Club Lanús conducidos por un tal Goncebate (que según concejales del peronismo, responden al PRO). De todos modos, las fotos y las imágenes del desorden en la vía pública, no le hacen bien a la gestión de Seguridad del Municipio.

Muchos se desgarran las vestiduras porque todo pasó con la policía en el lugar. Quizás, si algunos agentes de la bonaerense hubieran intervenido, las vestiduras hubieran podido por terminar siendo mortajas, porque había militantes, barras, negocios, un club enfrente del HCD y un colegio. No siempre la famosa bonaerense actúa con profesionalismo verdadero para evitar disturbios.

Si la idea de alguien era mostrar caos, lo lograron. Si era generar un clima de tensión social por un rato, lo lograron. Si era tener explicaciones de Grindetti (suficientes o no), lo lograron, si era mostrar que el FPV podía llevar al intendente al recinto, lo lograron. Si querían dejar algo en claro para la gente, directamente cada bloque defraudó a sus votantes.

Desde luego que para la oposición todo fue organizado por el PRO, y para el PRO, fue una pelea entre gente de Díaz Pérez y Julián Álvarez. Al fin, los títulos fueron los disturbios y las sociedades off shore quedaron tapadas por los supuestos disparos y un presunto escrache de “vecinos” al intendente.

A esta altura de la vida democrática argentina, pocos aún creen en los Reyes Magos, y casi cualquier vecino con media hora de información (en serio), sabe que en política ciertos aparatejos de protesta están debidamente direccionados.

Por otra parte, sería necio negar que el escenario político no le esincómodo en este momento al intendente. Si bien, la empresa off shore que no constituyen ningún delito en sí, las informaciones que fueron surgiendo como la cuenta en suiza, la presunta orden de captura con la rimbombante palabra “Interpol” de por medio y la reunión con su gabinete en Open Door, le dieron pasto a las fieras del peronismo para hagan su juego, como era de esperarse.

Grindetti debería concurrir al Concejo el 6 de mayo, con la próxima sesión ordinaria. Los 17 concejales interpelantes ya firmaron el despacho para el tratamiento sobre tablas del tema. Siete de ellos integran el bloque kirchnerista, más el Frente Renovador, Descartes Sindical, Propuesta Peronista y Compromiso Peronista por Lanús, están de acuerdo en solicitar explicaciones al jefe comunal.

Ningún opositor que se precie de tal puede quedarse callado. No lo hubiera hecho el PRO tampoco, si la taba caía para el lado del FPV. Pero a pesar de que el cielo parece estar nublado para Grindetti, la verdad es que no cayó ninguna tormenta sobre su despacho. Y si llovió un poco en el último mes, no tuvo goteras ni manchas de humedad que lo hagan abandonar su oficina que da la avenida Hipólito Yirigoyen. Solo le falta un poco de sol (que viene escondiéndose demasiado para todos) para que su gestión empiece a verse, y eso depende del clima y de su gabinete también, claro.

Cómo desactivar un dispositivo opositor

El FPV necesita ser oposición, las dos caras del peronismo local necesitan mostrar que están para algo en el distrito luego de perder el poder que sostuvieron por más de tres décadas. Para eso todo vale y está bien. Es el juego de la democracia política.

El peronismo de Lanús necesitaba sostener caliente todo el tiempo posible el conflicto. Para el PJ y la Cámpora, que Grindetti no diera la cara, era la mejor carta a jugar. Está de más explicar por qué (todos lo saben). Pero el jefe comunal, se adelantó a la jugada las dos veces que trataron de arrinconarlo.

Esta es la segunda vez que la oposición mueve su fichas respecto de la empresa off shore, y es la segunda vez que el ex ministro de Hacienda porteño responde, rápido de reflejos, y toma la iniciativa para apagar lo antes posible los fuegos que buscan prender desde el peronismo más reaccionario que hoy encabeza La Cámpora.

La primera vez, Grindetti invitó a todos los concejales a su despacho para dar sus explicaciones y lógicamente no fueron todos, pero los que sí estuvieron dijeron salir satisfechos.

Los camporistas se quedaron con la sangre en el ojo porque necesitaban tener su espacio de protagonismo opositor y esperaron un rato más para ver cómo iban a mover las fichas. Al fin, la presunta orden de captura más la salida a OpernDoor, les dio un argumento para hacer una nueva jugada.

Grindetti en el HCD

Muchos soñaban con la palabra “interpelación” vinculada al apellido del intendente. Algunos medios no se perdieron la posibilidad de usarla y ahí nomás la pusieron como bombas de humo en los títulos.

Vale aclarar (y es necesario aclararlo) que una interpelación en el sentido formal de la palabra, amerita que haya un delito comprobado o con semiplena pruebapara que si se demuestra un ilícito se pueda destituir a un funcionario. Hay antecedentes, como el intendente de CosquínMarco Villanueva, imputado judicialmente en 2014, el intendente de Necochea Horacio Telechea por causas comprobadas, el intendente de El Soberbio en Misiones Juan Carlos “Jair” Pereira por negligencias comprobadas, o el caso de Sergio Leavy de Tartagal, Salta, donde se comprobó que desvió fondos para paliar los desastres de las inundaciones.

En el caso de Grindetti, y como él lo dijo en el recinto ante todos los concejales, no está imputado en ninguna causa, menos aún procesado y ningún fiscal lo llamó a declarar en calidad de ninguna categoría.

“Mis abogados van todos los días a los juzgados a verificar y no he sido notificado de ninguna causa y el fiscal no requirió nada de mí. Por lo tanto no podemos ver la causa porque no me requirieron desde el juzgado”, explicó ante la pregunta de la concejal del Frente Renovador Adriana Storni.

Por su parte, el concejal Daniel Pícolo fue quien apuntó a la supuesta orden de detención y el intendente le contestó: “En la segunda semana de marzo, un colega y yo tomamos conocimiento que había una causa en Brasil, posterior a nuestra salida de la empresa y un juez nos estaba requiriendo. Inmediatamente me presenté al juez de Brasil y le expliqué que ya no formaba parte de la empresa y el juez le comunica a Interpol que yo estoy a derecho. Luego me presento a un juez argentino y al ver la resolución del juez brasilero determina que estoy a derecho. En el medio hubo un feriado en Brasil y se atrasa todo, pero no existe ninguna orden de captura que pese sobre mí”.

En tanto la concejal del FPV, Aldana Damone volvió a preguntar algo que ya todo el mundo sabe desde que apareció la información sobre los Panamá Papers: “¿Por qué omitió en su declaración jurada la empresa Mercier y una cuenta en suiza?

“Ya lo expliqué en mi oficina –dijo Grindetti-. No corresponde porque esa empresa nunca tuvo actividad y la cuenta nunca se usó. Esa empresa nunca llegó a nacer”. La edila quiso parecer inquisitiva y no logró el efecto deseado cuando le preguntó: “¿Para qué son las cuentas off shore?

-Sirven para hacer negocios, quieren decir que son de afuera del país, le explicó el intendente.

La última palabra que se oyó de Damonte fue: “Gracias”.

El rol del massismo

Quizás, una de las cuestiones más curiosas fueron los cambios repentinos de discursos del Frente Renovador. Cuando todo empezó, el massismo salió a erigirse como bastión moral y pidió explicaciones al intendente. Grindetti se reunió con ellos y dio las explicaciones que le pareció oportuno.

La respuesta de la gente que conduce el concejal Nicolás Russo fue categórica: “Estamos satisfechos”. De pronto, días después, con la palabrita “Interpol” de por medio, la concejal Adriana Storni, dijo sentir “vergüenza” por Grindetti y explicó su cambio por las nuevas “denuncias que surgieron”. Por supuesto, como no hay ningún delito en el que le jefe comunal esté, siquiera, imputado, Storni apeló a la imagen “ética” de un intendente. Pero lo cierto es que en el recinto, la edila volvió a su primigenia manera de actuar, y no le dijo absolutamente nada en la cara al intendente de lo que dijo a otros medios horas antes del encuentro en el HCD.

Estas consideraciones en las conductas mediáticas de algunos dirigentes políticos, suelen servir para que periodistas y gente común, abran sospechas sobre relaciones “extramatrimoniales”, entre dos espacios. Las formas, deberían ser cuidadas con sabiduría y un poco más de tacto, según parece.

¿Y de ahora en más?

Según algunas fuentes consultadas por Política del Sur, el camporismo querrá seguir insistiendo en ahondar en el nivel ético que puede o no representar tener una empresa off shore, pero a menos que los Panamá Papers generen alguna novedad, la estrategia le puede quedar chica al peronismo.

Por su parte, el massismo seguirá jugando su rol de equilibrista entre el peronismo opositor y el macrismo oficialista, para obtener sus ganancias políticas de cara al 2017, pero la principal responsabilidad de todo, recae, sin lugar a dudas en el Municipio.

Grindetti debe salir a mostrar obra pública, gestión, recibir el dinero de Provincia y poner a funcionar el aparato del Estado Municipal con las ambulancias, los patrulleros, las cámaras, la higiene urbana, el bacheo y el asfaltado de calle, las urbanizaciones de los barrios más vulnerables, traer el metrobús y terminar el puente que unirá Lanús con CABA.

Para los vecinos lanusenses, los Panamá Papers tienen que pasar a ser una anécdota que se termina en ese vocablo y ver una ciudad más limpia, más segura, más sana y más inclusiva. Todo lo demás, es rosca.

 

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