El Frente Renovador exigirá una sesión especial para aprobar la paridad de género

El Frente Renovador exigirá una sesión especial para aprobar la paridad de género

Lo adelantó Malena Galmarini en el piso de InfobaeTV. Además, criticó duramente a Cambiemos, que cajoneó la iniciativa

— Atribuyen a Michele Bachelet una frase que dice que "si una mujer entra a la política, cambia a la mujer. Si muchas mujeres entran a la política, cambia la política". ¿Siente que la representa este pensamiento?

— Sí, por supuesto que sí, desde ese lugar conceptual es que venimos planteando hace muchos años la paridad de género en la política, también en la justicia, en los sindicatos, en la AFA, en todos los ámbitos institucionales debería haber paridad de género. Mitad mujeres, mitad varones es como está conformado la sociedad argentina y mundial. Mucho hablamos de la baja calidad educativa, o de la baja calidad del sistema de salud en la Argentina, pero si uno piensa que el 70 por ciento de los trabajan en educación y en salud somos mujeres, vemos que las mujeres no están representadas en esos lugares donde pasan las decisiones. Por eso peleamos por la paridad de género.

— La paridad de género supone que haya cincuenta por ciento de hombres y cincuenta por ciento de mujeres en el Parlamento nacional y ya tiene media sanción en Senado con un proyecto, y media sanción en Diputados con otro proyecto. ¿Por qué pasa algo así?

— Increíblemente tenemos dos medias sanciones y ninguna ley. Esto quiere decir que tanto los diputados y diputadas como los senadores y senadoras estuvieron de acuerdo con la distribución del 50 por ciento. Sin embargo, las rencillas políticas, las diferencias partidarias hacen que hoy la paridad en el Congreso nacional haya sido tomada de rehén particularmente por la fuerza Cambiemos. En el oficialismo dicen que si no sale la reforma electoral en los términos que ellos quieren o aceptan la paridad y tampoco quieren votar una ley que fue impulsada en el Senado por la senadora Marina Riofrío, que viene del FPV. Por eso exigimos una sesión especial estos días, la semana que viene, para tocar temas de género, hay muchos proyectos que deben ponerse ya en la agenda y salir del sueño de los justos.

— Acá hay una exigencia, una propuesta muy apropiada para este día cuando hay un ruidazo. ¿Creés que si Cambiemos lo avala se puede aprobar?

— El día que se votó la reforma electoral coincidió con la movilización del "miércoles negro". Y tuvo 150 votos. Pero el articulado de la paridad de género tuvo 200/220. O sea, que ya fue votada con un amplio margen. Por lo tanto, creo que es muy sencillo votar la representación que nos corresponde, es algo que no tiene que ver con una filiación partidaria, sino que es justicia con las mujeres. Después de la ley de cupo se votaron un montón de leyes que tenían que ver con los problemas de las mujeres, como la ley contra la violencia de género, la de fertilización asistida, entre otras. La representación de género opera como una ventana de oportunidades para que los gobiernos se hagan cargo, cuestión que este tema lo necesita especialmente.

 

— La ex presidente Cristina Kirchner está con un gran protagonismo en relación a los asuntos de género. Hoy, en particular, por el paro del Día Internacional de la Mujer, pero lo viene haciendo en forma sostenida desde que dejó el poder. ¿Creés que está en línea con lo que hizo mientras fue gobierno?

— No, lo dije en varias oportunidades. Creo que Cristina por llegar más en soledad o por no tener una mirada como mujer respecto a las políticas públicas hizo que las mujeres retrocediéramos, por ejemplo, con la ley de cupos, que no se cumplió en muchas provincias como en Misiones o Santa Cruz. Ni hablar de los concejos deliberantes de los municipios. La mirada sobre la mujer en esos años retrocedió, como se puede ver en los discursos. Una vez dijo que Argentina era un lugar fantástico para ser mamás, mostrando a las claras cómo a veces no se entiende de qué se trata la perspectiva de género.

— ¿Considerás que el Estado tiene una obligación especial en las políticas de género?

— Sí, y tenemos que tener mucho cuidado y aprender a discernir cuando un discurso es declamativo, porque está de moda, porque es políticamente correcto y cuando está aparejado de políticas concretas. El peronismo fue el que más espacio le dio a las mujeres. En el momento en que el presidente Perón otorga el voto, nos dio la posibilidad de ser candidatas. En la Argentina fue el único lugar en el mundo donde pudimos hacer las dos cosas juntas. Incluso hubo un Partido Femenino Peronista que mezclaron sus listas con el Partido Peronista. Ahora, ¿esas políticas eran de Perón o venían de antes? Seguramente había muchas socialistas que venían peleando antes.

— Y mujeres conservadoras. En San Juan fue donde las mujeres votaron por primera en la Argentina y fueron votadas, en un gobierno conservador.

— Sí, es verdad, votaron por primera vez unos 20 años antes de que llegara el peronismo, aunque no fueron votadas. Pero yo voy al punto de que es muy difícil cambiar la cultura. Las mujeres no vamos a tener más posibilidades laborales y derechos económicas y empoderamiento mientras no trabajemos en la corresponsabilidad de las redes de cuidado, vamos a seguir teniendo menos posibilidades. Pensemos que en un empleo siempre se piensa que una mujer va a faltar más al trabajo, porque se quedará en la casa para cuidar a los chicos cuando se enferman. Pero si compartiéramos esa responsabilidad, tendríamos oportunidades iguales.

— La primera dama, Juliana Awada, hace unos meses fue definida como "una mujer decorativa" por la Revista Noticias. ¿Si hubiera sido usted Primera Dama, sería distinta?

— Es posible, primero porque somos mujeres distintas y luego porque tenemos una historia distinta, yo siempre estuve vinculada a la militancia y el bien común desde mi propia familia, incluso desde mi propia madre. Además, porque yo creo en la responsabilidad de género, no solo por el trabajo que puedan tener tantas mujeres de distintos espacios. Por otro lado, no me gusta el título de Primera Dama, creo que es anacrónico, habla de cuando las mujeres éramos objetos, o decorativas, o jarrones. Las mujeres ya no estamos para eso, no nos merecemos eso y ya no debemos hacer eso. Cuando tenés una cuota de poder tenés que pensar en esas mujeres que están siendo oprimidas, golpeadas o asesinadas y hablar por ellas, que no tienen voz.

— ¿Qué cosas que no está haciendo el Gobierno en políticas de género haría usted?

— Hay políticas de largo plazo y políticas de corto plazo. Las mujeres necesitamos urgentemente políticas de cortísimo plazo porque nos están matando, nos están golpeando, nos están humillando todo el día, todo los días. Cuando una mujer se anima a denunciar ya pasó, en promedio, veinte años de vivir una vida con violencia. Por lo tanto, además de la urgentísima necesidad de políticas de corto plazo también se requieren encarar urgentemente políticas de largo plazo que empiecen a construir ese cambio cultural que probablemente no vea ni siquiera mi hija, que está acá con nosotras, para ir a la marcha. Son siglos y siglos de una cultura patriarcal y machista que no se van a lograr cambiar en algunas décadas. Por eso insisto en que no hay que distraerse, cada paso que las mujeres damos, cada espacio que conquistamos hay que defenderlo con mucha mayor fuerza, porque siempre hay alguien agazapado para sacarnos lo que tanto nos costó conseguir.

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