La mañana recién asoma. El frío y el viento no son los mejores compañeros. Sin embargo, eso no detiene a los hombres, mujeres y niños que, a pocos metros de la avenida Circunvalación y la ruta provincial 55, remueven tierra y colocan árboles a lo largo de un predio de cinco hectáreas. El terreno casi blanco, salinizado por las aguas del río Nuevo, le pertenece a la Universidad Nacional de San Luis (UNSL). Allí, los voluntarios plantaron unos mil álamos plateados.

Las actividades forman parte del Plan de Forestación Urbana que implementó el Municipio, para estabilizar la Cuenca del Morro.

Instituciones, organizaciones,  vecinos y entes de gobierno, se suman cada semana para formar parte del equipo. En esta oportunidad, integrantes de la Agrupación 23 de Diciembre, la Iglesia "Jesucristo de los Santos de los últimos días" y la asociación de Vecinos Unidos de la Zona Estación, prestaron sus manos y habilidades.

Setecientos ejemplares fueron donados por Raúl Garro del campo "La Huerta", de la localidad de Las Vertientes: los otros trescientos, llegaron desde el barrio Güemes, un aporte que hicieron los lugareños.

La elección del lugar para la plantación no fue al azar. El predio de la UNSL —que fue cedido por la Municipalidad en 2015— es uno de los sectores más afectados por el fenómeno ambiental. Hasta hace algunas semanas, las napas llegaban hasta treinta centímetros de la superficie.

Edgar Garro, ingeniero que integra el equipo comunal, explicó que gran parte del terreno "presenta mucha salinidad, pero los álamos son muy resistentes a ella, lo cual ayudará mucho. Además, es una especie práctica, ya que no requiere de tanto mantenimiento".

En menos de cuatro horas, el fruto del trabajo en equipo comenzó a verse desde la ruta. Ordenadamente, grandes y chicos se encargaron de colocar una a una las donaciones. Los más fuertes tomaron las dos hoyadoras que prestó la Unidad Ejecutora de Forestación, y se animaron a hacer los huecos en el terreno. Detrás, sus compañeros de tarea pusieron los álamos, asegurándose que quedaran firmes y en su lugar.

Entre risas, algunos aprovecharon para descansar y con un café o un mate, calentaban el ambiente. “Nos pone muy contentos que nos dejen participar. Como comunidad, realmente preocupa lo que ocurre con el río Nuevo. Entonces creemos que sumándonos a la causa, podemos ayudar”, dijo Marcelo Gallardo, en representación de la Iglesia. Elder Mogollón y la Hermana Sandau, dos misioneros que llegaron desde Perú y Estados Unidos para acompañar a la comunidad mormona, destacaron la propuesta medioambiental.

"Creo que está muy bien; además es una buena manera de cuidar el planeta", dijo el Elder. "No conocemos mucho de lo que pasó con los ríos aquí, pero siempre es bueno una mano”, agregó la Hermana Sandau. Al igual que desde hace algunos meses, las forestaciones continuarán en otros sectores de la ciudad. El intendente Mario Merlo, quien también participó de la plantación masiva, adelantó que el lunes colocarán árboles en el Picódromo, el club Colegiales, La Peña Mercedina y el Lote Eva Perón.

"Vamos trabajando cada vez más. Nos asombra tanta participación de la gente, sobre todo de los jóvenes y las organizaciones. Es muy importante que todos nos integremos a esta gran cruzada", destacó Merlo.

Por último, el concejal Jorge Rosales —uno de los organizadores de la actividad— contó que planean "buscar más plantas de Las Vertientes. Próximamente iremos con el camión y traeremos unas diez mil. Para esta ocasión, fuimos hasta el campo 'La Huerta', también participó el intendente de la localidad, Milton Aguilar, que nos dio una mano. Como pidió el Gobernador y también el intendente, seguimos  adelante con la participación de la comunidad. La idea es continuar. Actualmente en la ciudad tenemos catorce metros cuadrados de verde por habitante; para fin de año queremos llegar a los veinte”, señaló Rosales.