Fernández contiene a los dirigentes propios y descarta mayo conflictividad si gana

Fernández contiene a los dirigentes propios y descarta mayo conflictividad si gana

Mantiene la alianza con los "cayetanos", que concentran mayor capacidad de movilización. Sin embargo, el candidato no tiene diálogo ni lo abrirá con los sectores piqueteros duros.

Alberto Fernández escuchó el reclamo de los movimientos sociales y logró que los dirigentes que más vínculo tienen con el Frente de Todos canalizaran la demanda de la manera más ordenada posible. Fernando “Chino” Navarro, Emilio Pérsico y Leonardo Grosso coincidieron con el candidato presidencial que la protesta callejera debía trasladarse al Congreso en forma de proyecto de ley. De esta manera, el candidato presidencial logró no solo bajar el nivel de conflictividad de los sectores que le responden, sino también arrinconar a la Casa Rosada, que debió acompañar el proyecto de Emergencia A limentaria, que ahora tratará el Senado.

Un día después, ante distintos interlocutores que pasaron por sus oficinas de la calle México, Fernández descartó que, en caso de ganar las elecciones generales, se encuentre con un escenario de caos en las calles como el que se vive por estos días frente al Ministerio de Desarrollo Social. Aun a pesar de que allí protestan los piqueteros más duros, que no tienen diálogo con él. “Todo también depende de cómo deje el gobierno Mauricio Macri”, aclaran. Pero en el entorno del candidato insisten en descartar conflictos al inicio de la gestión con los dirigentes que reclaman medidas sociales para los sectores más vulnerables. “Es a los primeros que se va a mirar”, dicen quienes ya estudian medidas.

Frentes de protesta ya apuntan con sus reclamos a Alberto Fernández

Los “cayetanos”, conformados por la Corriente Clasista y Combativa (CCC), la Confederación de los Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) y Barrios de Pie-Somos, que aglutina a Grosso, Navarro y Pérsico, contiene también a dirigentes como Juan Carlos Alderete y Daniel Menéndez. Todos están alineados con el Frente de Todos, de tal modo que muchos peronistas que quedaron heridos por los cierres de listas vieron cómo estos sectores consiguieron espacios en distintas boletas. Este sector es el que más poder de movilización tiene, pero no está dispuesto a sacarlo a la calle durante un posible gobierno de Fernández. O por lo menos en su inicio.

“Los ‘cayetanos’ vivimos la crisis de 2001 y no queremos que se repita. Aprendimos de ese entonces y entendimos que debe haber instancias de negociación y salidas institucionales a los reclamos. Esta semana dimos muestra de eso con la media sanción en la Cámara de Diputados de la Ley de Emergencia”, dice uno de sus miembros para explicar que con el próximo gobierno primará el diálogo.

En el Frente de Todos admiten que la situación social es crítica, pero está lejos de que las protestas que hoy encabeza un grupo minoritario como el Polo Obrero y Barrios de Pie-Libres del Sur se magnifiquen. Aseguran que no hay diálogo con estos sectores ni lo habrá. “Alberto no es presidente, no debe negociar nada con ellos y no puede prometerles ni darles nada. Si protestan es porque esperan una respuesta de Macri, no de Alberto”, afirmaron cerca del candidato.

Juan Grabois les dijo a Alberto y a Máximo Kirchner que bajará el perfil

“La cobertura social es escasa pero llega a todos. Hoy la gente tiene un mango en el bolsillo con los planes y con las jubilaciones. Quienes no alcanzan a comer tienen una red de contención de comedores. No alcanza pero está lejos de compararse con el estallido de 2001”, detallan.

Juan Grabois, referente de la CTEP, entendió que cualquier movimiento que haga iba a ser endilgado a Fernández. “No soy un loco suelto, no voy a perjudicar a la campaña”, le transmitió a Fernández pero también a Máximo Kirchner cuando lo acusaron por la irrupción de militantes en los shoppings. Después de encender la polémica con el debate de una reforma agraria, el dirigente entendió que no es momento de alterar la calle.

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