Comenzó la cuenta regresiva. En medio de la segunda ola de coronavirus, con varios hospitales de la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano Bonaerense sin camas UTI, el presidente Alberto Fernández extenderá el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) con las restricciones correspondientes a mitigar el impacto de la segunda ola de coronavirus en la Argentina.

Hasta el momento, el Gobierno Nacional analiza varios caminos a tomar. Hasta ahora, sabe que la restricción de circulación nocturna bajó el movimiento de personas en más del 50%, y consideran que fue muy positivo. Ahora buscan bajar la cantidad de personas en transporte público.

Luego de la charla que mantuvo con los gobernadores, el presidente agregará algunos retoques a la estrategia que comenzó hace casi 15 días en el AMBA. Frente a ese escenario, Fernández recibió el apoyo de todos los gobernadores, incluso los de la oposición le agradecieron su accionar en medio de la pandemia.

Frente a esas muestras, el jefe de Gobierno Porteño, Horacio Rodríguez Larreta, bajó la guardia y le dijo al primer mandatario que se sumaría a las medidas que él decida. Igualmente, la decisión sobre las clases presenciales continúa en medio del debate y no se sabe cuál será la decisión del presidente en las nuevas medidas. En tanto, el gobernador Axel Kicillof ya le adelantó que continuarán las clases virtuales en la provincia de Buenos Aires. 

El principal acuerdo que habrá para el área metropolitana incluye los controles de tránsito. Más allá del refuerzo de los retenes, también se evalúa cerrar 18 accesos entre la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires. Una de las posibilidades de horarios de cierre es entre las 18 y las 8 de la mañana.

A esas medidas, se les sumarán a algunas modificaciones en la red de subterráneos, trenes urbanos y colectivos. Desde la próxima semana, el control será mucho mayor, se agregará más personal y también se analiza la forma reempadronar a las personas que utilizan el transporte público. En ese sentido, se analizan bajar algunas actividades esenciales que pueden realizarse vía “home-office” para que disminuya el uso de tres, subtes y colectivos.

Por ese motivo, los restaurantes y los bares son uno de los puntos más analizados. La medida más fuerte sería el cierre de todos. Algo que el Gobierno Nacional desechó ya que considera que fue uno de los rubros más golpeados durante la pandemia. Por eso, existe la posibilidad de que no haya variación y que puedan atender a sus clientes con mesas en el exterior hasta las 19 y luego funcionar exclusivamente con la modalidad de delivery.

Lo que harán es redoblar controles para que en los restaurantes y bares se respeten el distanciamiento y no haya mesas ocupadas dentro de los locales. En tanto, el resto de los comercios, como locales de ropa, regresarán a la atención al público desde la calle. Pedirán que se bloquee el acceso dentro del local y los clientes esperan y sean atendidos al aire libre.

Pero existen medidas más fuertes que se han puesto en la mesa de negociaciones y el presidente analiza junto a sus asesores. Una de ellas es la extensión de la restricción de circulación. En la actualidad comienzan a partir de las 20 y dura hasta las 6 de la mañana. Ahora podría haber un cambio. Se analiza que la circulación se termine a las 18 horas y termine las 8. Otra opción es que sólo se adelante una hora, es decir, desde las 19 hasta las 6. También se discute qué hacer con las actividades al aire libre, como los deportes amateur y otras actividades no esenciales.

Sin dudas, la medida más dura sería la vuelta a la Fase 1 durante los fines de semana. Es decir, un cierre total de todas las actividades los sábados y domingos para que tanto la circulación como las reuniones sociales, que seguirán prohibidas, bajen a cero en la realidad. En el caso de que el presidente no quiera elegir ese camino, la segunda opción para los fines de semana sería comenzar la restricción de circulación de las 18 horas. Por ahora, no está definido y se definirá en las próximas horas cuando se escriba la letra chica del DNU.