Exclusivo: Trotta decidió quedarse y peleará para que reabran las escuelas

Exclusivo: Trotta decidió quedarse y peleará para que reabran las escuelas

Cómo se gestó la decisión de Alberto que sorprendió al gabinete. "No le podemos ceder la educación a Larreta", debaten en el Gobierno.

Nicolás Trotta se enteró que Alberto Fernández anunciaría la suspensión de las clases presenciales el miércoles a las 18, dos horas antes de que el presidente hiciera el anuncio ante las cámaras.

 

Una hora antes de enterarse, el ministro de Educación difundió un video junto a la ministra de Salud, Carla Vizzotti, en el que ratificaba que seguirían abiertas las escuelas pese a las nuevas restricciones. Vizzotti y Trotta no venían trabajando en soledad para que eso ocurriera: los acompañaba el jefe de gabinete, Santiago Cafiero.

 

Entre los tres analizaban un formato para mantener la presencialidad en las aulas con alguna frecuencia de acuerdo a cómo avanzaba la situación epidemiológica. Se analizaba reducir los días o la carga horaria, haciendo un equilibrio con el cierre de otros sectores que siempre jugarían en función de mantener la presencialidad aunque sea en un mínimo.

Desde su aislamiento, Alberto le avisó a Cafiero que quería cerrar las escuelas porque la situación estaba descontrolada y porque la presencialidad generaba una circulación que había que frenar.

 

Cafiero se reunió de urgencia con Trotta para avisarle que el presidente no compartía la posición de la tríada con él y Vizzotti.

Fueron horas críticas para el ministro de Educación, que meditó su renuncia. Sin embargo decidió quedarse en el Gobierno por dos motivos. El primero fue no hacerle pagar otro costo político más al presidente con su renuncia, que habría sido capitalizada por la oposición. El segundo es que quiere pelear para que reabran las escuelas en 15 días, cuando se termine el plazo que el propio Alberto relativizó este viernes.

 

Durante el jueves lo llamaron muchos gobernadores para preguntarle cómo proceder en las provincias y el ministro les pidió que siguieran con la presencialidad, puesto que el foco estaba puesto en el AMBA.

Alberto se reunió con Trotta este viernes y le reconoció que la medida es muy impopular y que sabía que iba a pagar un costo político importante. Pero le advirtió que está muy preocupado porque la curva de contagios no para de crecer.

 

Trotta dijo que va a hacer lo imposible para que las aulas se reabran el 3 de mayo, por más que por la evolución de la pandemia la decisión sea que los chicos vayan un solo día por semana.

El ministro retomó para eso la idea que venía trabajando con Vizzotti y Cafiero: hacer seguimiento de los casos y adaptar la presencialidad a la evolución de los contagios, en un equilibrio con el resto de los cierres. Incluso si hay que cerrar un sector para que los chicos tengan una hora más de clase en las aulas y si hay que pelearse con los gremios.

 

El debate que se da dentro del Gobierno y más que nada con sectores del kirchnerismo, va más allá de las escuelas. Creen que por esta discusión corren riesgo de cederle el centro a Horacio Rodríguez Larreta. "No le podemos regalar ni el centro ni la educación a Larreta", aseguran en el Gobierno, en donde recuerdan que el peronismo ganó por recuperar el centro con Alberto.

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