España gira a la izquierda al grito de “sí, se puede”

España gira a la izquierda al grito de “sí, se puede”

Es un vuelco histórico. El PP perdió la mitad de su control territorial a manos de partidos de izquierda moderada como Podemos. Incluye ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla.

España se vuelca a la izquierda al grito libertario de “Sí, se puede”, y gana en las principales ciudades españolas y núcleos urbanos. Es un acontecimiento histórico llamado a tener grandes consecuencias que, por empezar, movilizan a una enorme cantidad de ciudadanos desencantados. El Partido Popular desciende de 34 ciudades que controlaba a 19 y pierde en municipios que eran un fortín conservador.

El fenómeno se produjo este sábado al constituirse las 8.122 municipalidades que habían participado en la votación del 24 de mayo pasado. En un proceso más lento se producirán los trámites constituyentes en 13 comunidades autónomas que también sufragaron en esa fecha.

Se sucedieron concentraciones populares en los escenarios de triunfo de las diversas expresiones de izquierda pero también en otros lugares de España donde se festejó lo que los manifestantes consideran una nueva etapa de renovación de la vida política.

El PP, visiblemente afectado, emitió un comunicado acusando al PSOE de entregar el control de la izquierda a los “radicales”. La izquierda gana en 16 capitales de provincia. Cuatro de las cinco ciudades más pobladas de España pasan a ser gobernadas por ese sector: Madrid, Barcelona, Valencia y Zaragoza, que fueron controladas por el PP durante años.

Un resultado muy significativo, dada la importancia central que Galicia tiene para el PP. De siete ciudades gallegas la izquierda se impuso en 6. Las llamadas Mareas Atlánticas, grupos alternativos de unidad popular, han sido el motor fundamental de este cambio que modifica la fisonomía política.

La izquierda se impuso en Santiago de Compostela, Ferrol y La Coruña Vigo será gobernada por los socialistas. Igual en otras ciudades de gran importancia como Sevilla, Cádiz, Huelva, Pamplona, Córdoba, Valladolid, Zamora, Toledo, Badalona, Tarragona, Mérida, Huesca o Palma de Mallorca.

Los dos triunfos más significativos para los libertarios-Indignados fueron en Madrid y Barcelona, cuyos ayuntamientos fueron rodeados por multitudes que repetían las consignas de Podemos. Dos mujeres, Manuela Carmena en la capital española y Ada Colau en Barcelona son las grandes protagonistas de esta jornada cargada de emociones y entusiasmo. Ninguna de las dos formaba parte de la vilipendiada clase política, motejada “la casta” por los rebeldes.

Ambas tienen un estilo directo, muy cálido que entusiasma a sus seguidores. Las dos prometen ocuparse con toda urgencia, de los más necesitados: los chicos con problemas de desnutrición a los que se alimentara gratuitamente entre los 0 y 13 años. Se reforzarán con recursos municipales la asistencia a los sin techo, y sanitaria.

Manuela y Colau, gran luchadora contra los desalojos dispuestos por los bancos, ya comenzaron hace pocos días a negociar para que les den tiempo a buscar viviendas para quienes pueden perder sus casas.

El PP estaba seguro de que la principal dirigente de los conservadores más crispados, Esperanza Aguirre, repetiría sus triunfos. Pero al final ganó Manuela, como cariñosamente la llaman sus partidarios, que fue consagrada alcaldesa con el apoyo de los socialistas. Una gran Verbena Popular se organizó en Madrid para festejar el triunfo.

Miles de personas se reunieron, a su vez, en torno al Ayuntamiento barcelonés para apoyar a la investidura de Colau que en su discurso evocó sus orígenes humildes y anunció una política de transformaciones. La nueva alcaldesa arrebató el poder a los nacionalistas de Convergencia y Unión que gobernaron la capital durante años.

Las negociaciones para reunir los votos de la mayoría se complicaron porque Esquerra Republicana de Catalunya exigió a Colau que cumpliera un calendario independentista, a lo que ella se negó. Al final los republicanos aceptaron y se sumaron otros grupos nacionalistas y los socialistas. La flamante alcalde anunció que no iba a alquilar alfombras rojas de honor pero que si colocaría pantallas para seguir la ceremonia. “Así los ciudadanos se enteran directamente”, dijo.

También ordenó cambios en el protocolo para aumentar la presencia entre los invitados de representantes de grupos sociales que hasta ahora jamás pisaron una ceremonia oficial. Además, los militares y la Iglesia vieron disminuidos sus protagonismos. Y por primera vez, se invitó a un rabino y a un imán islámico al mismo nivel que las autoridades eclesiásticas católicas “para expresar el respeto al pluralismo religioso”.

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