Entonces ordenó un desalojo compulsivo de los chicos, que estaban inmóviles frente a la entrada del edificio. Policías inusitadamente desaforados, con una violencia propia de barras bravas, los atacaron furiosamente. Avergüenza que sectores políticos todavía mantengan un silencio asombroso en torno a lo sucedido . Más deplorable fue la represión, de un salvajismo tercermundano inenarrable. Nadie de la comuna salió a dar explicaciones. Mientras, todo Berisso sigue perplejo ante el escándalo.

Los Hechos

En la escuela secundaria N° 1, ubicada en calle 10 y 169, pleno centro de Berisso, los estudiantes y los docentes sufren desde hace rato serios problemas edilicios.

Por ejemplo, según relatan profesores de esa escuela, es común tener que suspender alguna hora de clase por las palomas que ingresan a las aulas. Además, todos los días los alumnos deben limpiar la caca que se acumula en los pupitres y en los rincones del establecimiento.

Si llueve, en el salón de actos no hay goteras: caen chorros de agua. Si hace frío no hay calefacción. Todo es desidia y necesidad, un combo espantoso. Las autoridades ya reclamaron ante la Provincia y el Municipio que se resuelvan los problemas. Los alumnos también, en repetidas demandas que se canalizaron mediante notas, quejas, cartas y otras vías de comunicación.

Hoy a la mañana, militantes de la CCC se congregaban a las 09.00 para exigir una serie de reivindicaciones ante la comuna. Nedela aceptó que ingresara una delegación, y un puñado de militantes permaneció en la esquina del municipio.

Mientras, otro grupo, pero de estudiantes secundarios de la Escuela 1, se acercó a pedir a la Municipalidad que se utilicen recursos del Fondo Educativo para comenzar, por lo menos, a reparar el desvencijado edificio donde cursan a diario.

Al llegar a la puerta, según confirmaron a Info BLANCO SOBRE NEGRO dos testigos que estaban en el lugar, se acercó un funcionario municipal , y a los gritos ordenó a un grupo de uniformados: “Saquen a esos pibes, que se vayan ahora mismo, tengo órdenes del Intendente”.

Los testigos lo reconocieron inmediatamente: era el mismísimo comisario de la 1ra, Héctor Vargas, que acababa de terminar de cumplir una pena dispuesta por la Jefatura Departamental junto a Asuntos Internos de la Bonaerense.

Es decir, Vargas, el Comisario que dirigía la barra de uniformados descontrolados que atacó a los pibes, acababa de cumplir varios días de arresto, volvió a la actividad y enseguida monitoreó la salvaje represión que ordenó insólitamente – y para el asombro de toda la comunidad berissense – contra adolescentes que pedían poder estudiar sin heces, aves ni agua, un piso mínimo de dignidad para aprender. Nada más.

Este portal habló con uno de los alumnos que estuvieron en el lugar y que sufrió la increíble furia policial. Se llama Tomás Etchazzarreta, y está cursando 6to año.

Tomás explicó que fueron a reclamar al municipio porque no creyeron conveniente ir a protestar al Consejo Escolar: “Es la comuna la que administra el Fondo Educativo”, señaló, y contó que en las asambleas en el colegio evaluaron ir al Concejo Deliberante, o realizar alguna protesta en la puerta de la escuela. “Pero los que pueden resolver este problema están en la Municipalidad, así que fuimos ahí por eso. Y no le faltamos el respeto a nadie, ni logramos, siquiera, hacer algo de ruido. Tan sólo pedimos una audiencia con Nedela”, aclaró Tomás. En el modo pausado y lento de hablar, en la voz quebrada del adolescente, podía sentirse todavía el rigor y la fuerza represiva que sufrió junto a sus compañeros del centro de estudiantes.

Lo que también pudo confirmar en base a numerosos testimonios info BLANCO SOBRE NEGRO, es que no es la primera vez que el intendente resuelve “liberar” a la policía para que garantice el orden. El desatino mayor en este caso fue que los chicos estaban quietos, no era necesario frenarlos, contenerlos, y menos ahorcarlos, como se ve claramente en el video que acompaña a esta crónica.

Es evidente que el jefe comunal de Berisso tiene un miedo atávico, inexplicable, desproporcionado, y sobre todo, peligroso. Si algún chico o alguna chica hubieran terminado hospitalizados esta tarde, Nedela sería noticia nacional. La ineptitud fue tan asombrosa que podría compararse con la de alguien que usa un serrucho para cortar grisines.

“Ayer fuimos cuatro representantes del centro de Estudiantes a pedir una audiencia y nos dijeron que hasta la noche estaba ocupado (Nedela)”, relató Tomás. Y añadió: “Cuando este mediodía llegamos a la municipalidad, hicimos una especie de cordón en la vereda para que nadie pensara que íbamos a hacer lío. Nos dijeron que ingresáramos dos representantes. Estábamos frente a Defensa Civil, donde entran y salen autos. Nadie nos recibió, salimos, y mientras charlábamos qué hacer, la policía se nos vino encima, de repente, y a los golpes”.

“Mañana vamos a hacer una asamblea y una sentada en el Colegio para resolver cómo seguimos”, finalizó Etchazarreta.