Un empresario argentino está camino a ser santo

Un empresario argentino está camino a ser santo
Se trata del fundador de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas y uno de los creadores de la Universidad Católica Argentina (UCA), Enrique Shaw
El empresario argentino Enrique Shaw podría llegar a convertirse en el primer hombre de negocios del mundo en ser declarado santo, si prospera en el Vaticano una causa que fue impulsada por el Papa Francisco cuando era arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires.

Se trata del fundador de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas y uno de los creadores de la Universidad Católica Argentina (UCA), que vivió entre 1921 y 1962, y tuvo una ejemplar vida personal y profesional, al impulsar el crecimiento humano de sus trabajadores inspirándose en la doctrina social de la Iglesia.

Su causa de canonización, iniciada en el año 1999 en Buenos Aires, tomó hoy un nuevo impulso con un acto que se desarrolló en la UCA de Puerto Madero, donde concluyó formalmente la fase diocesana y se dio comienzo a una nueva etapa en el Vaticano.

"Será un santo de traje y corbata, que andaba en motoneta, auto y avión, un hombre de nuestros tiempos y nuestra patria, que nos dice que la santidad es posible en el mundo de hoy", afirmó en la ceremonia el postulador de la causa, Juan Navarro Floria.

Shaw ya fue declarado "siervo de Dios", el primer peldaño que debe transitar cualquier candidato a los altares, que continúa con la declaración como "venerable" -cuando se confirma la heroicidad de sus virtudes- y luego, con la comprobación de un primer milagro, se llega a ser beato; y con otro, santo.

Encabezada por el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, el acto dio por concluida la etapa de investigación y recolección de testimonios en Buenos Aires -la diócesis de origen del candidato a santo- y ahora la causa será enviada a la Congregación para las Causas de los Santos, en Roma, donde el proceso puede durar varios años.

La historia de la causa está signada por la participación e impulso del hoy papa Francisco: en 1999 el entonces arzobispo porteño aprobó al primer postulador de la misma, Juan Luis Cavo; en 2001 dio el visto bueno para iniciar el proceso; en 2004 aprobó al segundo y actual postulador, Navarro Floria; y finalmente en 2005 da inicio formalmente.

"Shaw nos dejó un testimonio de vida intensa, de amor a Dios y al prójimo. Fue un empresario responsable, un laico comprometido, un padre amoroso, con una amplia cultura humanista e inspirado en la doctrina social de la Iglesia", aseveró por su parte monseñor Poli, al presentar los documentos que serán enviados a Roma.

Hijo de padres argentinos -Sara Tornquist y Alejandro Shaw-, Enrique Shaw nació en París y fue traído al país cuando tenía dos años; egresó con notas sobresalientes del colegio La Sallle, entró a la Marina con uno de los mejores promedios y se casó con Cecilia Bunge ­hija del fundador de Pinamar-, con quien tuvo 9 hijos.

Alejado de la Marina, se dedicó al mundo de la empresa y llegó a ser director de Cristalerías Regolleau, donde tenía a cargo a 3400 obreros, desde donde impulsó una caja previsional propia, además de una mutual para brindar servicios médicos, subsidios y préstamos.

En 1961, cuando la empresa se vendió a capitales norteamericanos que querían despedir a 1200 obreros, Shaw -ya enfermo de cáncer- se opuso terminantemente y viajó a Estados Unidos para proponer soluciones que evitaran los despidos, lo que finalmente logró.

Una de las mejores postales que lo pintan como "un jefe distinto" fue cuando, muy deteriorado por la enfermedad terminal, se pidieron dadores de sangre para sus frecuentes transfusiones y se presentaron unos 260 obreros de la fábrica. "Ahora sí puedo decirles que casi toda la sangre que corre por mis venas es sangre obrera", les dijo el patrón a los trabajadores a modo de agradecimiento por el gesto.

Murió el 27 de agosto de 1962 a los 41 años y hoy su causa llega a Roma para sumarse a la lista de argentinos en camino a ser declarados santos, que integran -entre otros- los ya beatos Cura Brochero, Ceferino Namuncurá, la Madre Crescencia Pérez, Artémides Zatti y Laura Vicuña.

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