El presidente Alberto Fernández dio oficialmente la señal de largada de la campaña electoral. De a poco, había comenzado a cimentar el terreno discursivo y esperó a que se terminaran de acomodar las funciones de los integrantes del Frente de Todos para el hilado fino de cara a las elecciones legislativas septiembre-noviembre.

El acto de la Asociación Bancaria fue el condensador del mensaje: todos contra Mauricio Macri y contra María Eugenia Vidal -aunque ninguno de los dos vaya a ser candidato- como emergentes de la herencia recibida en Nación y en el territorio bonaerense, donde descansa el peso simbólico de los resultados. Ya lo sufrió el kirchnerismo dos veces con las derrotas a manos de Francisco de Narváez en 2009 y en 2013 con Sergio Massa, ahora en las filas aliadas. Las dos elecciones de medio término del gobierno de Cristina Fernández.

"Nos recomendaba en inglés desde Nueva York que nos enamoremos de (Christine) Lagarde y estaba poniendo de rodillas a la Argentina con un crédito que sabía que no íbamos a poder pagar" dijo Alberto Fernández en La Bancaria sobre Macri. Y respecto de Vidal, agregó que "tuvimos una gobernadora que se jactaba de no abrir hospitales y que decía que abríamos universidades para gente pobre que nunca iba a llegar".

"Llegamos el 10 de diciembre para poner de pie a una Argentina caída, golpeada tras años en los que se endeudó a la Argentina en modo irresponsable", arengó Fernández en modo campaña y con críticas a Macri y Vidal.  Todo resuelto: los sujetos y el objeto del discurso

Ese acto de apertura del 48º Congreso Nacional Bancario del miércoles 23 de junio con una modalidad híbrida, con los principales actores en un auditorio y el resto por videconferencia, estaba previsto con el discurso del presidente y más tarde, el del gobernador Axel Kicillof, sin que se cruzaran. Sin embargo, un retraso de Alberto provocó que compartiera la mesa principal con Kicillof. Oportuna coincidencia, luego de que Cristina Fernández se quedara con la voz de apoyo del gobernador bonaerense en la última actividad pública juntos, una semana antes en La Plata.

Discurso e imagen, en la Casa Rosada señalan que la estrategia pública nacional para las elecciones estará encarnada por Alberto y Kicillof.

Atentos a los gobernadores 

Mientras la oposiciónde Juntos por el Cambio trata de resolver sus grietas en el Frente de Todos trabajan a todo ritmo para consolidar el reparto de roles 

as elecciones legislativas tienen un tinte nacional, pero hay una centralidad en los acuerdos que hay que anudar de a poco con los gobernadores provinciales. Los ministros del Interior, Eduardo "Wado" De Pedro y de obras Públicas, Gabriel Katopodis, son los encargados de "peinar" el territorio par atender las necesidades de los mandatarios provinciales. 

Querido Gringo 

Córdoba es una de las preocupaciones electorales con el siempre esquivo gobernador Juan Schiaretti, a quien lo ubican siempre en la frontera del oficialismo... la más fronteriza con Juntos por el Cambio. Es pública su relación con Mauricio Macri y su discreto vínculo con la Casa Rosada.

Fue todo un gesto la visita del presidente para inaugurar una obra vial en Córdoba y el agradecimiento al "querido Gringo". No fueron todos gestos de cariño. Alberto le dedicó más tiempo a destacar la figura del senador Carlos Caserio, el referente del Frente de Todos en la provincia.  Y, de paso, recordó ante Schiaretti que estaba inaugurando una obra  que no se habia podido inaugurar porque el Gobierno de Macri "paralizó el 70% de las obras" y dejó una deuda con contratistas por 35.000 millones de pesos.

La relación tensa con Schiaretti es un clásico de los últimos años en el peronismo: los legisladores de la provincia no integran el Frente de Todos y tienen bloque propio , con temperamento a veces más cercano a sectores de la oposición. Así fue en el caso de la reforma judicial. Schiaretti tampoco firmó la solicitada de gobernadores peronistas cuando la Casa Rosada redujo la coparticipación a la Ciudad de Buenos Aires, a fines del año pasado.

En la cámara de Diputados también observan el rol de Sergio Massa que parece haber tomado la agenda económica de clase media . El tigrense está teniendo un rol central en el tema impositivo al punto de que fue no solo el que impulsó la suba del piso de Ganancias sino que también acordó la ley correctiva y confirmó que en septiembre se disparará la cláusula gatillo producto de la suba salarial por las paritarias que se están acordando por encima del 45% de aumento. El rol que tendrá Massa es parte de las especulaciones de la etapa que viene, cuando las urnas hayan cantado el resultado.

Por Gabriela Granata