Edificio de la Procuración: nuevos indicios del negociado

Edificio de la Procuración: nuevos indicios del negociado

La procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, está imputada en la causa

El fiscal Eduardo Taiano, quien investiga el pago de millonarias comisiones en la compra del edificio de la Procuración General de la Nación, acumula indicios sobre los manejos oscuros que se produjeron alrededor de la licitación para la adquisición del inmueble.

En julio de 2013, la Procuración le pagó 43.850.000 pesos a la firma Arfinsa -del Grupo Bemberg- por el edificio de la calle Perón 667 donde tiene sus oficinas la procuradora Alejandra Gils Carbó, quien está imputada en la causa.

La compra se hizo mediante la licitación pública número 1 del año 2013. Era la licitación más importante de la gestión Gils Carbó, que había comenzado meses atrás.

En ese proceso intervino Guillermo Bellingi, quien había sido designado subdirector general de la Procuración por Gils Carbó. Bellingi -que según su designación respondía directamente de la procuradora- modificó una condición del pliego de licitación que permitió que Arfinsa, representada por Jaureguiberry Asesores Inmobiliarios, se presentara.

Arfinsa le pagó a Jaureguiberry una comisión de 7,7 millones de pesos por el asesoramiento. Jaureguiberry, a su vez, le pagó 3 millones de pesos (559.000 dólares de julio de 2013) a Juan Carlos Thill, productor de seguros de La Plata, sin relación alguna con el negocio inmobiliario.

Pero Thill tiene relación con Bellingi: son hermanos por parte de madre. La hipótesis que manejan los investigadores es que la comisión que le pagaron a Thill era por la información calificada y reservada sobre la licitación que le daba Bellingi para que a su vez se la diera a los que iban a terminar siendo los vendedores del edificio.

Para los investigadores se direccionó la licitación para favorecer a Arfinsa y desde dentro de la Procuración –Bellingi por lo pronto- le dieron información que sólo podían tener en la repartición pública.

Infobae reveló varios mails que están en el expediente que reafirman la hipótesis sobre el tráfico de información a cambio de dinero. Bellingi-por mail-  pedía ablandar la condición de la presentación del certificado fiscal para contratar con el Estado para favorecer al tándem Arfinsa-Jaureguiberry.

Jaureguiberry recibió un mail de Thill cuyo asunto era "Pliego definitivo" que, a su vez, les reenvió a directivos de Arfinsa y del Grupo Bemberg. Eso evidenció que Thill tenía información calificada a través de Bellingi y la difundía.

El  4 de abril de 2013- con la licitación en pleno desarrollo- a las 1.11 PM Bárbara Jaureguiberry le envió a Thill un correo electrónico en el que decía: "Hola Carlos. Adjunto el Contrato para que lo firmes y certifiques tu firma. Por favor avísame cuando lo tengas, así lo firmo yo también y certifico la mía. Hoy a la tarde me reúno con Adrián, por lo que después de la reunión, te voy a enviar la minuta de cómo quedarían finalmente los montos, siempre siguiendo la base de lo que hablamos ayer. Beso!"

Los "asesores" hablaban de los contratos entre ellos que publicó este medio en los que se establecía cómo iba a pagar la comisión que finalmente cobró Thill. El contrato tiene fecha del 4 de marzo, días antes de que la licitación se hiciera pública. Pero es enviado para la certificación de firmas un mes después. Algo que les llama la atención a los investigadores.

El Adrián que nombra Jaureguiberry en el mail es Adrián González Fischer, uno de los ejecutivos de Arfinsa, quien también recibió el mail del asunto "Pliego definitivo" que estaba en posesión de los ganadores de la licitación antes que se hiciera público. Se desprende del mail que era González Fischer quien iba a poner la cifra que finalmente iba a recibir Thill.

El caso se encamina hacia una definición. El fiscal Taiano y el juez Julián Ercolini aguardan el resultado de un amplio peritaje informático para conocer todos los intercambios de mails entre los protagonistas.

Cerca de Gils Carbó niegan tener relación con el cobro de las millonarias comisiones y señalan a Bellingi- que fue apartado de su cargo por Gils Carbó luego de que Infobae revelara el pago de comisiones a Thill- como "un empelado infiel". Tanto dentro de la Procuración como en los Tribunales está clara la maniobra: traficaron información calificada de la licitación millonaria a cambio de dinero.

Solo falta determinar las responsabilidades. Eso corre por cuenta de Taiano y Ercolini.

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