El presidente Alberto Fernández empezó a desplegar una “diplomacia de la pandemia”, como le llaman algunos funcionarios del Gobierno, que implica establecer un esquema de acuerdos tácticos con países de la región que busca sellar la Argentina en lo inmediato para atender a dos enemigos comunes: el avance del COVID-19 y la recesión económica.

Esta fue la estrategia que empezó a mostrar Alberto Fernández en su charla de anteayer con su par de Chile Sebastián Piñera y ayer con Luis Lacalle Pou. La ronda de diálogos telefónicos continuarán en los próximos días con el presidente de Paraguay, Abdo Benítez; Nicolás Maduro de Venezuela e incluso con jefes de Estado con los que está enfrentada la Argentina como ser Jair Bolsonaro en Brasil y a la presidenta interina de Bolivia, Jeanine Añez, a quien el gobierno argentino nunca la reconoció como legítima. El plan no discrimina ideologías.

“Más allá de las diferencias ideológicas este es un momento para unificar esfuerzos, coordinar acciones y encarar juntos medidas para contrarrestar la pandemia del coronavirus y la recesión económica que está dejando ese virus”, comentó a Infobae un funcionario allegado al jefe de Estado.

La superación de las diferencias ideológicas por encima de la situación de crisis es un hecho concreto que se cristalizó en el llamado que hizo Fernández a los presidentes Lacalle Pou y Piñera. No son precisamente dirigentes de su lineamiento político pero el Presidente cree que en esta crisis se debe ser más pragmático que ideológico.

En este sentido, tanto la charla telefónicas que mantuvo con Piñera como la que ayer tuvo con Lacalle Pou el presidente argentino buscó establecer una mayor cooperación en materia de insumos sanitarios, la eventual compra masiva y unificadas de material para atender la crisis como puede ser los respiradores que escasean a nivel mundial, los acuerdos en materia de comercio y la coordinación de las tareas de control en las fronteras con aquellos vecinos cercanos a la Argentina.

Desde la Casa Rosada se menciona que en los próximos días Alberto Fernández seguirá su plan de “diplomacia de la pandemia” con llamados a sus pares de la región. Infobae quiso saber si ello incluiría a Bolsonaro con quien está distanciado, Añez que el Gobierno no reconoce como autoridad legítima o Maduro que está severamente cuestionado por la comunidad internacional por sus rasgos autoritarios. “No podemos dejar afuera a nadie. Esta crisis no reconoce ideologías o amiguismos”, dijo tajante otra fuente del Gobierno que comparte con el Presidente sus horas en la quinta de Olivos.

En la charla de Fernández con Piñera, como adelantó Infobae, no se habló del cortocircuito que ambas administraciones mantuvieron en los últimos tiempos primero por las diferencias de estrategias asumidas para atender la pandemia y luego por el mensaje de respaldo a la oposición de Chile con el Grupo Puebla que dio el presidente argentino. Esta señal generó el llamado de atención de la Cancillería chilena al Encargado de Negocios de la embajada argentina en Santiago. Pero nada de ello se mencionó en el diálogo de los presidentes que dieron por superadas las diferencias y apostaron por aumentar los contactos para establecer acuerdos de cara a los efectos de la pandemia.

Alberto Fernández, Santiago Cafiero y Julio Vitobello durante la conversación con el presidente de Chile Sebastián Piñera

Mercosur y Brasil

Ayer, en el comunicado oficial de la Argentina sobre la charla de Fernández con su par de Uruguay se destacó que que ambos presidentes “se comprometieron a profundizar el trabajo conjunto dentro del Mercado Común del Sur (Mercosur) para corregir las asimetrías de la región. Ambos mandatarios instruirán a sus cancilleres para avanzar en este sentido”. Y Fernández resaltó que “Argentina y Uruguay deben ayudar a buscar una lógica regional en el Mercosur”. Para que no queden dudas aclaró: “La decisión no es irnos del Mercosur sino hacerlo más grande, con más miembros”.

Como expuso Infobae, Uruguay, por su lado, prefirió no mencionar el párrafo del Mercosur con esos detalles. Más bien, el mensaje del presidente argentino apuntó a despejar las dudas que quedaron el fin de semana cuando la Cancillería anunció un virtual alejamiento de la Argentina del bloque regional.

En la Casa Rosada apuntan al canciller Felipe Solá por no haber comunicado “clara y detalladamente” la intención de Argentina de frenar los procesos de negociación de los acuerdos de libre comercio con Corea del Sur y Singapur en medio de esta crisis de COVID-19. Esto no es lo mismo que irse del Mercosur como dejó entrever la Cancillería.

En rigor, ahora desde el Gobierno aseguran que el presidente Fernández nunca quiso decir que se iba del Mercosur aunque así se entendió. Ayer, la vocería de la Unión Europea emitió un comunicado en el que destaca que “la Argentina sigue firmemente comprometida en poner en vigencia el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea” y destaca los esfuerzos que hace la administración argentina por mantener los acuerdos de cooperación entre el Mercosur y la UE. Un nuevo mensaje que envió el Gobierno para despejar dudas sobre su salida intempestiva del bloque regional.

Por otra parte, desde el Gobierno remarcaron la decisión del Presidente de conformar un Comité Bilateral de Emergencia con Brasil para enfrentar el COVID-19 que será coordinado por los respectivos Ministerios de Defensa.

El ministro de Defensa Agustín Rossi, se comunicó con su par brasilero Fernando Azevedo para proponerle la conformación de esta comisión especial conjunta para llevar adelante desde las Fuerzas Armadas una tarea coordinada para mitigar la pandemia.

Se trata de un hecho político de alta importancia porque el presidente Alberto Fernández y su par Jair Bolsonaro tienen abiertas diferencias a la hora de encarar la pandemia y, hasta ahora, los gobiernos no se habían comunicado respecto de este tema para coordinar una agenda común.

Desde esta mirada de la “diplomacia de la pandemia” esta sería una muestra más de los planes de Alberto Fernández por coordinar esfuerzos en la región y articular políticas para enfrentar el avance del coronavirus y los estragos de recesión económica que dejará el COVID-19.