El dilema de Sergio Massa: una invitación clave de Alberto Fernández y dos leyes del Frente Renovador

El dilema de Sergio Massa: una invitación clave de Alberto Fernández y dos leyes del Frente Renovador

Alberto Fernández quiere que el titular de Diputados lo acompañe a la Cumbre de las Américas. En el Congreso se debate la boleta única de papel y dos leyes massistas para el alivio fiscal de la clase media

 

Por ANALÍA ARGENTO

Ante cada crisis del Gobierno Sergio Massa acompaña en privado pero en público se calla. Esta nueva crisis es casi terminal para el oficialismo que recibe encuestas lapidarias respecto al 2023, incluso distritos históricamente peronistas.

 

El Frente Renovador postergó sin fecha un plenario de debate para discutir cómo mantener su identidad mientras el albertismo y el kirchnerismo tensan en forma permanente al Gobierno sin resolver nunca el conflicto. "Hay que repensar el Gobierno, reorganizarnos y dejar de pelearnos entre nosotros, salir de la discusión interna y trazar una estrategia", se escucha entre distintos aliados importantes del Frente de Todos. Los renovadores están entre los que piden frenar una guerra que allanará el camino a Juntos por el Cambio o a Javier Milei.

 

La salida de Matías Kulfas significa para muchos la claudicación del Presidente que entregó a uno de los funcionarios que más lo representan. No pudo reclamarle a Cristina Kirchner por los reiterados destratos públicos que sufre, por ejemplo, de parte de Sergio Berni. "El tío borracho", lo llamó el ministro de Seguridad de Buenos Aires sin que nadie lo frenara.

La designación de Daniel Scioli como nuevo ministro de Desarrollo Productivo es para algunos la revitalización del ex candidato a presidente, una esperanza. Para otros, entre ellos los massistas, es un desacierto político. Además hay quienes señalan que optar por Scioli es no valorar la lealtad de Massa estos dos años.

El diputado y el embajador están distanciados por cuestiones políticas y personales. Pero además el massismo considera que la elección del 2015 la perdió el ex gobernador no sólo por causa de la gestión de Cristina Kirchner sino por la propia en Buenos Aires.

Su regreso desde Brasil es un espaldarazo para una posible candidatura y una revancha en 2023.

En ese contexto el presidente Alberto Fernández decidió invitar a Massa para que lo acompañe a la Cumbre de las Américas en Los Angeles, un "mimo" y al mismo tiempo una oportunidad para discutir de política y gestión, de analizar un reacomodamiento general.

Massa todavía no dijo que irá. Esta es una semana difícil en la Cámara de Diputados con una oposición animada después de la denuncia del funcionario saliente.

Como ocurrió en otras oportunidades este último sábado Massa llegó a la quinta de Olivos a las tres de la tarde. Durante varias horas discutió con el Presidente que ya había decidido la salida de Kulfas. El lunes a las 9 de la mañana volvió a la residencia presidencial y llevó en su VAN al Presidente hasta la Casa Rosada porque no podía volar su helicóptero. Quedaron en confirmar si Massa se suma o no a la comitiva de un viaje tentador por el roce con Joe Biden y la representación de Argentina con la presidencia de la CELAC a cargo de Alberto Fernández.

El problema es el fondo de la crisis institucional y política.

En el entorno del Presidente varios ministros venían tendiendo puentes con el kirchnerismo. Principalmente Gabriel Katopodis, de Obras Públicas, y Juan Zabaleta, de Desarrollo Social, intentaban rearmar la mesa política que solía reunirse en La Plata con Axel KicillofMáximo KirchnerMartín Insaurralde y Massa.

LA MESA DE TODOS

Hace diez días lo mismo le propuso al Presidente el gobernador Jorge Capitanich que incluso le entregó un documento con las ‘reglas' de funcionamiento del Frente de Todos como coalición. Alberto Fernández posó en el escenario de Chaco con el texto y pidió unidad, como volvió a pedir que no se divida el peronismo el viernes en Tecnópolis después del ‘reto' de la Vicepresidenta.

Son los temas de los que hablan los socios más importantes del Frente de Todos.

En ese marco Massa es la tercera pata que buscaba el equilibrio en la coalición gobernante. En su espacio le dicen que los desaciertos y desencuentros derraman y no a su favor sino todo lo contrario. Por eso se concentra en los temas de su agenda, como la suba del mínimo no imponible de Ganancias. Y esta semana arranca en Diputados -a su pedido- el debate del alivio fiscal para monotributistas y autónomos.

 

La agenda parlamentaria de estos días es por demás complicada y puede agravar la imagen del oficialismo. La oposición convocó a una sesión para votar la boleta única de papel que resiste el Gobierno. Juntos por el Cambio, más partidos provinciales, el cordobecismo, socialistas de Santa Fe y los integrantes del interbloque Federal aunaron fuerzas y lograría la media sanción que no quiere el Frente de Todos. El oficialismo podría frenar la ley en la cámara alta o podría haber veto presidencial. La ausencia de Massa en una sesión caliente como la que se prevé podría tener costo político. Pero además el oficialismo quiere dictaminar sobre las dos leyes -monotributo y autónomos- que impulsa el tigrense para el alivio fiscal de una clase media golpeada por la economía.

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