“El desarrollo de Finlandia fue posible gracias a la educación”

“El desarrollo de Finlandia fue posible gracias a la educación”

Entrevista al premier finlandés. Juha Sipilä, de visita en la Argentina, discutió del tema con Macri. Vino con una delegación de empresarios fineses.

Para muchos argentinos, Finlandia es un lejano país, cercano al Polo Norte, tierra entrañable de Santa Claus. Más allá del tango, que atrae de un modo tal a la población finesa como para convocar anualmente un festival nacional, no parecen haber muchos puntos de contacto con nuestro país. O al menos no en el imaginario de la mayoría de nuestros compatriotas. Sin embargo, los finlandenses tienen mucho para enseñarños. En las últimas décadas, Finlandia se convirtió en una nación con empresas de alto valor agregado y presencia global. Su clase política y empresarial, de la que el primer ministro Juha Sipilä, 55 años, es un fiel exponente, sigue un puñado de principios con notable resultado: espíritu pragmático para resolver problemas, respeto a las reglas consensuadas y una apuesta muy fuerte por la educación.

“La base del desarrollo es la educación y eso es la mejor apuesta para el futuro. Ese es el corazón del tema hoy y un asunto en el cual podemos cooperar”, dijo Sipilä en una entrevista con Clarín al final del primero de sus dos días de visita a la Argentina.

Sipilä –un ingeniero de 55 años, padre de cinco hijos y abuelo de seis nietos– tiene un pasado de empresario ligado a las telecomunicaciones. Su carrera política empezó en 2011 al ser elegido Diputado por el Partido del Centro. Ayer se reunió con el presidente Mauricio Macri y con media docena de ministros, acompañado de una delegación de empresarios de las más importantes compañías de su país como Nokia, Vaisala, Valmet, VTT y Wärtsilä.

“¿Por qué Argentina? Esta es una fase muy interesante y el momento correcto para una visita porque con el cambio de gobierno se están abriendo las ventanas para empresas extranjeras”

–¿De qué habló con Macri y con los ministros argentinos?

–Discutimos sobre cooperación en el campo de la energía, en especial en energías renovables. Otro sector es el de las telecomunicaciones, en el que Finlandia es muy, muy fuerte. Hay una nueva oportunidad aquí. Luego hablamos de minería. Pero en todos los encuentros un tema central fue la educación.

–¿Educación? ¿Cómo se armaría un acuerdo en esta área?

–Discutimos programas para la formación de maestros y también tenemos acuerdos desde hace muchos años en el nivel universitario. Vamos a firmar un memorandun de entendimiento sobre estos temas para que podamos tener una especie de paraguas para futuras cooperaciones en este campo.

–Cuando se habla de desarrollo de países, Finlandia brilla: escasa población, pocos recursos naturales, amplio territorio con difíciles condiciones de habitalidad. Sin embargo, en 50 años generó nichos productivos de alto valor agregado que hoy sostienen su economía. ¿Qué enseñanza debería extraer Argentina?

–Un elemento de la competitividad finlandesa es tener una buena educación. Todos pueden devenir profesor o llegar al nivel de doctorado si tienen motivación y capacidad personal. Otro aspecto de nuestra competitividad es que vivimos en el norte, donde hay inviernos muy fríos. Cada finlandés tiene que resolver problemas prácticos en su vida diaria. Y cuando usted combina estos dos aspectos, una educación de alto nivel con esta capacidad práctica, entonces se enfrenta a la condición que ha hecho de Finlandia un país líder en distintos campos. No estoy seguro de que Finlandia pueda darles algún consejo a seguir. Pero la base de un desarrollo de largo aliento es la educación. Es la mejor apuesta para el futuro. Para nosotros eso es muy importante: educación y las reglas básicas que todos en el país deben seguir.

–Finlandia no está acostumbrada a la inmigración masiva, ahora recorta gastos y el desempleo sube. ¿Es cierto que usted ofreció su casa de descanso a refugiados?

–Es cierto. Pero tuvimos que cancelar la oferta por razones de seguridad. El tema era público y temimos que la familia tuviera problemas para moverse. Antes Finlandia tenía de 3.000 a 4.000 pedidos de asilo. Ahora ese numero creció diez veces. Tenemos problemas, pero la mayor parte de la población local comprende que es gente que escapa de la guerra. Finlandia quiere ayudar. Por supuesto, como en toda Europa, hay resistencia. Creo que nuestro foco debe ser resolver las causas de fondo en Siria, en Afganistán. Pero estas causas, por ahora, lamentablemente, aún están ahí.

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