"El desafío del BID es alinear su visión con los intereses prioritarios de la región"

Cecilia Todesca, la candidata argentina a presidir el BID, dialogó con LPO sobre la propuesta que presentó el gobierno ante esa institución.

 

El próximo domingo 20 de noviembre el Banco Interamericano de Desarrollo elegirá a su nuevo titular y Cecilia Todesca Bocco aspira a ser la primera argentina y la primera mujer en presidirlo.

El BID es un organismo clave para la región y una de las principales fuentes de financiamiento para los países, lo que lo convierte en un botín muy codiciado para los gobiernos. 

Sin acuerdo con México y Brasil, el gobierno de Alberto Fernández postuló a Todesca, funcionaria de Cancillería y uno de los cuadros técnicos del albertismo, para una contienda que todavía no tiene una resolución clara.

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Desde Washington, donde se encuentra trabajando para su candidatura, Todesca accedió a dialogar con LPO y presentó sus planes para el Banco. 

 

 

 

 

¿En que punto están las negociaciones por la presidencia del BID? ¿Puede haber candidato único por consenso?

 

 

 

No estoy al tanto de cómo viene, eso ocurre en otras esferas. En este momento estoy en el Banco, que tiene una agenda positiva y la Argentina presentó una propuesta muy sólida como proyecto de presidencia. Al momento somos cinco candidatos: Gerard Johnson fue propuesto por Trinidad y Tobago, Gerardo Esquivel Hernández por México, Ilan Goldfajn por Brasil, Nicolás Eyzaguirre Guzmán por Chile. La decisión final se tomará el 20 de noviembre en una reunión híbrida de la Asamblea de Gobernadores, quienes deberán elegir al próximo presidente o presidenta del organismo.

 

 

 

¿Cómo juega México? ¿Quedó resentida la relación luego de en su momento haber apoyado la candidatura de Beliz y la decisión de Alberto de no acompañar el boicot a la cumbre de Los Ángeles?

 

 

 

Desconozco cuál es la posición de México respecto a estos temas. El candidato, Gerardo Esquivel Hernández, es muy sólido y tiene una gran trayectoria.

 

 

 

Sin embargo el más competitivo es Ilan Goldfajn

 

Es un candidato natural porque es el actual director del FMI para el hemisferio occidental.

Entiendo que la propuesta que lleva la Argentina al BID debe ser diametralmente opuesta a la que lleva Goldfajn, un claro exponente de la ortodoxia

 

No conozco la propuesta brasileña. Cada país hace su presentación pero no puede acceder a la presentación del otro.

 

 

 

 

¿Cuál es la propuesta que Argentina presenta para presidir el BID?

 

 

Nosotros decimos que hay cinco desafíos. En primer término la brecha de productividad, luego infraestructura y exclusión social; tercero la exclusión territorial y la problemática de la conectividad regional y nacional; cuarto el cambio climático y por último las tareas de cuidado.

 

¿Cuál es tu diagnóstico sobre las problemáticas de la región?

 

El mundo atraviesa circunstancias excepcionales. Los países asisten al efecto combinado de la pandemia y de la guerra. Estos shocks sucesivos, en un periodo de tiempo muy corto, han generado lo que ha dado en llamarse una "crisis en cascada". Esta expresión no se refiere solo a la cronología de los shocks, también da cuenta de los diversos sectores que han sido afectados: la producción, el empleo, la salud, la educación, el ambiente, y, más transversalmente, la cotidianidad de los hogares, en especial de las mujeres, por el impacto en el mundo del trabajo y en las tareas del cuidado. La vida de las personas se ha visto profundamente alterada, incluyendo más recientemente la preocupación por el costo de la vida.

La crisis es severa, los desafíos son muchos y los pronósticos sombríos: no hay tiempo para perder, estamos frente a una oportunidad única para la región y el Grupo BID

América Latina y el Caribe no es una excepción y atraviesa esta crisis en cascada en un contexto global signado por la fragmentación geopolítica, el incremento de la inflación, las dificultades para el acceso a los alimentos y la energía y el impacto severo del cambio climático, particularmente en el Caribe. En un contexto regional de alto endeudamiento, el cambio en las condiciones financieras internacionales afecta severamente las principales variables económicas y sociales. Para 2023 se espera una fuerte desaceleración del crecimiento económico, tasas de inversión insuficientes y una disminución del comercio internacional. El escaso espacio fiscal para desplegar políticas anticíclicas, no solo retroalimenta las desigualdades sino que debilita la demanda, perpetra la anemia inversora, incluyendo la reversión en los flujos de inversión extranjera directa, y acicatea la inestabilidad social y política.

 

 

 

Una región que se caracteriza por una desigualdad estructural.

 

Los indicadores sociales son todavía más desalentadores. La región parte de una situación estructural de pobreza y desigualdad elevada. La crisis en cascada tendrá un impacto severo en estas variables: la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) se refiere a una nueva "década perdida", mientras que el cumplimiento de los compromisos asumidos en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) luce poco plausible.

 

Las circunstancias globales, como se ve, son particularmente desafiantes. Si en algún momento el avance de la globalización pareció una tendencia inexorable, hoy las regiones se preparan para acortar las cadenas de valor, agregar más ciencia y tecnología por motivos de seguridad interna y para dominar las nuevas tecnologías, incluidas aquellas compatibles con una reversión en el proceso de destrucción del ambiente. Estos objetivos implican, al mismo tiempo, una oportunidad para el impulso al mercado de trabajo con mejores salarios y un salto en materia de innovación para la generación de los nuevos productos y procesos, incluyendo las actividades relacionadas con la economía del conocimiento.

 

 

 

El BID, ¿debería profundizar aún más en saldar esos desequilibrios?

 

A fines de la década de 1950, la creación del Banco fue el resultado de un auto-diagnóstico respecto a las falencias en materia de desarrollo económico y social de los países de la región. En este nuevo contexto, el BID tiene que renovar su relevancia y su naturaleza cooperativa. Concretamente, el BID debe centrar sus esfuerzos en tres aspectos estratégicos: las acciones para combatir el cambio climático, la promoción de la digitalización, entendida no solo como el acceso universal a las comunicaciones sino como la transición a la industria 4.0 y los servicios basados en conocimiento imbricados en todas las ramas de actividad, y la reducción de las distintas brechas de género a través, entre otras cosas, de una mayor inversión en infraestructuras de cuidado. La reforestación, la transición a una agroindustria sostenible y hacia energías renovables, el cuidado de las reservas de agua dulce, la protección de las poblaciones originarias, una estrategia decidida para avanzar en la paridad en materia de género y diversidad y el acceso a la digitalización para familias y empresas son objetivos que podrían articular una agenda de financiamiento para reducir las desigualdades que hoy caracterizan a la región.

Télam

 

 

 

Entiendo que también hay espacio para trabajar activamente en la integración regional

 

En un mundo fragmentado, América Latina y el Caribe puede presentar, a través del BID, un ejemplo de diálogo, unión e integración. Recuperar la voluntad política para transformar y modernizar la estructura productiva y social de América Latina y el Caribe, revisitar la relevancia y naturaleza cooperativa del BID y capitalizar la institución son acciones vitales para la eficacia de la institución y para su rol como catalizador de los recursos del sector privado. El impulso a la inversión, endémicamente reducida en la región, el desarrollo de nuevas capacidades productivas y estímulo a la creación e internacionalización de más empresas, la actualización de la infraestructura, incluyendo las infraestructuras para el cuidado, cuya importancia se puso de manifiesto en estos días en la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, el aumento del empleo con derechos, con especial énfasis en la incorporación de las mujeres y las diversidades al trabajo y la internacionalización de todos los países del continente como actores gravitantes en la reconfiguración de las cadenas de valor son funcionales a la estabilidad macroeconómica y al bienestar de la población. Una acción decidida con fondos suficientes también ayudaría a disminuir los desplazamientos de personas en situación de vulnerabilidad entre países y entre los distintos territorios de cada país. Oportunidades concretas de formación, trabajo y progreso también redundarían en mejoras sustantivas en los niveles de violencia y en favor de la vida en paz y en democracia.

 

¿Cúales son los desafíos?

El desafío que hoy enfrenta el Grupo BID es alinear su visión con los intereses prioritarios de la región, aprobar un incremento de capital y aprovechar la capacidad y la experiencia de su staff, principal activo del Banco, para establecer un diálogo franco y cotidiano con los países miembro. La crisis es severa, los desafíos son muchos y los pronósticos sombríos: no hay tiempo para perder, estamos frente a una oportunidad única para la región y el Grupo BID.

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