El hecho ocurrió el 19 de diciembre pasado. Según las crónicas de ese día, un policía de civil evitó a los tiros que dos hermanos de 17 y 15 años le robaran la moto en la zona de Falucho y Mendoza. El más grande murió poco después, el menor resultó herido pero se recuperó en el hospital. 

Sin embargo, la versión de los familiares de los jóvenes es bien distinta: aseguran que Thomás (17) y Leandro (15) reparaban la moto en ese lugar cuando una explosión del motor provocó que el efectivo policial creyera que le estaban disparando. Entonces, el uniformado, identificado como Santiago Pérez, tomó su arma y los atacó “por la espalda”. Luego, “plantó” un arma en un contenedor de basura ubicado a pocos metros.

Como se sabe, Thomás murió poco después de haber ingresado al hospital Interzonal, pero Leandro se recuperó y pudo volver a su hogar del barrio Cerrito. Allí, días después del episodio recibieron una señal que reforzó la hipótesis del gatillo fácil. “Unos desconocidos bajaron de un auto y abordaron a un amigo de mi hijo y le pidieron que le enviara un mensaje: que se dejara de joder, que lo iban a matar”, relató a 0223 Marta, madre de los chicos.

Todo esto fue denunciado el lunes en la puerta de Tribunales, en donde también reclamaron que se garantice la seguridad del joven que salió herido del hecho. El miércoles, en tanto, trasladaron la inquietud al Concejo Deliberante. Allí pidieron apoyo de los distintos bloques políticos.

El titular de la Dirección de Derechos Humanos de la municipalidad, José Luis Zerillo, también se reunió con la madre de Thomás. “Nos dijo que mañana (por el viernes) iba a hacer una presentación en Asuntos Internos de la Policía Bonaerense para pedir la destitución del efectivo que mató a mi hijo por la espalda”, contó la mujer.

Por último, Marta, remarcó que su familia “no tiene miedo”, aunque reconoció sentir “mucha angustia por la falta de justicia”.