El cura argentino en Gaza: “Es una guerra, apuntada a los niños"

El cura argentino en Gaza: “Es una guerra, apuntada a los niños

Su hermana habló con él ayer. Fue el último contacto que tuvieron. Él le reveló que sigue refugiado en su capilla, pero que la "situación cada vez se agrava más". Contó que  no hay agua potable, y que la gente toma agua servida y hasta del mar.

La familia del cura argentino Jorge Hernández contó cómo sobrevive el sacerdote a la guerra en Gaza, donde está al cuidado de 29 chicos discapacitados, mujeres con bebés y un grupo de monjas. Silvina Hernández, hermana del cura que vive con sus padres en la ciudad mendocina de San Rafael, dijo esta mañana en una entrevista con radio Mdz que ayer a las 14 fue la última vez que la familia pudo comunicarse con el sacerdote de la única iglesia católica de Gaza. "Está preocupado porque cada vez la situación se agrava más", dijo la hermana.

Por teléfono, el cura le dijo a sus padres que estaba bien, que sigue refugiado en su capilla, junto a las religiosas, pero que está muy preocupado porque " la situación de Gaza cada vez se agrava más".

Comentó la hermana que el problema es cómo sobrevive la gente: "Hay hambre, no dejan entrar alimentos y tampoco se lo permiten a la ONU y los organismos mundiales que podrían hacerlo". Explicó que su hermano le dice que lo que más perjudica es no tener agua potable: " Hay gente que toma agua servida y en la desesperación, ha empezado a tomar agua de mar. Gracias a Dios, él todavía tiene algunos recursos pero al tener a su cargo a las refugiadas que son mujeres con bebés y 29 chicos discapacitados, la higiene es necesaria y nos dice que no le queda mucho más por dar".

El cura Jorge está desde hace más de seis años en la zona de conflicto. "Ésta es la tercera guerra que le toca sufrir", reseñó su hermana. Y detalló una definición que le dijo ayer el cura: "Es la sangrienta guerra, apuntada a los niños, a las mujeres, a la gente que sufre".

Explicó la mujer por qué su hermano se ha negado a ser trasladado a un sitio más seguro: "Sinceramente, él nos dice: '¿A dónde vamos?'. Toda Gaza es un peligro".

Desde San Rafael, Marcelo Gallardo, que integra la congregación del Verbo Encarnada a la que pertenece Hernández, explicó las dificultades que tiene el cura para estar comunicado con su familia y sus referentes religiosos: "Se le hace muy difícil escribir y comunicarse en estos momentos ytiene apenas un par de horas diarias de electricidad con los generadores, en las que aprovecha para cargar los celulares".

En su discurso en cadena en Casa Rosa, la presidenta Cristina Kirchner volvió a pedir ayer por la integridad del cura, al que las bombas le han destruido parte del refugio.

"La verdad que nos duele desde lo más profundo. Y hoy tenemos un sacerdote con 29 niños discapacitados refugiados en el sótano de una Iglesia. Estamos en contacto para enviarles víveres. Son niños que el cura no quiere abandonar", dijo la mandataria.

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