Covid-19: la UNC contará con 4.500 voluntarios para el plan de vacunación

Covid-19: la UNC contará con 4.500 voluntarios para el plan de vacunación

Con el anuncio de la llegada de la Sputnik V, el país comienza a delinear el plan de vacunación más grande de la historia. En Córdoba, la Facultad de Ciencias Médicas también se apresta para asistir a la población.

“Estamos a la espera de que Nación nos ratifique la fecha de llegada de la vacuna para empezar la distribución pero, sin dudas, nosotros vamos a ser parte de la estrategia de vacunación para llegar, lo antes posible, a la mayor cantidad de gente”, dice Rogelio Pizzi, decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC, que ya cuenta con 4.500 voluntarios que asisten en las batallas contra el coronavirus en la provincia. En ese marco, Pizzi agrega: “Esto es una gran esperanza porque no tenemos nada contra esta enfermedad, sólo las normas de bioseguridad y distanciamiento social, y la vacuna es una esperanza que viene a tratar de poner freno a esta pandemia”. 

Los dichos del decano se dan tras el anuncio de las negociaciones con Rusia por la vacuna Sputnik V contra el Covid-19, desarrollada en el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya, en Moscú, que ya pasó con éxito las primeras etapas de estudio y transita la fase 3 de análisis clínico para comprobar su eficacia en un grupo más grande, multicéntrico, donde participan unas 40.000 personas de diferentes países. 

Las negociaciones del Gobierno nacional con la Federación Rusa, a través de su Fondo Soberano, es por una partida de 25 millones de vacunas Sputnik V, y se espera que la primera tanda, de unos 10 millones, llegue al país en diciembre de este año y la segunda, de 15 millones, en febrero de 2021. En ese marco, Córdoba podrá adquirir unas 800.000 dosis para vacunar, en primera instancia, a la población de riesgo. La misma se deberá administra en dos dosis, con 21 días de diferencia.  

“La oportunidad de masificar de entrada la vacunación es lo que hace atractiva la propuesta que Rusia hizo al país", según expresó ante la prensa el propio ministro de Salud, Ginés González García, tras conocerse la noticia. Y agregó que se espera que en los próximos días se avance en la “gestión comercial”.

En ese contexto, los 4.500 voluntarios de la Facultad de Ciencias Médicas, convocados por el decanato y la Secretaría de Asuntos Estudiantiles de la UNC, son parte del trabajo que viene realizando la universidad nacional como integrante del Centro de Operaciones de Emergencias (COE) de la provincia. Es por ello que los estudiantes avanzados serán una punta de lanza para alcanzar a la población objetivo según el esquema de vacunación que se coordine. 

Desde el comienzo de la pandemia, en marzo, alumnos de los últimos años de medicina, kinesiología, enfermería, fonoaudiología, nutrición, tecnología médica y laboratorio vienen trabajando en todo el territorio provincial: primero con la campaña de inmunización en las distintas localidades, y ahora con la vigilancia epidemiológica. 

Los voluntarios de la UNC realizan el seguimiento y contención de adultos geriatrizados, trabajan en los call centers de información sanitaria, hacen parte de los controles de temperatura y signos vitales en las distintas localidades. Así como también están presentes en los nuevos centros de testeos como el de la Terminal de Córdoba o el Colegio Manuel Belgrano. También participaron en primera línea en la contención del brote de Río Cuarto y la regional San Francisco. 

“El trabajo que está haciendo la universidad pública es inconmensurable”, dice con orgullo el decano de Ciencias Médicas y agrega: “La voluntad de los chicos y la solidaridad es porque entienden que se forman en una universidad pública y lo que están haciendo es devolver a la comunidad”. 

La vacunación más grande de la historia

Hasta el momento hay 201 desarrollos en el mundo que apuntan a lograr una vacuna contra el Covid-19, según los registros de la OMS. De los cuales, unos 156 proyectos están en etapa preclínicas (entre ellos, el de la vacuna argentina) y 45 ya avanzaron sobre las pruebas humanas. De ese último número, 10 están en el tramo final de la fase 3.

En ese marco es que el país continúa también el diálogo sobre otras propuestas para adquirir algunas de las demás vacunas que están en la fase avanzada. Entre ellas, las vacunas de Pfizer (el gigante farmacéutico de Estados Unidos) que trabaja en conjunto con la empresa alemana BioNTech; Covax, desarrollada por el laboratorio belga Janssen con parte del grupo Johnson & Johnson; y la vacuna de Oxford y AstraZeneca (con capacidad de producción a partir de marzo de 2021 y que llegaría en junio o julio), sobre la cual el Gobierno ya adelantó que prevé una compra de 22,4 millones de dosis. 

Con este panorama es posible que el país pueda contar con varias vacunas al mismo tiempo, lo cual demandará un plan de vacunación de envergadura a nivel nacional.  “Con la vacuna se inicia el desafío más grande que vamos a tener en los programas de vacunación, no solo en Argentina sino, seguramente, en el mundo”, expresó la viceministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, tras encabezar, junto a la asesora presidencial Cecilia Nicolini, la comitiva que viajó a Moscú para conocer de primera mano los avances de esta vacuna, su seguridad y su capacidad para generar inmunidad.

Con la llegada de la vacuna, desde Nación se coordinará con los vacunatorios abiertos pero también se harán acciones extra muros, que es ir casa por casa, en las distintas localidades. El Ministerio de Salud ya adelantó que “se articulará con todos los subsectores y se trabajará con socios estratégicos de la sociedad civil para una vacunación escalonada”. 

Cada dosis de la vacuna Sputnik V tiene un costo de 19,90 dólares pero el Estado adelantó que está previsto que sea de “acceso gratuito” y voluntario, por lo que será, según indicó la asesora presidencial “la campaña de vacunación más grande de la historia argentina”. 

El principio del fin de la pandemia

El 4 de septiembre, la prestigiosa revista científica The Lancet publicó los resultados de las fases 1 y 2 de las pruebas clínicas de la vacuna Sputnik V, que confirman la seguridad y eficacia de la inoculación, donde el 100% de los adultos sanos participantes en los ensayos clínicos en las dos primeras fases “demostraron una fuerte respuesta inmune frente al SARS-CoV-2”.

“Yo creo que es una muy buena noticia”, dice entusiasta Hugo Pizzi, infectólogo y asesor sanitario directo del gobernador Schiaretti, quien desde el inicio de la pandemia sigue muy de cerca la evolución de la vacuna rusa.

Pizzi tiene formación académica en Francia y permanece en contacto con los colegas vinculados a los trabajos que llevó adelante Moscú en 2015, cuando el instituto Gamaleya realizó dos vacunas: una para tratar el ébola, que superó todas las fases de los ensayos clínicos y fue de ayuda contra la epidemia en África en 2017; y la otra, la vacuna del Mers, “un coronavirus del mismo linaje que este actual Covid 2019”, cuenta el infectólogo cordobés y explica que esta situación fue la que permitió a Rusia avanzar rápidamente: “Pudieron hacer modificaciones al mismo molde del coronavirus mers”.

“Usaron un adenovirus humano, es un virus que nos afecta a nosotros en invierno sobre todo, cuando hacemos resfríos, y a ese adenovirus humano le pusieron una proteína, que cuando entra en contacto con el mismo, una vez inoculada, empieza a producir rápidamente anticuerpos”, grafica Pizzi y agrega: “Es decir, entre siete y 10 días ya hay un tenor importante. Y luego  viene la segunda dosis que es la que estabiliza y deja un tenor de anticuerpos que puede durar dos años, aunque con un solo año será suficiente para salir de esta tragedia”.

“Esta vacuna tiene la ventaja sobre las demás de que no necesita mucha logística, porque viene en polvo y debe ser diluida al momento de inocularla”, dice Pizzi, a diferencia de otras dosis que necesitan refrigeración entre 50 y 70 grados bajo cero. Un dato no menor, considerando la geografía argentina. 

“De todas las dosis que van a llegar a fin de año, 800 mil son para Córdoba y nosotros tendríamos que detectar dónde están estas personas que necesitan ser vacunadas; es decir, en esta primera etapa los mayores de 65 años y personal sanitario”, explica el infectólogo y agrega que en esa logística ayudarán los intendentes y los directores de hospitales. 

“La parte de vacunación a médicos, enfermeros y personal de limpieza será fácil porque nosotros sabemos cuántos efectores hay, cuántos dispensarios, cuántos hospitales de complejidad. Lo más complicado serán los grupos de riesgo, los mayores de 65 años para arriba, ahí vamos a pedir ayuda a todos, en especial a los 4.500 voluntarios de la UNC”, dice y no descarta que también se pueda acudir al Ejército por su capacidad logística y de movilidad, tal como lo hizo Brasil durante la epidemia de zika y dengue. 

“En febrero llegaría otra partida más a la provincia que será destinada para los de 60 años para arriba y los trabajadores esenciales. Pero cuando se vacune con la primera partida a los mayores de 65 para arriba y el personal sanitario, más los anticuerpos que hay de las personas que ya han padecido la enfermedad, la epidemia ya se empezará a cortar”, dice Pizzi y cierra: “Esto es el principio del fin de esta pandemia”. 

 

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