Chaín: “La edad de imputabilidad es sólo un aspecto, hay una reforma integral pendiente”

Chaín: “La edad de imputabilidad es sólo un aspecto, hay una reforma integral pendiente”

El ministro del Superior Tribunal de Justicia opinó que la discusión no debe pasar por una cuestión etaria, sino que debe tener un abordaje interdisciplinario. “El problema es que tenemos una ley que viene de la dictadura, y todavía hoy se aplica en el país por todos los jueces de menores”, aseguró.

Para el ministro del Superior Tribunal de Justicia de Corrientes, Alejandro Chaín, en Argentina existe una deuda con respecto al tratamiento de un régimen penal juvenil, y que es necesaria una actualización de la normativa vigente. Aseguró también que la edad de imputabilidad no debe ser el eje del debate, sino que este debe estar marcado por una formación responsable de la niñez y la adolescencia.

Un intenso debate se generó la semana pasada luego de que el Gobierno nacional anunciaran la posibilidad de confeccionar un anteproyecto de ley que buscará reformar el régimen penal juvenil. Uno de los objetivos propuestos es el de bajar la edad de imputabilidad de 16 a 14 años, y por ello desde diferentes sectores se pronunciaron tanto a favor como en contra de la medida.

En las páginas de El Litoral fueron varias las organizaciones, entidades y personas públicas que se expidieron al respecto; y quienes se manifestaron en contra de la idea, que fueron mayoría, sostuvieron que existen otras cuestiones más profundas más allá de encarcelar a un chico o chica de 14 años. La droga, la no aplicación integral de los Derechos de los Niños y Niñas y las condiciones de las cárceles son algunos de los puntos descriptos, que a criterio de los consultados deben ser atendidos con mayor antelación cuando se discute sobre un régimen penal juvenil.

En el marco del debate, este medio consultó la opinión del ministro del Superior Tribunal de Justicia de Corrientes, Alejandro Chaín. El abogado es penalista especialista en niñez, y fue convocado en su oportunidad como uno de los representantes por Corrientes para el tratamiento del Régimen Penal Juvenil en 2009.

De acuerdo a su óptica, más allá de ese debate en su momento, en Argentina existe una deuda en materia de análisis de esta temática, y que data de los primeros años de la democracia actual. “El problema acá es que tenemos una ley, la 22.278 (Régimen Penal de la Minoridad), que viene de la dictadura, tiene la firma de Videla, y todavía hoy se aplica en el país por todos los jueces de menores”, expresó.

Pese a que un proyecto similar tuvo una media sanción en la Cámara de Senadores durante ese 2009, Chaín aseguró que en ese momento “en realidad nunca se debatió en profundidad” sobre una reforma integral, y remarcó que “hubo mucha investigación en otras áreas y disciplinas” como en el periodismo o la psicología, pero no así dentro de la Justicia o la Legislatura. “Es una vergüenza que la ley que tengamos sea de un gobierno de facto. En 30 años de democracia nunca pudimos tener una ley penal juvenil, y eso que desde el 83 se vienen haciendo congresos”, señaló.

El eje del debate

Lejos de la discusión por la fijación de una edad para imponer un castigo a los niños y niñas, para el ministro Chaín el debate debe ser mucho más profundo, y debe apuntar a una reforma integral que tenga en cuenta a varias disciplinas, esencialmente, a los propios jóvenes. “La edad es sólo un aspecto de la reforma que debe hacerse, pero a lo que se debe aspirar es a que no haya una situación de irresponsabilidad basada en una cuestión etaria. Tampoco se trata de una toma de posición sobre sí o no a los 14 o a los 16 años; lo principal es cumplir con una deuda pendiente que tenemos con esto, y encarar científicamente una reforma, teniendo en cuenta aspectos científicos, de manera interdisciplinaria, y por sobre todo escuchar a los propios jóvenes”, afirmó el funcionario judicial.

En ese sentido, subrayó que si bien “es una verdad que hay que trabajar para tener una niñez y una adolescencia responsable”, “tampoco habrá más seguridad si la solución pasa por hacer una gran cárcel y meter a todos ahí”. Además, afirmó que “hay que torcer esa lógica decadente de que la culpa es de los chicos. Por ejemplo, se busca prohibir el alcohol en las recepciones porque los chicos toman, pero hay que decir que son los adultos los que les venden. Los adultos siempre son los responsables”.

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