A raíz de las restricciones cambiarias que comenzaron a regir desde mayo pasado, el rubro inmobiliario fue uno de los más perjudicados. Según estiman operadores locales, la actividad disminuyó “cerca de un 50%” y, en general, los propietarios que buscaban vender, se volcaron al mercado del alquiler para todo el año.
“En lo personal, tuvimos 70 días -desde julio hasta la última quincena de septiembre- sin poder vender ni hacer una reserva u ofrecimiento de compra”, reflejó.
Según dijo, entre el 20 y 30% de los propietarios “decidió sacar la propiedad de la venta” y eso se canalizó en el mercado de alquileres de todo el año, lo que “trajo aparejado un pico histórico” en ese sentido.
Respecto del mercado de ventas, Del Valle especificó que actualmente abarca a las propiedades a estrenar -correspondiente a un target Abc 1- y representa “entre un 15 o 20% del global”.
En ese orden, remarcó que la compra y venta de inmuebles usados “sigue siendo importante” ya que significa un 80% del total, aunque “se achicó entre el 20 y 30%”.
En relación a cómo se llevan a cabo las transacciones desde la entrada en vigencia del cepo al dólar, el operador inmobiliario reconoció que “cuando en mayo arrancó esta pesificación obligatoria”, de la cartera propia sólo se pudo pesificar un 5 o 10%, pero los porcentajes crecieron entre fines de septiembre y principios de octubre, cuando comenzaron a llegar al 20 o 25%. “A medida que van pasando los meses, vamos encontrando un eco al hablar con cada propietario”, señaló.
En ese contexto, afirmó que al pesificarse los valores en dólares de las propiedades, se utilizan cotizaciones que se hallan en “un margen que va de 5,50 a 6 o 6,20 pesos”. También advirtió que “ha sido muy difícil” tasar aquellas propiedades que el año pasado habían sido cotizadas “sobre un dólar de 4,50 pesos”. “Lo peor que pudo haber pasado para el mercado inmobiliario fue que se creara un mercado paralelo”, remarcó.
No obstante, Del Valle se mostró optimista de cara al último cuatrimestre del año. “El mercado se va pesificando paulatinamente y la idea es llegar a tener entre un 30 o 35% de la cartera pesificada. Todo este proceso va a llevar un tiempo pero es una medida a mediano plazo”, sostuvo.
Por último, hizo hincapié en que “todavía hay una parte que no está saliendo, que es la que tiene los dólares”. “No es que a partir de que se dijo que se pesifica el dólar inmobiliario se desaparecieron los dólares; los dólares siguen guardados. El problema es que el que los tiene, sigue en la misma posición que en mayo: está a la expectativa, está viendo, quiere tener reglas de juego claras”, agregó.
“A medida que políticamente se puedan bajar mensajes de no prohibiciones, el mercado se irá acomodando solo. Somos optimistas y estamos convencidos de que el que ha invertido en propiedades no se equivocó”, concluyó.
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