Centro Basura Cero, una organización que se ocupa del medio ambiente y también de los jóvenes sin oportunidades

Centro Basura Cero, una organización que se ocupa del medio ambiente y también de los jóvenes sin oportunidades

Se encuentra en Villa Lugano y se dedica a reciclar y reducir desechos electrónicos. Para la extracción de los materiales desarrolló un equipo y un programa que toma recursos humanos a partir de adolescentes con problemas económicos, laborales o sociales

Cada año, la Argentina genera siete kilogramos de residuos electrónicos por habitante. En total son unas 295 mil toneladas de las que solo se reciclan unas 10 mil. Un 25% de componentes reutilizables se derrocha y un 72% de otros materiales valiosos como insumos en procesos industriales, tales como plásticos, metales ferrosos, aluminio, cobre, oro, níquel o estaño también. Es uno de las grandes amenazas ambientales del siglo.

La necesidad de ocuparse del problema anidó en numerosas organizaciones e instituciones. En el barrio de Villa Lugano se encuentra el Centro de Basura Cero, una organización sin fines de lucro comprometida con la preservación del ambiente y la defensa de los recursos naturales no renovables.

 En el Centro Basura Cero, de Villa Lugano, se recuperan y reciclan los residuos electrónicos. Al año, en el país, se generan 295 mil toneladas de las que solo se reciclan unas 10 milLa separación de los componentes electrónicos que tiene la basura se hace en forma manual

Para Jorge Amar, director del Centro Basura Cero, en la Argentina está faltando una ley que regule el mercado y que promocione la responsabilidad compartida entre las empresas y el consumidor. "El comprador no puede quedar abandonado por el mercado, huérfano de asesoramiento cuando finaliza la vida útil de un producto" señala Amar. El director del centro también opina que se debe crear un fondo que compense el daño ambiental que las empresas y sus productos generan: "Cuando se arrojan estos elementos en un basural o en la CEAMSE se está generando un gran daño ambiental que hay que reparar. Y esa reparación tiene un costo", enfatiza.

Si bien se trata de una asociación cuya misión principal es la recuperación y el reciclado de residuos electrónicos, ha entrelazado su objetivo ambiental con el social y solidario: el tratamiento de los materiales lo llevan adelante jóvenes pertenecientes a grupos con dificultades económicas o sociales y que aquí han encontrado un oficio y un sustento para su vida. En este centro el compromiso ecológico, social y productivo se resume en la promoción del recurso humano indispensable para una mejora global en la sociedad.

En el Centro Basura Cero el único trabajo es en equipo. Toda la tarea está supervisada por personal muy capacitado y se orienta a la recolección diferenciada, clasificación, tratamiento y reciclado de estos residuos. En el lugar se reutilizan y reciclan el 90% del equipamiento obsoleto que se recibe. Esto, obviamente, redunda en un ahorro para la sociedad y fomenta el uso eficiente de la energía con el propósito de que los rangos de contaminación no empeoren.

Ninguna de estas tareas llegaría a buen resultado si no fuera por el fuerte acento colocado en el trabajo supervisado, registrado en protocolos y cumplido por equipos integrados de manera vertical. Los trabajadores del Centro Basura Cero escriben todo lo que dicen y hacen todo lo que escriben.

Cada año, la Argentina genera siete kilogramos de residuos electrónicos por habitante En el lugar se reutiliza y recicla el 90% del equipamiento obsoleto que se recibe.  La separación de los componentes que tiene la basura (cromo, níquel, cadmio y arsénico) se hace en forma manual

"El cromo, níquel, cadmio, arsénico, que son los componentes que contienen esta basura, necesitan de su extracción artesanal, es decir, la separación de sus componentes hecha por una persona", afirma Amar.

Actuar en equipo resulta entonces esencial para el beneficio de la comunidad. Cada procedimiento es respaldado por un equipo compuesto por los gobiernos locales, las empresas, cámaras empresarias, universidades, sindicatos y ministerios, entre otros. Ese esfuerzo coordinado es vital a la hora de impulsar la recolección diferenciada.

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