El 39% de los capacitados en la Furman se reinsertó al trabajo

El 39% de los capacitados en la Furman se reinsertó al trabajo

La cifra corresponde al total de personas que pasaron por la panadería desde el 2012. La mayoría son exprivados de su libertad de entre 18 y 45 años

 próximo 16 de enero se cumplirán dos años de que el Emprendimiento Panaderil Sara María Furman abrió sus puertas a la comunidad con atención al público, y en consecuencia los Ministerios de Desarrollo Social y de Seguridad presentaron un informe de evaluación del trabajo realizado en la capacitación de personal (la mayoría exprivados de su libertad).

Los resultados determinaron que el 39% de los 42 capacitados que concurrieron en este lapso a la entidad para formarse en el oficio lograron reinsertarse laboralmente, mientras que el 4,87% (dos de ellos) reincidió en el delito.

Respecto de los rubros en donde se reincorporaron laboralmente hay que decir que del universo de 42 casos, el 17,09% logró concretar tan preciado anhelo al sumarse a rubros como asistente geriátrico (uno), en la construcción (dos), la panificación (dos), empresa gastronómica (uno) y como jefe de mantenimiento (uno).

La otra vía de egreso se efectuó mediante la generación de microemprendimientos, la mayoría de ellos de carácter solidario y asociativo, en virtud del trabajo mancomunado de las instancias intervinientes, pero muy especialmente a la articulación con áreas competentes del Ministerio de Desarrollo Social. Entre microemprendimientos concretados y en proceso se relevó al 21,95% de los capacitados de los cuales ocho se desempeñan en la rama de panificación y uno en la textil.

“Estos números reflejan un balance muy positivo de estos años, sobre todo teniendo en cuenta que el objetivo del emprendimiento es capacitar a los internos de las penitenciarias de la provincia para que una vez que recuperen su libertad tengan un lugar para seguir aprendiendo y también proyectarse más allá”, explicó en diálogo con Diario UNO, el director del Instituto Autárquico Provincial de Industrias Penitenciarias, Matías Fernández.

Cabe destacar en consecuencia que, en 2012, los Ministerios de Desarrollo Social y de Seguridad –a través de la Secretaría de Seguridad Comunitaria y el Instituto Autárquico Provincial de Industrias Penitenciarias (Iapip)– aunaron esfuerzos para cogestionar el Emprendimiento Panaderil Sara María Furman con una fuerte impronta social que no perdiese de vista la perspectiva económica.

Es así que se procuró sostener el delicado equilibrio entre la formación permanente en oficio de jóvenes y adultos (de entre 18 y 45 años) exprivados de su libertad, la reintegración de los mismos al mundo del trabajo y el vínculo de los mismos con el sistema social, a través de la venta al público.

Más crecimiento

Los avances positivos del trabajo que se realizó en Furman se notaron también en la producción de pan, donde las cifras aumentaron de 50 kilos en sus inicios a 400 kilos en la actualidad. “El impacto en el territorio también es importante”, dijo al respecto el director provincial de Seguridad Comunitaria, Ramiro Arola, al tiempo que aclaró: “Eso tiene relación con la característica de pan social (que vale $10 el kilo, por ejemplo) que tiene aceptación no solo y principalmente en los barrios Santa Rosa de Lima y Roma (donde está ubicada la panadería) sino también en otros”.

Sobre ese punto vale detallar que se estima que la producción de la Furman llega a una población de 1.500 familias aproximadamente por día, y que asimismo hay entidades como la Casa de las Madres del Hospital de Niños Orlando Alassia que reciben la producción en forma de donación y otras tantas que lo hacen por acceder a sus precios bajos.

“Los precios son sociales para buscar que toda la población acceda. El cuarto de bizcochos sale $10, las facturas valen $3 y las fugazzas y pizzas rondan entre los $6 y los $10 también”, afirmó el licenciado Fernando Demiryi, coordinador del emprendimiento panaderil, quien además afirmó que la calidad de los productos es excelentísima.

“Todo es supervisado por los maestros panaderos –dos jóvenes que se formaron allí y ya firmaron su tercer contrato en ese puesto– y elaborado con materias primas de primera calidad”, concluyó Dermiryi.

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