Cambios en el gabinete: El reordenamiento del Frente de Todos debutó con un buen día económico

Cambios en el gabinete: El reordenamiento del Frente de Todos debutó con un buen día económico

Sin necesidad de anticipar ninguna medida, la presentación de un Frente de Todos reordenado detrás de la llegada de Sergio Massa al gabinete alcanzó para generar un día de euforia en los mercados financieros con suba de acciones y bonos, y baja de dólares y el riesgo país. 

Por

FERNANDO CIBEIRA

 

Sin necesidad de ninguna nueva medida, los mercados tuvieron este jueves una de esas jornadas de euforia que se dan muy cada tanto: bajaron fuerte el dólar y el riesgo país, subieron los bonos y las acciones, algunas a niveles récord. Una demostración de que no era la economía -que en varios rubros aún muestra buenos números- sino la política de quien se esperaba una señal. En este caso, un Frente de Todos unido detrás de un gabinete remozado y con una dirección más definida, que ahora deberá confirmarse en sus próximos pasos. Que Sergio Massa haya estado reunido temprano en Olivos con Alberto Fernández y luego en el Senado con Cristina Kirchner, y que varios gobernadores salieran a expresar de manera anticipada su beneplácito por su llegada al manejo de la economía, sirvió como medida de que el oficialismo finalmente había decidido dar la vuelta de página de una crisis política cuyo inicio se podría fechar en la dura derrota en las PASO de septiembre pasado.

El índice Merval subió el 6,3%, las acciones que cotizan en Wall Street el 5%, los bonos en dólares entre el 7 y el 11%, mientras que el riesgo país bajó casi 400 puntos y el dólar blue cayó 12 pesos. No fue necesario anunciar nada en particular, sino simplemente que se supiera que a partir de ahora existirá un gabinete económico cohesionado y que cada medida tendrá el respaldo de todos los sectores internos. Algo que claramente no ocurría en el caso de Martín Guzmán y que no estaba de todo claro con Silvina Batakis, quien en cada encuentro que tuvo esta semana en Washington debió responder consultas acerca del nivel de consenso político con el que contaba para hacer lo que prometía. Ningún tamiz por el estilo deberá sortear Massa, de quien se sabe que cuenta con el respaldo tanto de Cristina como de su hijo Máximo Kirchner. También del gobernador Axel Kicillof, a quien la vicepresidenta tiene como hombre de consulta en cuestiones económicas.

 

No es común que un funcionario reúna altos niveles de adhesión interna. Desde los días previos se gestó algo parecido a un operativo clamor para ubicarlo al mando de la economía. El jefe de gabinete bonaerense, Martín Insaurralde, muy cercano a Máximo Kirchner y representante de los intendentes del GBA, fue de los más enfáticos al reclamar el miércoles que se lo sumara al Ejecutivo nacional para apuntalar la "reconstrucción" del Gobierno. Poco después, fueron los gobernadores del Frente de Todos quienes le plantearon cara a cara al Presidente que apurara las decisiones. Si bien no mencionaron expresamente a Massa, pidieron un gabinete con peso político y cohesión para tomar las medidas que fueran necesarias. 

 

Más llamativo todavía, que el jueves desde temprano algunos mandatarios salieran a expresar públicamente un apoyo anticipado. "Massa fortalecería la gestión, sumando la experiencia y la capacidad", sostuvo el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, quien suele ser muy medido en sus posiciones. El entrerriano Gustavo Bordet, el salteño Gustavo Sáenz y el chubutense Mariano Arcioni lo imitaron. Massa ya estaba para entonces con Fernández en Olivos y los mercados abrían rodeados de expectativas. 

Los decisiones anunciadas durante el día contribuyeron a generar un clima propicio para la buena jornada financiera. Según la evaluación de los operadores, que a Massa se lo pusiera al mando económico y que se separara a los funcionarios que pudieran objetarlo como Daniel Scioli, Julián Domínguez y Mercedes Marcó del Pont en la AFIP fue una señal fuerte. El habitual compartimiento que caracterizó desde sus inicios la gestión del Frente de Todos, con funcionarios de distintos sectores en diferentes área de un mismo ministerio, no es propicia para las susceptibilidades de los mercados, reactivos a las señales contradictorias. 

Desde la derrota en las primarias se había generado una tensión interna en el Frente de Todos que los cambios a cuentagotas ensayados por Alberto Fernández no pudieron resolver. La precaria situación política derivó en una gran desconfianza económica, no justificada por los buenos índices que el país muestra en muchos indicadores como crecimiento, actividad y desempleo. Lo sucedido el jueves mostró que el ordenamiento de la situación política -que tanto venían reclamando gobernadores, intendentes y sindicatos- deriva también en un alineamiento de la economía, más allá de que todavía reste conocer las medidas con las que Massa encauzar la situación y aún el equipo que lo acompañará. En el entorno del nuevo ministro imaginaban que la normalización del escenario ayudará a ir ajustando el resto de las variantes que en los últimos días se dispararon y obligaron al Presidente a dar ese paso del que tanto tiempo le llevó convencerse.

"Se dieron dos situaciones que el mercado venía reclamando", explicaba el analista y operador financiero Javier Timerman, quien desde hace años trabaja en Wall Street. "Una es la vuelta del viejo Ministerio de Economía, con un único ministro que controla todos los resortes del área. La otra es el empoderamiento político con el que asume Massa, que esperemos que le permita avanzar en las decisiones que debe tomar", agregaba. Además, destacaba la figura del propio Massa, a quien mencionó como alguien conocido en el sector financiero porque desde hace tiempo se preocupó por hacer buenos contactos. 

En ese sentido, le otorgaba varias virtudes de las que entendía que Guzmán carecía. Por ejemplo, un conocimiento profundo del funcionamiento de la economía argentina y una trayectoria política que le permitirá trabar relación de otra manera con cada sector productivo. "Tiene una mirada muy pragmática", comentaba. Curiosamente, Massa no es economista sino abogado, toda una rareza para el país. "Mucho mejor, en la Argentina hay demasiada inclinación por los economistas. El tiene capacidad de gestión y entiende de los temas", aseguraba Timerman. 

Comentá la nota