La UCR calienta su nueva interna

La UCR calienta su nueva interna
Dentro del Frente Amplio Unen, los boinas blancas son los únicos que tienen dos precandidatos a la presidencia, lo que favorece las chances de Binner y Carrió. En silencio, Cobos y Sanz compiten por quedarse con el liderazgo radical de cara a las PASO.
Algunos lo reconocen públicamente, otros sólo se animan a decirlo en privado: que la UCR lleve dos candidatos a presidente en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) significa en la práctica entregarle a Hermes Binner o a Elisa Carrió una victoria dentro del Frente Amplio Unen (FAU). En ese contexto, la disputa silenciosa entre los dos dirigentes de boina blanca, Julio Cobos y Ernesto Sanz, se viene acelerando tras el lanzamiento del ex vicepresidente en la Federación de Box. El sector del jefe del Comité Nacional mantuvo horas antes de ese acto un encuentro con un nutrido grupo de referentes del sanzismo para analizar los pasos a seguir. Mientras en el cobismo consideran que el titular del partido terminará bajándose antes de fin de año, en el entorno de Sanz aseguran que su figura está creciendo, sobre todo en su nivel de conocimiento público.

Con Ricardo Alfonsín excluido de la disputa presidencial tras el flojo desempeño de 2011 y 2013, la estructura de la UCR se fue reacomodando en torno de sus otros dos candidatos. Ambos son mendocinos, tienen entre 55 y 60 años, pero sus perfiles políticos son bastante diferentes tanto hacia adentro como hacia afuera del radicalismo. A Cobos la dirigencia radical nunca le perdonó su paso por el kirchnerismo y se lo sigue facturando al día de hoy. Le bajaron el pulgar para presidir el bloque de diputados radicales, aun cuando venía de una importante victoria en su provincia. Tampoco les dieron a los suyos lugares importantes en la estructura del Comité Nacional ni en el bloque de senadores nacionales. Con ese panorama, el ex vicepresidente tiene claro que su fortaleza principal no está en el radicalismo, sino en su alto nivel de conocimiento público y su adhesión en electores independientes.

“Cobos tiene que conseguir cinco votos afuera por cada voto radical, en cambio nosotros tenemos que conseguir dos”, calculaba en diálogo con Página/12 un hombre del círculo chico de Sanz. Como radical de pura cepa, el senador nacional y titular del partido confía en que la militancia partidaria lo ayudará a posicionar su figura en la segunda mitad del año. Después del Mundial de Fútbol, Sanz tiene previsto intensificar su actividad y lanzar una campaña fuerte en redes sociales. Estiman que para poder ganar la primaria de agosto debe alcanzar aproximadamente un 16 por ciento de intención de voto a presidente, a nivel general. Esa es la meta en la que trabajan para febrero o marzo de 2015.

Actualmente el principal aliado de Sanz es el senador jujeño Gerardo Morales, titular del bloque y uno de los más avezados a la hora de la rosca partidaria. A él se le suma el senador y ex gobernador de Chaco, Angel Rozas, y sus colegas Juan Carlos Marino, Luis Naidenoff, Mario Cimadevilla, entre otros. También lo acompañan diputados como Mario Negri, José Cano, Miguel Giubergia. En las sombras lo escolta Jesús Rodríguez, hombre de consulta permanente del senador, y el ex diputado Ricardo Gil Lavedra. Hacia afuera, el senador no tiene problemas en mostrarse con dirigentes como Macri o Gabriela Michetti.

Cobos, en cambio, cuenta con el apoyo de un sector de la dirigencia radical que puede tener cierta visibilidad política pero que tiene poca influencia hacia dentro del partido. Se trata de diputados como el cordobés, Oscar Aguad, el formoseño Ricardo Buryaile o el bonaerense Héctor “Cachi” Gutiérrez. También tiene cierta llegada a dirigentes del interior con peso territorial, que ven en la popularidad de Cobos una ayuda para retener el poder en el pago chico. “Está volviendo”, dijo sonriente Cobos cuando días atrás Página/12 le preguntó por el cobismo, aquel espacio fugaz que se conformó alrededor de su figura cuando se perfilaba como candidato a presidente en 2011, luego de su salto a la fama por el voto “no positivo”. Pero de aquella experiencia frustrada ahora quedan menos dispuestos a volver. Es el caso de los intendentes de Junín, Mario Meoni, y de San Isidro, Gustavo Posse, que se fueron al Frente Renovador de Sergio Massa. A diferencia de su adversario, Cobos tiene un fuerte apoyo en Mendoza, donde tiene una muy buena imagen y casi todo el partido se encolumna detrás suyo.

El alfonsinismo, que quedó desgastado y acotado fundamentalmente a la provincia de Buenos Aires, aún no se pronunció a favor de ninguno de los dos candidatos. Sin embargo, Alfonsín tiene mucha mejor relación con Cobos que con Sanz, a quien no le perdona haberse lanzado como candidato en 2011 disputándole el lugar del radicalismo de paladar negro. “Con Cobos podemos tener algunas diferencias, pero siempre nos jugó bien, de frente”, recordaba un operador del alfonsinismo. Por eso mismo se pudo ver a Alfonsín, Miguel Bazze, Juan Pedro Tunessi y otros referentes del alfonsinismo en el lanzamiento de Cobos en la Federación de Box.

“Ahora con Unen no nos preocupa el aparato del partido. Lo que no sabemos es cómo va a hacer Sanz para renovar su banca de senador en Mendoza si no se baja pronto porque Julio no le va a entregar la boleta de senadores el año que viene”, dispara un operador cobista, dejando al descubierto la grieta dentro de la UCR.

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