En Bucaramanga, sigue el irrespeto al ‘urbanismo táctico’

En Bucaramanga, sigue el irrespeto al ‘urbanismo táctico’

En este sector de Cuadra Play, en la comuna Cabecera del Llano, los recicladores acostumbran a arrumar los materiales que recogen.

Se convirtieron en improvisados parqueaderos de motocicletas, de bicicletas y de carros particulares; también son usados como puestos de operaciones de las ventas ambulantes; en algunas cuadras los recicladores los utilizan como áreas para clasificar los residuos sólidos; hay sitios en donde son basureros e incluso otros de esos sectores hoy son ‘dormitorios’ de habitantes de calle.

Hablamos de los espacios que fueron habilitados para el fallido proceso de recuperación del espacio público, conocido como ‘urbanismo táctico’.

Lo anterior sin contar que en casi todas las zonas intervenidas para este modelo de urbanismo sobresalen el descuido y el deterioro.

Vanguardia recorrió varios de los puntos en donde se aplicó tal estrategia de recuperación del espacio público y comprobó que, al menos hasta el momento, la iniciativa no ha dado los resultados esperados.

Las zonas en donde más se les está haciendo un indebido uso a estas áreas son: La Calle de las Letras (junto a la Biblioteca Gabriel Turbay), el paso peatonal del Parque de Los Niños, ‘El Tierrero’ (Avenida Quebradaseca con carrera 13), la Calle de los Estudiantes (Ciudadela Real de Minas), la carrera 20, la Avenida González Valencia con calle 53, la Bahía Fundadores, la denominada Cuadra Play y la carrera 27 con calle 56.

En todos esos puntos brillan la indisciplina ciudadana y el abandono; además son muestras claras de cómo se ha echado a perder este innovador proceso de transformación urbanística.

Estos puntos, en los que en el papel debería hacerse un sano uso, fueron ‘secuestrados’ por personas poco cívicas que los convirtieron en estacionamientos ilegales, en expendios informales e incluso en sitios para arrojar sobre ellos desperdicios y demás residuos sólidos.

Vale recordar que el ‘urbanismo táctico’, en teoría, es una forma de intervención rápida, de bajo costo, y basada en la prueba y error, para recuperar el espacio público para los ciudadanos y buscando beneficiar especialmente a niños, jóvenes, mujeres y adultos mayores.

Para intervenir estas zonas, la Alcaldía adecuó sobre ellas mobiliario de concreto, plantas e incluso hizo demarcaciones de aceras y de plazas de nivelación.

Los elementos que se incorporaron ya están desvencijados y algunos fueron arrasados. Además, los artículos reciclados que se emplearon no resistieron el trato que les dieron los transeúntes y demás ciudadanos.

Así las cosas, lo que pretendieron ser lugares de sano esparcimiento, en donde la comunidad podría aprovechar el espacio público en medio de un ambiente de gran estética y armonía, son hoy focos de invasión y de desaseo.

La falta de cultura ciudadana e incluso el accionar de los vándalos han dado al traste con el sano objetivo del ‘urbanismo táctico’.

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