¿Beneficia o perjudica a JxC una interna en la provincia de Buenos Aires?

¿Beneficia o perjudica a JxC una interna en la provincia de Buenos Aires?

Por Florencia Filadoro.

Larreta apoya una eventual candidatura de Santilli, pero el intendente Jorge Macri quiere dar pelea. El lanzamiento de Manes y el entusiasmo radical. 

Para responder esa pregunta, primero hace falta entender por cuál motivo la provincia de Buenos Aires siempre termina siendo el epicentro de todas las elecciones, aún en una elección legislativa, como la de este año. Casi el 40% de la población argentina reside en esa provincia. Además, históricamente el conurbano bonaerense, que aglutina a dos tercios de la población de la provincia más poblada del país, tiene una gran identificación con el peronismo (en esta ocasión, con el gobierno nacional). En otras palabras, ganar en la provincia de Buenos Aires (PBA), especialmente en el conurbano, implica una ventaja determinante para el partido victorioso.

En el caso de Juntos por el Cambio (JxC), si bien en la elección legislativa de 2017 logró imponerse con el apoyo del 40% del electorado sobre el kirchnerismo (Unidad Ciudadana) que obtuvo el 36%; en 2019 el apoyo a JxC fue del 38%, comparado con el apoyo recibido por el Frente de Todos (FdT) del 52%. Es cierto que los contextos entre 2017 y 2019 fueron muy distintos ya que en 2017 la provincia estaba gobernada por María Eugenia Vidal, quien contaba con una imagen positiva del 60%, existiendo un gran entusiasmo de los votantes por brindarle una oportunidad al gobierno de Mauricio Macri. En cambio en 2019 todo eso se derrumbó e irrumpió fuertemente el FdT, tras la crisis económica que se desencadenó en los últimos años del gobierno de Macri. 

 

2021 nuevamente se plantea como un año con grandes particularidades ya que vivimos el coletazo de una pandemia que profundizó una crisis económica y generó una sanitaria. Según la última encuesta que realizamos en Reyes Filadoro a fines de junio, en el conurbano bonaerense, el 55% de los habitantes expresa que no llega a fin de mes y un 60% indica que tuvo que pedir dinero prestado en el último tiempo. Sin embargo, se percibe una valoración positiva en cuanto a la gestión de la crisis sanitaria y la vacunación, con más del 50% de apoyo al gobierno nacional. Pareciera entonces que la situación sanitaria está encaminada, no así la situación económica. Quizás la valoración al gobierno nacional podría beneficiarse si tan solo explicase mejor de qué forma impacta un plan de vacunación exitoso en la economía diaria de los argentinos (habría mayor turismo, abrirían las clases particulares de actividades que hoy permanecen cerradas, la cultura podría reflotar, etc.).

En este contexto, Juntos por el Cambio experimenta turbulencias internas y reacomodamientos que ponen en riesgo la unidad de cara a las próximas elecciones. Hasta hace algunos días, distintas facciones dentro del espacio reclamaron sus propios candidatos como Diego Santilli, Jorge Macri, el radicalismo (que luego surgió con Facundo Manes) y Lilita Carrió. Luego de una serie de debates que tuvieron demasiada visibilidad en los medios de comunicación, se observó a los dirigentes defender sus posturas con gran vehemencia. Recientemente, el espacio “resolvió” habilitar una interna entre Diego Santilli y Facundo Manes. En el medio quedó Jorge Macri solicitando el lugar de Santilli, siendo paradójicamente quien desde hace más tiempo viene trabajando en la provincia de Buenos Aires, ya que es intendente de Vicente López desde 2011.

 

Por su parte Diego Santilli cuenta con el apoyo de Horacio Rodríguez Larreta, dato no menor si consideramos que el jefe de gobierno porteño tiene una imagen positiva de 49% en el conurbano bonaerense -ubicándose segundo entre los dirigentes mejor medidos en esa zona geográfica (el primero es Alberto Fernández con 50% de imagen positiva). Santilli cuenta con una imagen positiva de 41%, una imagen negativa de 29% y un nivel de desconocimiento en el conurbano del 30%. La apuesta por Santilli es que él “es una de las figuras más peronistas” en su espacio, en una de las provincias más peronistas del país. 

 

En el caso de Facundo Manes, en el conurbano bonaerense su imagen positiva es del 31%, su imagen negativa es 17% y su nivel de desconocimiento es del 53%. Manes aparece como el representante de la pata radical de JxC y es su gran apuesta. Aún tiene trabajo por hacer, en especial en el conurbano para mejorar su visibilidad ya que debido a su origen radical, naturalmente encuentra mayor adhesión entre los habitantes del interior de la provincia (aunque recordemos que su población representa solo un tercio). La candidatura de Manes parece ser un pedido de atención fuerte de parte del radicalismo al PRO. Este año pareciera que el radicalismo resolvió directamente presentar su candidato y habilitar una interna en JxC, sin haber debatido entre los dirigentes de la coalición. 

 

El 24 de julio vence el plazo final para presentar las listas de cada espacio para las PASO de septiembre. Con este escenario, JxC pareciera debilitarse en PBA por diversos motivos. JxC en general se presentó siempre con las banderas del diálogo, el debate y el “trabajo en equipo”. El hecho de que el radicalismo imponga su propio candidato y fuerce una interna dista bastante de esos valores. A su vez, la figura de Facundo Manes pareciera estar más enfocada en una campaña presidencial (especialmente por su discurso de presentación del sábado 4/7), más que en una campaña para ser diputado de la PBA. Por su parte, Diego Santilli podría lograr defender una parte importante del 40% que viene obteniendo JxC en la provincia, pero necesita todo el empuje de su espacio -incluido el apoyo de Jorge Macri. 

Es claro que Larreta defenderá a su alfil en la provincia, pero cabe preguntarse hasta qué punto el jefe de gobierno porteño querrá poner el cuerpo y poner en riesgo parte de su capital político de cara a las elecciones de 2023 para una batalla que, por cómo se presenta al momento, las chances de ganar son bajas. El problema de Larreta es que la pandemia precipitó la disputa de poder para posicionarse como líder de la coalición y candidato natural para disputar la presidencia en 2023. Su desempeño mediático y su capacidad de acción el año pasado, conectaron con sectores medios, al punto de llegar a tener cerca de un 70% de imagen positiva en el conurbano.

 

Por supuesto que en la teoría no debería haber ningún inconveniente en celebrar elecciones internas. El problema está en que existe un gran resentimiento no resuelto en el radicalismo por los desaires que sufrieron en JxC desde 2015. A su vez el tiempo entre elección primaria y general es de apenas dos meses como para recomponer las heridas, unificar criterios y lograr la unidad para el 14 de noviembre.

 

Sin dudas, estas elecciones legislativas servirán en gran parte para medir la unidad de la coalición electoral opositora en el principal distrito del país. La cuerda se tensa con el radicalismo y en el propio corazón del PRO (Larreta vs Macri). Estas internas también dan cuenta de la pelea de egos que existe en el espacio ya que quienes se presentan, se consideran los mejores exponentes para hacer campaña en la PBA -aun a pesar de contar con un bajo nivel de conocimiento en la opinión pública como es el caso de Manes. Las energías de 2023 ya están surtiendo efecto en 2021.

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