La basura, un problema global que está llegando a un punto de no retorno

La basura, un problema global que está llegando a un punto de no retorno

Los expertos advierten por el enorme aumento de los desechos y su impacto ambiental, que en el año 2050 podría aumentar un 70%.

 

La cantidad de desechos que los seres humanos producen a nivel mundial siempre fue un problema de gran impacto ambiental, sin embargo, en las últimas décadas la gravedad de la situación escaló a un ritmo tan acelerado que muchos expertos temen estar llegando a un punto de no retorno.

La generación de basura en el mundo podría aumentar 70% para el 2050, según un informe publicado el año pasado por el Banco Mundial. Este alerta acerca de la necesidad de que los gobiernos tomen acciones inmediatas para controlar el problema. De lo contrario, la producción global de residuos pasará en los próximos 30 años de los 2.100 millones de toneladas actuales a unas 3.400 millones de toneladas. El impacto de este aumento es aún más devastador si se tiene en cuenta que tan sólo el 16% (323 millones de toneladas) de esa basura es reciclado.

Un informe reciente de la organización británica Verisk Maplecroft, especializada en análisis de riesgo, reveló que Estados Unidos es el país que produce más desechos por persona del mundo: tres veces más que la media global.

Los resultados del estudio muestran que ese país produce el 12% de los desechos mundiales aunque sólo representa el 4% de la población global.

La dinámica de la gestión de basura en el mundo cambió en 2018, cuando varios países asiáticos decidieron dejar de recibir desechos de Estados Unidos.

Hasta entonces, China importaba la mayoría de la basura, especialmente los plásticos. Pero al adoptar un nuevo rumbo hacia una economía verde, el gigante asiático prohibió la importación de 24 categorías de material reciclable y desechos sólidos, y cerró numerosas plantas de procesamiento contaminantes en zonas costeras donde llegaban los barcos con residuos.

Como consecuencia de estas medidas, 187 países acordaron reformar el Convenio de Basilea para regular la exportación de residuos plásticos, para evitar que se puedan exportar mezclas de plásticos no reciclables.

Desde entonces, los países responsables de la mayor producción de residuos en el mundo intentan encontrar nuevos vertederos para su basura. Mientras tanto, los desechos se acumulan dentro de sus fronteras, a la espera de una mejor gestión por parte de sus autoridades.

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