Basura, pero energía: un problema con solución

Basura, pero energía: un problema con solución

Mientras los países más avanzados logran aprovechar la generación energética de los residuos, en los menos desarrollados son sinónimo de contaminación ambiental.

El tratamiento de la basura es un indicador clave de desarrollo humano. Para lo que los países desarrollados es una fuente de energía, para los subdesarrollados lo es de contaminación ambiental.

Pero si bien existe un componente de capital económico y social, básicamente se trata de un problema de gestión, de allí deviene la denominación de la política de basura que nuestro país implementó a comienzos de este siglo: Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU). Un verdadero eufemismo para hacer referencia a los basurales que se sitúan a lo largo y ancho de nuestro país, y particularmente en la provincia de Río Negro.

Según el Atlas Mundial de la basura (Solid Waste Assosiation, con datos del 2014) el basural de Bariloche figura entre los 50 más contaminantes. Desde su publicación, la pobreza y el desempleo sólo ha ido en aumento en el país y en la ciudad de Bariloche, donde el crecimiento poblacional ha sido desorganizado, el deterioro en la gestión de la basura fue notable, como bien lo señala el artículo publicado en la revista Vivienda y Sociedad del 12/2020, en sintonía con la intervención del juez Morán a raíz de la acción colectiva presentada por un conjunto de vecinos para poner fin a la quema a cielo abierto de la basura en el predio donde debiera darse tratamiento y no quema a los RSU.

A raíz del estudio, el Municipio creó una Comisión Especial, destacando en sus fundamentos que este emplazamiento, que lleva 4 décadas de vida, es cohabitado por 10 barrios linderos, y ha quedado situado en el corazón de la ciudad que forma parte de uno de los Parques Nacionales más importantes del continente.

Los autores también destacan que la creación de la Asociación de Recicladores, a partir de la crisis de 2001, permite a un conjunto de trabajadores recuperar materiales de la basura, lo que, no dicho en el estudio, sería más eficiente de existir una separación en origen por parte de los vecinos; para rematar afirmando que “la gestión de la basura es muy compleja en Bariloche e intervienen actores sociales muy diversos, con lógicas e intereses no siempre coincidentes, lo que dificulta darle coherencia y eficiencia al sistema”. Así planteado, una suerte de problema sin solución.

Finalmente, los autores ponen foco en la ineficiencia del Estado en la gestión de la basura, siendo que la responsabilidad final en la materia recae en el gobierno provincial como autoridad competente, según lo dispone la Ley General del Ambiente.

Para una gestión de política pública preocupada por la salud y el ambiente no debieran existir muchas prioridades respecto del tema basura y tratamiento de efluentes, donde anida una importante carga viral. Y más allá del impacto local, reportes internacionales destacan el problema de la emisión de metano generado en los rellenos sanitarios, cuyo efecto sobre el calentamiento global supera ampliamente al de las emisiones de CO2. En este contexto, la recuperación del mercado mundial de bonos de carbono, con un nuevo guiño de los EEUU, podría brindar financiamiento a una reconversión del Vertedero Municipal.

Según la pericia que se utilizó como soporte de la acción colectiva tramitada por el juez Morán, no es que no exista un Plan Estratégico Provincial (2014), o un Plan de GIRSU de la ciudad, el problema es que los planes no se cumplen.

Posiblemente una acción como la que ejecutó el juez Armella una década atrás, sobre los funcionarios responsables de la limpieza del Riachuelo, que exigió responder con su patrimonio por cada día de demora en el cumplimiento de las acciones ordenadas por la justicia en la cuenca hídrica, tenga mayor eficacia que la creación de otra Comisión para tratar el problema de la basura que, largamente estudiado, lleva una década declarado en emergencia.

Es curioso que habiendo convocado el Municipio un Concurso de ideas para lidiar con el problema del basural, donde aparecieron propuestas concretas de empresas privadas para brindar una solución ambiental integral, el Municipio demore la redacción del pliego de licitación para iniciar el camino de la solución concreta, que parte de la relocalización del basural.

Ciertamente el tipo de enfoque integral requerido ya ha sido experimentado con éxito en otras ciudades de población similar a Bariloche. El caso del relleno sanitario de Rafaela, provincia de Santa Fe, bien podría utilizarse como referencia, por no mencionar el aprovechamiento integral que realiza el CEAMSE, donde se han instalado 2 centrales de 7 MW de potencia, que inyectando el biogás del complejo sanitario, generan electricidad a un costo menor que el de generación a base de gasoil que tiene la Cooperativa de Bariloche.

Otras alternativas energéticas viables están vinculadas al uso del biometano resultante del proceso de biodigestión (más biofertilizantes) para ser incorporado a redes de distribución de gas aisladas o bien inyectado en el sistema de transporte, a partir de su compresión (BIOGNC). Proyectos factibles de este tipo elevarían la calidad de vida en Bariloche.

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