Banco Central prevé inflación en baja: sostendrá el ancla cambiaria y la aspiradora de pesos

Banco Central prevé inflación en baja: sostendrá el ancla cambiaria y la aspiradora de pesos

En su informe de política monetaria, adelantó que mantendrá su política antiinflacionaria y aseguró que tiene "poder de fuego" para "enfrentar la volatilidad financiera" preelectoral.

En meses marcados por las elecciones legislativas, el Banco Central adelantó que sostendrá su doble estrategia para intentar consolidar la desaceleración del ritmo de suba de los precios. Extenderá su política de ancla cambiaria, que implica deslizar el tipo de cambio oficial bien por debajo del alza del costo de vida, y mantendrá a tope la aspiradora de los fondos emitidos para financiar al Tesoro mediante la esterilización de pesos que realiza a través de la colocación de Pases y Leliq a los bancos. De esta forma, augura que el lento proceso de reducción de la tasa mensual de inflación continuará en lo que resta del año.

Así lo planteó la entidad que preside Miguel Pesce en su Informe de Política Monetaria (IPOM), que publica trimestralmente y cuya edición de agosto se difundió ayer. Allí, también enfatizó que las reservas acumuladas en lo que va del año y los sucesivos ajustes del cepo cambiario lo dejan hoy en una “posición robusta para enfrentar eventuales episodios de mayor volatilidad financiera” preelectorales, como los que ya se reflejaron durante las últimas semanas en las presiones sobre los dólares financieros.

Luego del pico de 4,8% de marzo, la inflación mensual comenzó a desacelerarse de a poco y alcanzó un todavía muy elevado piso de 3% en julio. En paralelo, la medición interanual del índice de precios al consumidor (IPC) siguió en alza hasta tocar el 51,8% el mes pasado, al comparar con los meses de ASPO que tuvieron un menor ritmo inflacionario producto del parate de la economía. “La desaceleración mensual de los precios respecto al trimestre previo continuará en los próximos meses, lo cual contribuirá a un descenso en las tasas de crecimiento interanual hacia fin de año”, auguró el IPOM.

Para ello, el Central adelantó que mantendrá su doble pinza: la ralentización del avance del dólar oficial, el que incide de forma directa en los precios internos, y la esterilización de los pesos inyectados en la economía para evitar que presionen sobre la brecha cambiaria y, a través de ella, sobre las expectativas de devaluación.

“El BCRA continuará con su política de administración del tipo de cambio, propiciando que la dinámica cambiaria siga contribuyendo a consolidar la baja en la inflación. Complementariamente, la política monetaria seguirá enfocada en absorber los esfuerzos anticíclicos de manera de preservar los equilibrios monetario y financiero, asegurando las condiciones necesarias para que el proceso gradual de reducción de la tasa de inflación continúe”, expresó el informe.

Ancla cambiaria

Luego de que en sólo siete meses se consumiera la totalidad de la pauta del 29% fijada en el Presupuesto, el ancla cambiaria (junto a la tarifaria) es la principal apuesta oficial para hacer que la inflación perfore el 3% por primera vez en diez meses y permita iniciar la demorada recuperación del salario real en los meses previos a las legislativas.

Se trata de una política que el Gabinete económico definió a comienzos de año, como comunicó en su momento el ministro de Economía, Martín Guzmán. El dólar mayorista avanzó en enero 3,74%; en febrero, 2,89%; en marzo, 2,4%; en abril, 1,71%; en mayo, 1,21%; en junio, 1,1%; y en julio 1%. Así, mantuvo una tendencia decreciente y se evolucionó sistemáticamente por debajo de la inflación. En lo que va de agosto, acumula un alza del 0,7% y se encamina a cerrar el mes de nuevo en torno al 1%.

Para sostener esa estrategia y descartar un salto abrupto del dólar oficial después de los comicios, el Central resalta que el país no atraviesa un atraso cambiario en términos de competitividad internacional. El IPOM señala que el índice de tipo de cambio real multilateral (el indicador utilizado para medirla) cayó en el segundo trimestre 3,7% respecto al trimestre previo, a raíz de la devaluación de las monedas de los principales socios comerciales, pero que este se sostuvo “en torno al promedio de los últimos 24 años”. Aunque aclaró que “en julio y lo que va de agosto, las monedas de las economías emergentes se depreciaron respecto al dólar, lo cual aceleró la apreciación real multilateral del peso”.

Pese a ello, en el mercado especulan con una devaluación poselectoral. Eso se evidencia en la búsqueda de cobertura en el mercado de futuros del dólar y la disociación de las tasas implícitas de los contratos más largos. También en los bonos dólar linked a 2022, cuya demanda los llevó a rendir a tasas negativas del 1,5%. Lo propio se ve en las presiones sobre los dólares financieros, que llevaron a la autoridad monetaria a endurecer las restricciones sobre el MEP y el CCL hace diez días para poder intervenir sobre su cotización a un menor costo en materia de reservas.

El BCRA destacó, en ese sentido, que ahora cuenta con un mayor poder de fuego para intentar contener esas expectativas y enfrentar la volatilidad preelectoral. Remarcó que desde diciembre logró comprar u$s8.000 millones netos a los exportadores (boom de precios de los commodities mediante), lo que le permitió acumular reservas por u$s3.400 millones a los que se sumaron ayer u$s4.326 millones correspondientes a los derechos especiales de giro (DEG) que envió el FMI. Además, resaltó el “amplio margen de intervención en el mercado de futuros de dólar” con el que cuenta: como adelantó Ámbito, el Central cerró julio sin contratos vendidos en el Rofex por tercer mes consecutivo.

Aspiradora de pesos

La otra pata de la estrategia antiinflacionaria del Central es la continuidad del elevado ritmo de absorción de pesos para evitar que el dinero emitido para fondear al Tesoro y pagar intereses a los bancos no vaya a presionar sobre el dólar.

Desde la corrida de octubre pasado, el Economía y el BCRA aplicaron una política que denominaron de “prudencia fiscal y monetaria”. Con disciplina en el gasto y previsional, más una mejora de los ingresos, Guzmán moderó el déficit. Si bien el gasto comenzó a acelerarse en la previa de las elecciones, a agosto el déficit primario acumula apenas 0,7% del PBI, menos que en los primeros tres años de gobierno de Cambiemos.

En la misma línea, la asistencia financiera del Central al Tesoro se redujo considerablemente respecto del shock de 2020, aunque en los últimos meses comenzó a incrementarse. “La expansión monetaria primaria vinculada al sector público en los primeros siete meses del año se ubicó en niveles similares a los de años previos, excluido el 2020”, afirmó el IPOM y mostró que los envíos al fisco acumularon a julio 0,57% del PBI, también por debajo de los niveles de 2016, 2017 y 2018. Aunque en los últimos meses comenzaron a acelerarse y sumaron $380.000 millones de pesos, al compás de un menor ritmo de endeudamiento neto del Tesoro.

En busca de apuntalar las colocaciones de la Secretaría de Finanzas y acotar la asistencia monetaria, se lanzaron recientemente una serie de iniciativas adelantadas por este diario: el comienzo de la operatoria del BCRA en futuros de títulos públicos y el lanzamiento del programa de Creadores de Mercado, ambas con el objetivo de llevar mayor liquidez a los instrumentos del Tesoro, reducir su volatilidad y tentar a los fondos comunes de inversión a aumentar su participación en las licitaciones de deuda. En junio, el Central había habilitado a los bancos a migrar sus tenencias de Leliq integradas como encajes a títulos públicos, quienes trasladaron el 20% de los alrededor de $750.000 millones que tenían disponible al momento de la entrada en vigencia de la medida, según el IPOM.

Con todo, la entidad sostendrá su política de esterilización, que ya llevó a incrementar la deuda que le coloca a los bancos para absorber liquidez en más de $1 billón en 2021 hasta alcanzar los $3,99 billones en la actualidad. Este stock representa un problema ya que sus intereses son uno de los principales factores de emisión: en el año, ya sumaron $755.168 millones.

Al respecto, el BCRA dio su visión de mediano plazo: “Es esperable que tanto las necesidades de financiamiento extraordinarias del Tesoro Nacional como el consecuente esfuerzo de esterilización vayan cediendo. Esto favorecería que la demanda de base monetaria sea provista por los intereses asociados a los pasivos remunerados del BCRA y, potencialmente, por un desarme en el saldo de los mismos. Este proceso, junto con el crecimiento económico, contribuirían a reducir el peso relativo de las Letras y Pases del BCRA en su balance y también respecto al tamaño de la economía, tendencia que se apuntalaría por una dinámica creciente del crédito”.

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