A 200 años de la revolución industrial, ya duplicamos el CO2 de la atmósfera

A 200 años de la revolución industrial, ya duplicamos el CO2 de la atmósfera

Un experto holandés reconstruye el ambiente sofocante del Eoceno y asegura que, en 80 años, viviremos en el mismo umbral tórrido, pero sin posibilidad de adaptarnos al cambio climático.

 

 

Hace 66 millones de años ya no había dinosaurios. Europa y Groenlandia todavía estaban unidas. A la altura del Ecuador, América del Sur estaba separada de América del Norte por un mar y recién entonces, Australia comenzaba a desmembrarse de la Antártida. 

Todavía estaba fresco, pero 10 millones de años más tarde, ya hacía un calor tremendo. Groenlandia tenía cocodrilos y la Patagonia era subtropical.

Gracias a la siderita que los científicos encontraron en pantanos secos, pudieron reconstruir cómo habrá sido esa época. Lo más sorprendente es que imaginarse ese mundo también les permitió ver hacia dónde vamos: un horno.

Hace 55 millones de años, en el Eoceno, la atmósfera estaba llena de dióxido de carbono, el gas de efecto invernadero, con niveles de concentración que alcanzaban de 1.400 a 4.000 ppm (partes por millón).

 

La Tierra era un sauna cálido y húmedo y en los polos el hielo había desaparecido casi por completo. “Mientras que los niveles preindustriales de CO2 atmosférico se situaron en 280 ppm la medida actual es de 412 ppm. Los científicos del clima creen que las emisiones de CO2 generadas por la actividad humana podrían elevar esta cifra hasta 1.000 ppm para finales de siglo” apunta la agencia Europa Press.

Joep van Dijk, un neerlandés de 29 años, es el autor principal de este estudio que publicó la revista Nature Geoscience. Y su trabajo se centró en buscar y estudiar sideritas de 13 procedencias diversas del hemisferio norte, entre los trópicos y el Círculo Polar Artico. 

La siderita es un mineral de hierro que se conoce desde tiempos prehistóricos y seguir su huella fue de vital importancia para llegar al pasado.

El equipo determinó que la temperatura media anual del aire en la actual Colombia, en el Eoceno, rondaba los 41° Celsius, mientras en el Ártico de Siberia la media anual era 23° C. Los investigadores también demostraron que la atmósfera era entonces mucho más húmeda que ahora y que el vapor de agua permanecía en el aire más tiempo. Los trópicos y las latitudes más altas habrían tenido mayores niveles de humedad, mientras que la humedad específica aumentó menos en los subtrópicos. 

"Es probable que el transporte de calor latente haya sido aún mayor durante el Eoceno", dice van Dijk en su publicación. "Y el aumento en el transporte de calor a latitudes altas bien puede haber conducido a la intensificación del calentamiento en las regiones polares", agrega. Estos nuevos hallazgos sugieren que el calentamiento global actual va de la mano con un mayor transporte de humedad y, por extensión, calor en la atmósfera.

"El transporte de humedad atmosférica es un proceso clave que refuerza el calentamiento de las regiones polares", explica van Dijk.

"Aunque el contenido de CO2 en la atmósfera era mucho más alto en ese entonces de lo que es hoy, el aumento de estos valores se produjo durante millones de años", señala. 

“Desde que comenzó la industrialización, los humanos hemos más que duplicado el nivel de CO2 atmosférico en un período de solo 200 años ", explica Van Dijk. En el pasado, los animales y las plantas tenían mucho más tiempo para adaptarse a las cambiantes condiciones climáticas. "Simplemente no pueden seguir el ritmo del rápido desarrollo actual", dice van Dijk, defensor del medio ambiente a ultranza. Para llegar desde Amsterdam a su nuevo trabajo en la Universidad de Colorado en Boulder, alquiló un catamarán con el que cruzar el Atlántico y luego prosiguió viaje en tren, bus y bicicleta. 

 

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