Alberto se reposa en los intendentes para hacerle frente a La Cámpora

Alberto se reposa en los intendentes para hacerle frente a La Cámpora

Este martes podrá ser recordado como el día de los intendentes bonaerenses. Dos hitos dentro de la gestión de Alberto Fernández lo corroboran.

Por un lado, la aprobación explícita que el presidente reafirmó para que realizaran una presentación judicial para invalidad la ley provincial de 2016 que afecta su derecho a presentarse a una nueva reelección. Por otro, Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Santiago Maggiotti (Navarro) reemplazarán a la renunciada María Eugenia Bielsa en el ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat. 

El guiño explícito de Alberto Fernández en la cumbre que mantuvo este martes al mediodía en la Residencia de Olivos con los intendentes bonaerenses para que apelaran judicialmente la aplicación de la ley restrictiva de 2016 fue la confirmación de la posición que sostuvo la semana anterior, ante un grupo de alcaldes durante un evento realizado en Avellaneda, cuando afirmó:  "Cuando un intendente es (elegido) dos o tres veces, es porque los vecinos lo votan y quieren que siga siendo intendente. Y nosotros no podemos ir en contra de la voluntad popular".

Alberto está decidido a jugar fuerte en la interna por la conformación de las listas electorales del año próximo frente a las pretensiones de La Cámpora, y volverá a recostarse en intendentes y gobernadores peronistas para conseguirlo. Aunque se niegue que se trata de un proceso informal de construcción del “albertismo”, ninguno de los involucrados -a excepción del presidente- lo niega en privado.

La renuncia de Bielsa, por su parte, es otra crónica de una muerte anunciada. Por falta de iniciativa o de recursos –o ambas a la vez-, el ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat, esencial no sólo para resolver la grave deuda social que arrastra la Argentina desde hace décadas en materia habitacional, cuanto para generar puestos de empleo y encadenamientos productivos e inversiones que promueve la construcción y su fuerte impacto electoral asociado, estuvo virtualmente paralizado. A tal punto que comenzó a desmembrase cediendo una secretaría a Desarrollo Social, ante la pasividad de la funcionaria rosarina.

Quienes la conocen saben que la capacidad de iniciativa no es lo suyo, y que, en cambio, es famosa por sus reacciones intempestivas y por abandonar el barco en medio de las tempestades. La carta de Cristina Fernández, al subrayar que “hay funcionarios que no funcionan”, la señaló tácitamente. Pero ese señalamiento era una opinión compartida dentro y fuera del gobierno.

Por cierto que Bielsa reiteró algunas de sus habituales escenas, resistió todo lo que pudo su desplazamiento y hasta se evalúa darle algún cargo como premio consuelo para suavizar su salida. Pero, seguramente, de la mano de dos expertos como Ferraresi y Maggiotti, como números uno y dos respectivamente, el ministerio cobrará bríos insospechados hasta ahora. Sobre todo porque los intendentes bonaerenses fueron los principales críticos de la mediocre gestión de la rosarina.

Pero Bielsa no sólo se destacó por lo que dejó de hacer, sino también por lo poco que hizo, como por ejemplo la firma de un cuestionado convenio para la urbanización de 138 hectáreas en Rosario que usurparon aliados a Juan Grabois y que posiblemente terminará en una causa penal. 

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