Alberto Fernández no tiene apuro en visitar a Trump mientras cierra con el FMI y negocia con los bonistas de Nueva York

Alberto Fernández no tiene apuro en visitar a Trump mientras cierra con el FMI y negocia con los bonistas de Nueva York

El presidente argentino apuesta a concluir la negociación de la deuda externa y a continuación viajar a Washington para mantener una reunión bilateral con su colega de los Estados Unidos

“No sé, no hay apuro”, contestó Alberto Fernández cuando le preguntaron en Balcarce 50 sobre un eventual viaje a Washington para encontrarse con Donald Trump en la Casa Blanca. El presidente no quiere llegar a la reunión bilateral con Trump sin haber cerrado con el FMI y los bonistas bajo legislación extranjera: considera que en ese escenario aparecería con una fuerte debilidad política ante Wall Street, y entonces prefiere entrar al Salón Oval cuando todo este encaminado con los acreedores privados de la Argentina.

Alberto Fernández concede mucho valor a los gestos políticos y recuerda los viajes de Fernando de la Rúa y Mauricio Macri a los Estados Unidos para sacarse una foto con George Bush (hijo) y Donald Trump -respectivamente- con el obvio sentido de aparecer respaldado por el presidente norteamericano.

El jefe de Estado no reniega de la importancia de Trump en su negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), pero desea que la reunión en el Salón Oval signifique más que una foto para demostrar a los bonistas internacionales que la Casa Blanca respalda la política económica de la Casa Rosada.

Martín Guzmán y Steven Mnuchin, secretario del Tesoro de los Estados Unidos, durante su encuentro en Ryad (Arabia Saudita)

Alberto Fernández tiene intenciones de conversar con Trump sobre Bolivia, Venezuela, Europa, la situación económica de América Latina, las relaciones bilaterales entre ambos países y, obviamente, sobre la deuda externa, el respaldo de los Estados Unidos y la negociación de los bonistas que operan en Wall Street.

En este sentido, el Presidente calcula que si llega al Salón Oval sólo con la negociación cerrada con el FMI, su agenda política quedará en un segundo plano frente a la crisis que puede desembocar un default ante los fondos de inversiones que invirtieron billones de dólares en títulos soberanos de la Argentina.

Alberto Fernández considera que la crisis de Venezuela se puede encaminar con Nicolás Maduro en la mesa de negociaciones, el Grupo de Contacto que lidera Alemania, Francia y España y la decadencia inducida del Grupo Lima, principal sostén del presidente interino Juan Guaidó. Su intención no es confrontar con la Casa Blanca, sino presentar una vía distinta a la ejecutada hasta ahora por el Departamento de Estado.

Donald Trump respalda a Guaidó, pero no descarta ninguna hipótesis diplomática que implique ganar las elecciones presidenciales en Florida y terminar con el régimen populista de Maduro. Si Alberto Fernández llegara a DC con la negociación abierta con los bonistas, su plan alternativo para Venezuela sólo sería un complemento de la reunión a solas en el Salón Oval.

El presidente también pretende enfocar la situación política en Bolivia y buscar líneas de acción para multiplicar las inversiones norteamericanas en la Argentina. Se trata de una tarea ardua si no hay cierre con los bonistas, aún persiste el control de cambios y se carece de un presupuesto nacional que establezca los parámetros básicos de un programa económico para 2020.

Donald Trump y el embajador argentino en Estados Unidos, Jorge Arguello

Jorge Arguello, el embajador argentino en Estados Unidos, llegará este mediodía a Washington. Arguello conoce la diplomacia norteamericana, es respetado en DC y tiene una simple instrucción presidencial: profundizar las relaciones bilaterales, explicar que Alberto Fernández no cree en la “diplomacia ideologizada” y que Argentina pretende ser en América Latina una potencia regional de equilibrio.

Arguello tiene previsto un encuentro con el secretario de Estado, Mike Pompeo, para iniciar sus funciones diplomáticas ante la Casa Blanca. Pero aún depende de la confirmación del protocolo que maneja la agenda del secretario Pompeo, que en los últimos días estuvo de gira por Medio Oriente acordando la paz con los talibanes en Afganistan.

Por supuesto que el embajador argentino tiene la instrucción de avanzar con la visita presidencial a los Estados Unidos. Trump ya tiene buenas referencias del presidente peronista que escuchó del premier israelí Benjamín Netanyahu, a lo que habría que agregar ciertos comentarios elogiosos que llegaron a la Casa Blanca desde París y Berlín.

Pero Alberto Fernández quiere estar mano a mano con Trump. Y explicar sin mediaciones diplomáticas su mirada sobre la política y el poder. “No se impacienten, ya va a llegar. Ya voy a ir”, contesta el presidente cuando insisten con su viaje a Washington.

En la Casa Blanca lo esperaban en febrero, ahora apuestan que llegará antes que termine la primavera en Estados Unidos.

Comentá la nota