Alberto dejó en offside a sus diputados y el Congreso activa la Ley de Góndolas

Alberto dejó en offside a sus diputados y el Congreso activa la Ley de Góndolas

Los que lo siguen dicen que él es siempre la punta de lanza que abre el camino y se anticipa a todos.

Y ayer volvió a hacerlo. Alberto Fernández, el candidato presidencial más votado en las PASO, agarró desprevenidos a los diputados y senadores nacionales que lo acompañan y dejó al descubierto, con una sola oración, la parálisis inercial de la que se contagió el peronismo en el Congreso. "Hay dos proyectos, ¿por qué no se ponen a trabajar ya?", soltó al hablar de la Ley de Góndolas en la presentación de sus propuestas para enfrentar los problemas de alimentación en la Argentina. Varios legisladores, sentados en las primeras filas escuchándolo, quedaron boquiabiertos.

El programa que anunció ayer Fernández fue bautizado cuidadosamente "Argentina contra el hambre" y no "Hambre cero", para escapar a las consecuencias que una promesa de esa magnitud podría traer. Lo sabe bien el presidente Mauricio Macri, que prometió "Pobreza cero".

Apenas terminó el acto, en Agronomía, empezaron a sonar los teléfonos de los diputados. La discusión del tema está avanzada en la Cámara baja y es difícil para los opositores explicar por qué no continuó. A mediados de mayo, cinco proyectos fueron discutidos en las comisiones de Defensa del Consumidor, del Usuario y de la Competencia; de Comercio; y de Legislación General y de ahí salieron dos dictámenes. El de mayoría fue el de la oposición. Si el peronismo quisiera, podría darle media sanción sólo con sus votos en cualquier momento.

El texto que aprobaron las comisiones hace cinco meses es muy ambicioso y enfrenta resistencia del supermercadismo. Según el proyecto, una misma marca no podrá acaparar más del 30% de la góndola; las pymes tendrán destinado un 25% del espacio de exhibición y además ocuparán las codiciadas "islas" y los espacios contiguos a las cajas; y los productos de agricultura familiar, campesina o indígena tendrán un espacio del 5% adicional. Esa iniciativa se impuso por mayoría, con firmas del Frente para la Victoria, del bloque Justicialista, del massismo y de bloques minoritarios.

Ayer, todavía despabilándose, en el peronismo legislativo prometían poner en marcha la aprobación del proyecto. "Vamos a ver si hay tiempo antes del 27. Sino, después del 27 seguro", aseguró un encumbrado diputado ante la consulta de BAE Negocios. Se le sumó, en declaraciones a Radio Con Vos, el diputado y candidato al Ministerio de Desarrollo Social, Daniel Arroyo. "En las próximas semanas tenemos que resolverlo, claramente", prometió. Nadie se anima a arriesgar una fecha. Lo que sí está en marcha es el homenaje a la banda de heavy metal Iron Maiden, que el viernes a las 15 será declarada "visitante de honor" en la Cámara de Diputados. Prioridades.

Si efectivamente el tema se llega a tratar, quedará Cambiemos en una encrucijada. Toda la primera línea del bloque firmó el dictamen en minoría, que no difiere en los grandes lineamientos del proyecto de la oposición. Aunque no establece porcentaje de ocupación en las góndolas, sí ordena asegurar la participación en ese espacio de "al menos tres proveedores diferentes" cuando se trate de productos de la canasta básica. Además prescribe un ordenamiento vertical de la góndola, de modo que los productos de segundas marcas no queden relegados a espacios incómodos o de difícil acceso, abajo de todo.

La postura frente al proyecto de ley, que a comienzos de abril Carrió defendió con ímpetu, podría quedar definida por la fecha. Si se trata antes del 27, Cambiemos todavía será un interbloque y podría definir una postura conjunta. Después de las elecciones, hay quienes advierten que no será posible mantener esa unidad.

Los ánimos empeoraron este fin de semana en el radicalismo, cuando el partido perdió su sexta capital provincial a manos de la oposición. Esta vez cayó Viedma, que desde 1983 era gobernada por la UCR. El intendente electo, hoy vicegobernador Pedro Pesatti, se presentó por Juntos Somos Río Negro (JSRN), el partido provincial que impulsó el gobernador Alberto Weretilneck y que este año confirmó su hegemonía en el distrito. Gracias a un acuerdo no escrito con el macrismo, el gobernador tiene inmejorables chances de ser electo senador nacional por la minoría dentro de 20 días, aun yendo con boleta corta.

Pero la fuerza de JSRN no explica por sí sola la debacle de la UCR, que no fue solo rionegrina sino nacional. Además de Viedma, este año el radicalismo perdió las intendencias de Córdoba, Santa Fe, Neuquén, Santa Rosa y Paraná. Comenzó el año gobernando diez capitales y lo cerrará con cuatro. La inversión con la que la UCR entró a Cambiemos generó intereses negativos al cabo de cuatro años.

Por eso, el malestar inocultable de un sector del radicalismo probablemente le empañe los planes futuros a María Eugenia Vidal, que vislumbra su futuro como referente de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires y tiene intenciones de conducir, desde ese lugar, a los intendentes radicales del interior provincial. Será difícil que le hagan caso sin galones para mostrar.

Con la perspectiva de perder el gobierno de la provincia de Buenos Aires y el de la Nación, Cambiemos tendrá nulos lugares para ofrecer a dirigentes como la gobernadora, que saldrán de la gestión y deberán reconstruirse desde el llano. El único cambiemita que aspira a seguir en pie, Horacio Rodríguez Larreta, todavía debe superar la batalla del domingo 27 para saber si logra evitar el balotaje. Mientras tanto, conversa con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, sobre los funcionarios a los que podría refugiar en su gestión, si reelige.

Con otro espíritu, Alberto Fernández ya les avisó a todos sus candidatos que si no logran los resultados que espera los quiere en el gobierno. Es el caso de Anabel Fernández Sagasti, que suena fuerte para tareas vinculadas con la Justicia; y de Matías Lammens, a quien el candidato presidencial del Frente de Todos querría gobernando la Ciudad pero, en su defecto, se contentaría con tener gestionando Deportes.

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